Me ha vuelto loco, quisiera tenerla...
FRAGMENTO
¿Por qué mi madre nos haría eso?
—Porque se ha dado cuenta de que estoy loco por usted.
Las cartas estaban echadas y él no tenía más fuerza de voluntad para luchar. Alejó su mano de la mejilla de Narel y la dejó caer sintiendo como si quisiera quitarse una pesada carga de encima. Williamson, suspiró y la miró a los ojos.
—Sí. No se sorprenda. Usted sabe bien lo que ha hecho, jovencita. Ha triunfado por sobre mi sensatez, lealtad y buen juicio. Con sus tontos jueguitos ha despertado un animal que ansía devorarla y que ni todas la benditas duchas frías del mundo pueden apaciguar. Maldita sea Narel, te deseo. Te deseo tanto que ahora mismo quiero agarrar esa bendita peineta que llevas en la cabeza y arrancártela y... cuando lo haga… Santo dios, cuando lo haga… seré tan duro contigo porque me has llevado al límite…
Williamson se sentía perdido en el mar de una pasión que lo ahogaba. Por primera vez en sus cuarenta años estaba siendo dominado por el deseo. Estaba furioso. Por ello tomó una inhalación profunda y cerró los ojos unos segundos. Cuando los abrió, su mirada estaba teñida de honestidad y crudo deseo.
— Pequeña, estoy intentando explicarte que no seré un caballero en lo más mínimo porque quiero oírte chillar y pedir perdón por desquiciarme. Bendito Dios… se me han ocurrido tantas perversiones contigo Narel que… y sé que en algún momento deberé darle explicaciones a tus padres. Pero por cómo me siento ahora mismo no me importará que Sam Ferguson se levante del coma y me estrangule por tenerte aunque sea una vez… SIGUE LEYENDO AQUÍ
0 comentarios
Es necesario iniciar la sesión en su cuenta para poder dejar un comentario
IngresarEliminar comentario
¿Está seguro de que desea eliminar el comentario?
Eliminar CancelarEl comentario se eliminará de forma permanente.
Bloqueo de comentarios
¿Realmente quiere prohibir a comentar?
Prohibir Cancelar