Cap 11

Jazmín todavía le escribió cartas a Alejandro.

Sin embargo, en lugar de encontrar su dirección para enviarlas, ella las guardó en un cajón cerrado. A medida que pasaban las semanas, allí se reunieron y parecieron repoblar por sí mismas antes de que apenas quedara espacio para más. El álbum que contenía todas sus cartas descansaba en un cajón separado y cerrado. Ella no se atrevió a abrirlo. Así que ahora tenía dos cajones llenos de cartas que no podía leer o enviar.

Parte de ella no sabía por qué de repente estaba actuando tan asustada frente a este dilema. Aunque parecía que estaba presumiendo, las confesiones de amor no eran algo extraño para ella. Rick gritó una declaración por ella casi semanalmente y muchos soldados curados se le acercaron y le pidieron su mano en matrimonio o simplemente una taza de café.

Pero cada vez, ella solo sonreía y los rechazaba.

Entonces tal vez no fue el hecho de que Alejandro dijo que la amaba lo que la sorprendió.

Fue porque es él quien lo dijo.

De todos modos, ella se entregó al trabajo y al entrenamiento a pesar de que sus amigos y colegas se tomaban el tiempo para relajarse y respirar libremente. Pero necesitaba algo para distraerse y demasiadas cosas le recordaban a su querido espantapájaros.

La familia de plantas en el alféizar de su ventana, la pila de libros viejos y cualquier pañuelo amarillo. Los sonidos de los perros ladrando, las novelas románticas con las que Marta estaba obsesionada. Incluso la nieve blanca que cayó y se acumuló en la cabeza de las personas, haciendo que pareciera que todos tenían el cabello plateado por la noche.

XXX

- Ah, buenos días a mi favorita, ¡la mejor alumna!

Jazmín se rió de la cara sonriente de Peter antes de estirarse para abrazarlo. No era tan alto como ella recordaba que era, pero todavía tenía que levantar la vista para ver su sonrisa fácil.

- No dejes que nadie más te escuche decir eso- bromeó.

- Bueno, ninguno de mis otros estudiantes estaba tan ansioso por venir y hablar sobre su campo de especialización como tú- dijo su mentor anterior con un movimiento de cabeza-. Kira todavía no ha respondido en absoluto.

- Siempre estoy feliz de tratar de reclutar nuevos médicos. Desafortunadamente, perdimos una buena cantidad en la guerra y es un poco inevitable que los soldados se lesionen. Algunos riesgos laborales que tenemos.

- Por supuesto- dijo Peter con un gesto complaciente.

Caminaron en silencio hacia el aula por un momento con el sonido de niños jugando afuera. Jazmín miró alrededor de los pasillos y fue golpeada por una ola de nostalgia; le había parecido hace mucho tiempo cuando había estudiado aquí y había comenzado a soñar.

- Por cierto, puedes encontrar quién era tu soldado del programa si quieres. Estoy seguro de que estás emocionada por eso. Justo como pensaba, eras un poco más terca que él para esperarlo.

- Está bien, no necesito saberlo- se apresuró a decir  antes de que Peter dijera el nombre de Alejandro y ya no pudiera fingir.

- ¿Por qué? Pasaste años escribiéndole y personalmente examiné algunas. Esa carta que escribiste sobre el yogurt me hizo desearlo tanto que tuve que ir a comprarlo.

- Prefiero dejar todo sobre la guerra detrás de mí- dijo Jazmín, sus ojos verdes no se encontraron con los de Peter.

Jazmín sintió que sus ojos la estudiaban momentáneamente antes de que él suspirara y le revolviera el pelo.

- Puedo ser mayor Jazmín, pero aún puedo decir cuándo estás mintiendo-dijo mientras retiraba su mano y continuaba caminando.

De repente sintió que había vuelto a ser una niña de once años con la nariz roja, que estaba más preocupada por hacer conexiones duraderas con las personas y obtener la calificación más alta en la última prueba. No cómo volver a colocar una pierna o preguntarse qué significaba realmente estar enamorada de alguien.

- Sí, Peter - dijo mientras lo seguía, sabiendo que había sido castigada adecuadamente.