— Capítulo 8 — (EXPLOSIÓN)

NARRA EIRA.

Llegamos al centro comercial.

Había mucha gente pero igual llegamos a la tienda en donde habíamos comprado la sangre.

Al entrar estaba el mismo chico que estaba la vez anterior, ni siquiera nos vio al entrar.

—Vamos —dijo Mael, para ir a la otra habitación.

—Hola, ¿necesitan más sangre? —nos dijo el viejo mago.

—No gracias, por ahora no.
Estoy aquí para preguntarle algunas cosas —

—¿Qué podría ser tan importante para que hayan venido directamente a mi en vez de ir a preguntarle al líder de su clan? —

—¿Sabés algo acerca de Achlys? —

—¿Por qué quieren saber acerca de esa pequeña ciudad? —

—Mi padre, quiere mandarnos ahí por una semana —

—¿A ustedes dos? —

— Si, pero también van a ir algunos amigos —

—Mmm... — el no decía nada solo se quedo pensando.

—Le puedo pagar por la información si lo desea. —

—Esta bien, quiero diez mil dolares —dijo sonriendo.

—Esta bien, tome aquí esta  —Le estaba dando mi tarjeta pero Mael me detuvo.

—Si no quieres que los cazadores te maten, será mejor que hables y dejes de estar sacándole dinero —dijo de manera amenazante.

—Esta bien —dijo con miedo—. La ciudad de Achlys... Es conocida por haber sido un antiguo pueblo de magos —Miro a Mael—. Se dice que solo los humanos pueden entrar, ya que los magos que vivían ahí se cansaron de que los Crisas como ustedes les dicen, les dieran ordenes y los amenazaron constantemente, así que pusieron una barrera para que nadie a excepción de ellos y los humanos pudieran pisar esas tierras. —

—Entonces mi padre te dejo ir porqué sabe que no podrás entrar. —

—Pero eso fue hace años señorita, posiblemente la magia ya se haya debilitado. —

—¿Cómo puedes estar tan seguro? —

—Escuche que desde que la pusieron han estado atacando la barrera constantemente todo estos años y como ya no hay magos que la estén alimentando con magia debe estar debilitándose. —

-¡PUNG!

Escuchamos una explosión, nos miramos entre todos para después salir de la tienda.
Al salir vimos a muchas personas corriendo y había mucho humo.

—Eira, será mejor irnos de aquí. —

—Creo que es mejor ayudar. — Estaba apunto de ir al lugar de la explosión pero Mael me lo impidió sujetando mi brazo.

—Lo siento pero no puedo dejarte ir, es muy peligroso.
Tu padre me dijo que tenia que mantenerte a salvo y eso haré —dijo serio.

—Señorita, será mejor que se vaya —dijo el mago entrando y cerrando su tienda.

Suspire. —Esta bien... Vámonos. — Nos dirigimos a la salida, pero había tantas personas que Mael me soltó y lo perdí de vista. Después sentí que alguien me tomo del brazo nuevamente y me jalaron.

—Señorita Eira, ¿qué hace aquí? —dijo un chico acompañado de una chica.

—¿Ustedes son del clan? —

—Así es, somos del cuarto rango —dijo la chica.

—¿Adónde vamos? —pregunte un poco asustada al ver que cada vez nos alejábamos de la puerta de salida.

—No sé preocupe señorita, estamos para protegerla, la llevaremos a otra salida de emergencia. —

Salimos al estacionamiento.

—Llama al líder, dile que es un asunto de emergencia. —

—¿Qué esta pasando? —

—Señorita, los vampiros han atacado el centro comercial. —

—¿Vampiros? —

—Si pero no son de aquí, son del exterior y creemos que están buscando algo. —

—No contestan —decía el chico algo desesperado.

—¿Ahora que hacemos? —dijo un poco asustada la chica.

—Tendremos que encargarnos nosotros. —

—Entonces, yo los ayudare. —

—Lo sentimos señorita, pero no podemos ponerla en peligro. —

—Si no me dejan ayudar, entonces no permitiré que ustedes lo hagan. —

—Lo sentimos, pero no podemos seguir sus ordenes.
Conocemos nuestro lugar y sabemos que nosotros no somos importantes para el clan, pero usted si señorita. Si es nuestro destino, moriremos por protegerla pero no podemos dejar que usted se involucre —

—Entonces esperemos que llegue mi padre, el seguramente
no tardara —

—Señorita, sabemos que a diferencia de su padre usted piensa en todos por igual, pero tiene que dejar de hacerlo si quiere llegar a ser una buena líder. —

No sabia que hacer, sabia que si ellos iban a encargarse de los vampiros iban a morir, ya que tal vez los superan en número y aunque eran fuertes, también eran jóvenes no tendrían oportunidad.

—Vaya, vaya miren a quien nos volvemos a encontrar. —Escuchamos lo que dijeron, y yo reconocí esa voz.

—Hola, señorita nos volvemos a encontrar. —Mire a mi lado izquierdo y ahí estaba la persona de la misión pasada las que hirieron a Alex y a los chicos.

El chico y la chica se pusieron delante de mi —no sé preocupe señorita, haremos algo de tiempo hasta que lleguen los demás —

Al decir eso el chico se transformo en un gran lobo de dolor marrón.

—Señorita cuando se lo indiquemos salga de aquí —dijo la chica invocando un Chakram.

—No, por favor —dije con la voz entrecortada, estaba asustada.

—Señorita no se sienta mal por nosotros, recuerde que estamos para dar la vida por la familia principal, aunque no nos guste —decía sonriendo—. Pero por usted todos estaríamos dispuestos a dar nuestras vidas —

No quería dejarlos, quería ayudar pero recordé que no tenia mi espada, solo seria un estorbo.

~Quisiera que Mael estuviera aquí, el nos ayudaría, pero no se en donde esta, tal vez podría encontrar a alguien más fuerte o tal vez a mi padre para que los venga a ayudar ~ pensaba.

—¡Ahora! —grito la chica.

Se abalanzaron a ellos a atacarlos, no quería dejarlos pero tenia que encontrar a alguien que los ayudara.
Así que corrí a buscar a alguien, pero después de unos pocos metros me detuvo un vampiro parando frente a mí.

—¿A dónde cree que va?, lo siento señorita pero no va a poder salir de aquí —dijo riendo y con las manos llenas de sangre.