confesiones de un demonio
Su impotencia por no poder controlarme era inmensa, ese amor enfermo, posesivo y controlador que sentía no dejaba que renunciara a mí, pasara lo que pasara. Sé que muchas veces el trataba de pensar que todo era una fantasía; pero cuando me veía llegar, su tranquilidad, su confianza y esa sonrisa volvían “todo eso junto con su angustia”
Comentarios:
Todos los hilos de discusión: 0