8 ❅ Catherine

Aprovecho al máximo mis dos semanas de vacaciones.

He podido levantarme tarde, comer a la hora que guste y disfrutar de mi tiempo libre.

Parte de ese tiempo, lo que pasado con John y Oliver. Con el pequeño nos hemos vuelto muy unidos, jugamos mucho cuando nos vemos y vemos películas.

Las relación con ellos se ha dado muy rápido. Una vez leí que esas personas que llegan a tu vida de improviso y a las que les tomas cariño en poco tiempo, son las mejores.

No estoy segura, pero con ellos si ha resultado ser cierto.

Con John ha sido todo una aventura. Todas las impresiones que tuve de él eran ciertas, y he descubierto mucho más. 
Es un hombre muy divertido, además de caballero. Nunca me aburro a su lado. Parecemos adolescentes cuando perseguimos juntos a Oliver por su casa o por mi departamento.

Si, ya nos hemos visitado. Como dije, todo se ha dado muy rápido pero a la vez, muy natural.

John hace que me sienta mejor conmigo misma, sus constantes piropos me hacen sonrojar, me hacen sentir bonita.
Oliver salió como su padre, todo un caballero y muy guapo.

Tocan la puerta. Es mi último día de vacaciones y hemos quedado en cenar en mi casa.

Me repaso frente al espejo, que me devuelve una vista que no había notado antes. Soy baja de estatura, la blusa roja manga larga oculta mi abdomen y llevo unos jeans casuales. Siempre me sentí extraña usando este tipo de ropa, pero llegue a entender que estoy joven aún para lucirla.

Si bien mi figura no es la mejor, pero me siento bonita.

Abro la puerta del departamento , ahí están los dos hombres que han robado el corazón en poco tiempo.

- Hola buenas tardes, pasen- les digo

John esta muy guapo, trae el cuello de la camisa blanca abierto, saco y pantalones de vestir. Y Oliver, unos jeans negros y una camiseta azul manga larga.

- Buenas tardes Cathe- dice el pequeño cortésmente dándome un beso en la mejilla, yo le correspondo

- Buenas tardes señorita- dice galante John

- Buenas tardes- digo alegre

Durante la comida conversamos de todo y nada, nos reímos de las ocurrencia del pequeño, que ha pesar de su edad, es bastante maduro. Aunque muy vulnerable en ocaciones.

Cuando todos hemos terminado, recojo la mesa y Oliver me ayuda con los vasos.

- Gracias Catherine- me dice de repente

- ¿Por qué?- me sorprende

- Por todo Cathe. Soy un niño muy observador. Desde que te conocimos, papá ha estado más alegre, y yo también. Hace mucho que no nos sentíamos así, mamá hubiera querido que continuáramos con nuestras vidas, y contigo a nuestro lado lo hemos hecho. Así que gracias por todo y espero que te quedes con nosotros- el pequeño me abraza y deposita un beso en mi mejilla

No espera mi respuesta y dejándome emocionada sale de la cocina. Yo me sostengo del lavaplatos para recuperar el equilibro que me han quitado sus palabras.

Unos brazos fuertes me rodean luego de unos segundos. Unos cálidos y protectores.

- Mi más grande temor era que no aceptaras a mi hijo. Ya veo que era algo tonto. Puedo ver cuanto lo quieres en cada detalle que tienes con él, y ese cariño es correspondido. Estoy de acuerdo con Oliver, somos más felices desde que te conocimos. Ya no hay pesadillas en las noches, tú las borraste, como una luz en la oscuridad. Gracias Catherine Vermor, por darme la oportunidad de conocernos- dice en mi espalda

Me giro entre sus brazos y lo mijo fijamente a esos ojos avellanas que me quitan el aliento.

- La agradecida soy yo, en tan poco tiempo han entrado a mi vida dos increíbles personas. Cuando los conocí le dije adiós a la monotonía, cada día que pasa me alegra haber sido yo quien atendiera al pequeño Oliver. Cada día que pasa los quiero más y mi único temor es perderlos- con algo de dificultad por la diferencia de estatura, rodeo su cuello con mis brazos

- Entonces déjame quitarte ese miedo, porque Oliver y yo no tenemos pensado desaparecer- se acerca más a mi

Y entonces, me besa.

Es un beso cargado de sentimientos y emociones que me hacen temblar entre sus brazos.