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La sombra se acercaba a mí. Comencé a temblar pensando en que podía hacer. Con mis manos temblorosas intenté abrir la puerta del baño de nuevo, pero era inútil, el seguro seguía sin permitirme salir.

De pronto, mis nudillos comenzaron a doler más, como si alguien los estuviera aplastando, sin embargo no había nadie ahí.

—¡Ayuda! —comencé a gritar mientras golpeaba la puerta. El ardor en mis nudillos era insoportable. Seguía gritando hasta que finalmente Molly abrió la puerta.

—¿Qué ocurre? ¿Estás bien? —preguntó ella.

—No, no. Hay una sombra...y mis nudillos me duelen. —dije tartamudeando nerviosa.

—No hay nada, Cassia.

Pensé que tal vez todo estaba en mi imaginación, sin embargo observe mis nudillos los cuales ahora si estaban sangrando, recordandome que lo que ocurrió fue real.

—Tengo que irme de aquí. Tal vez vuelva mañana.

Salí de la Drown y me dirigí tan rápido como pude con Brook. Lo me importó lo que pudiera pensar, necesitaba decírselo. Finalmente se lo conté.

—Pudiera ser algún demonio que quiera acercarse a Chris. —dijo tranquilo, como si fuera de lo más normal.

—¿Y qué puedo hacer yo si aún no sé pelear?

—Protegerlo a tu manera.

Hubo un silencio en el lugar, al parecer ninguno de los dos sabía que decir.

—¿Cuándo podré ver a Chris? —pregunté.

—Por ahora lo estoy cuidando yo. Tú preocupate por asistir a la Drown.

Hablando de la Drown....¿debería decirle que casi me asesinan si no fuera por Molly?

—Casi me matan. —solté de la nada. Brook abrió sus ojos totalmente sorprendido.

—¿Qué dices?

—Quieren eliminar a los ángeles de cristal. Seguramente ya estaría muerta si no fuera por una chica llamada Molly.

—Bien, no volverás a ir ahí. —dijo.

—Tengo que ir. Para aprender a proteger a Chris y ayudar a Molly. —dije antes de marcharme en dirección a casa de Chris.

Al llegar, entré a su casa y lo observé. Estaba ahí preparando algo de comida. Desde que me convertí en su ángel lo veo tan vulnerable y siento que debo protegerlo de cualquier cosa. No sabía que esto se sentía el querer proteger a alguien.

De pronto, tocaron a la puerta de Chris, él se dirigía a atender la puerta. Un olor terrible se hizo presente en mi nariz, era algo así como algo quemandose y entonces lo supe, olor a demonio. Tenía que evitar que Chris abriera la puerta, sin embargo no sabía como si él no podía verme.