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El evento finalizo, todas las personas que consideraban importantes a Silvia lograron despedirse de ella por suerte.

Las maletas ya estaban organizadas, su hermano y madre ya estaban listos para quedarse a cuidar la casa, lo único que faltaba era colocar el primer pie en aquel vuelo hacia su nuevo destino y todo se transformaría en una nueva historia.

Cuando menos se dio cuenta ella y Cristina estaban en el aeropuerto a un paso de abordar al avión.  Silvia esta aterrada, era la segunda vez desde aquel viaje con Dennys que volaría. Como todos sabrán le temía terriblemente a los aviones luego de lamentable accidente que hace años le arrebato a su padre.

Mientras esperaba con su maleta a que hicieran el llamado para ingresar al avión no podía dejar de pensar en que todos los cambios importantes en su vida siempre habían comenzado con un viaje.

Cuando ocurrió el “Accidente” Ella y Andrew estaban viajando a lo que sería una maravillosa Luna de Miela.

El viaje con Dennys hacia unas pequeñas vacaciones, se había transformado en una pedida de matrimonio la cual ella ni siquiera pidió ni mucho menos quería. Solo acepto por no herir los sentimientos de nadie.

Ahora este viaje que estaba a punto de comenzar, no sabía exactamente a donde la llevaría ni que era lo que le tenía preparado. Pero le parecía increíble el hecho de que ambos hombres tuviesen que ver con todo lo que le estaba ocurriendo para ese preciso momento.  Estaba alejándose para poder superar al hombre con el cual emprendió el primer viaje para poder recuperarse y criar felizmente a la hija que tendría fruto de la relación a base de engaños que había tenido con el del segundo.

La vida era injusta y una total locura, pero no existía nada para ese momento que estuviese más claro para ella como el amor tan inmenso que sentía por aquella creatura inocente que crecía adentro de su vientre, Era suya. Toda suya y dependería de ella para poder vivir, crecer y aprender las cosas felices y tistes de la vida.

Para cuando se encontraba sentada en el interior del avión ya sabía que definitivamente no habría ningún tipo de vuelta atrás, las cartas ya estaban lanzadas y esto era lo que estaba escrito para ella.

Comenzó a observar por la ventana mientras suspiraba, dejaría su ciudad natal y todo lo que conocía para ir a un lugar totalmente diferente. Su pequeña no nacería en el mismo lugar que ella, no crecería escuchando los fuertes ruidos de la ciudad o en una vida ajetreada a la que ella normalmente estaba acostumbrada vivir. Esperaba con todo su corazón poder seguir enseñando de alguna manera, ser maestra era su verdadera pasión desde siempre pero lamentablemente lo había pausado un tiempo por todos los problemas personales que se le habían presentado.

-Por favor Esperen unos cuantos minutos, muy pronto el piloto comenzara a dar las indicaciones de seguridad- Indico una de las azafatas mientras terminaba de acomodar a los demás pasajeros en sus asientos.

-No te preocupes querida, el vuelo ni siquiera  se sentirá- le decía Cristina quien sabía perfectamente sobre su miedo.

Ella apretó suavemente su mano y luego regreso a observar hacia la ventana.

“Ojala la vida real fuera como en las películas”- Pensó –“En donde el hombre entra corriendo en el avión gritando que te ama y que por favor no te alejes de su lado. Pero lamentablemente la realidad es mucho más fría que todo eso.

¿Por qué las películas siempre nos creaban una realidad perfecta?. Al crecer nos damos cuenta de que en realidad nada de esas cosas existen y es realmente doloroso. Es prácticamente como un trauma para el ser humano ¿Porque hacer eso?.

Estaba distraída pérdida en sus pensamientos cuando repentinamente se dio cuenta de que su teléfono había comenzado a vibrar. Ni siquiera sabía si aún podía utilizarlo, pero sin ni siquiera observar la pantalla decidió contestar a la llamada

-¿Hola?-

-¿Silvia?-