1. Piloto

MARCUS

En la comisaría central de la ciudad de Boston pocos oficiales quedaban ya. Una noche de luna menguante y nubes apenas visibles se alzaba sobre la ciudad. Entre los policías que quedaban en la estación se encontraba Marcus, el novicio; acababa de entrar hace apenas una semana y media después de superar las pruebas para la admisión. Vestido de la mejor manera con su uniforme que le delataba como trabajador de la ley de primer nivel se hizo con su pequeño escritorio comenzando el papeleo que le fue dado.

Su rostro era característico por su nariz de botón, labios asimétricos y ojos saltones que le daban una apariencia un tanto dulce. Acompañado de cabello corto de hace dos semanas peinado hacia adelante de color castaño que engañaba con ser pelirrojo.

El chico hecha una mirada a su alrededor reconfortándose de que finalmente estuviese a prácticamente a solas; quedaban dos sargentos, un teniente y tres oficiales de menor rango a su alrededor, todos concentrados en lo suyo. Sin avergonzarse de llegar a ser descubierto saca de uno de los cajones de su escritorio unos audífonos y un reproductor de música de principios de la década de los 2.000. Dejo el aparato sobre la superficie de la mesa y se puso los audífonos dándole en comenzar a la música descargada. 

comenzaron a sonar los primeros claps de una de sus canciones preferidas, Shake It Off, de Taylor Swift. Le siguieron la voz de la cantante seguida de un ritmo instrumental de banda. Cada segundo era mas contagioso que el anterior, cada instante que pasaba Marcus quería hacer solo una cosa, mandar a todos al diablo y salir de la comisaria bailando al ritmo de la canción sin remordimiento alguno. Evitando hacer lo mas impulsivo se limito a trabajar en los papeles mientras cantaba mudo la la pista. Se centro en agrupar las hojas, anotar los espacios en blanco con nombres, direcciones y demás.

Alguien acababa de entrar por las puertas de la estación central de policía de Boston acompañado de otros dos sujetos. El del centro, el más alto, robusto e imponente de los 3 se acerco al oficial de policía mas cercano y lo agarro del cuello levantándolo con tan solo una mano. La victima no pudo hacer mas que agarrar de la muñeca a su atacante y ahogarse con su propia saliva y falta de oxigeno antes de ser lanzado por los aires impactando contra una de las paredes portátiles de la comisaria derribándola en el acto.

El alboroto inundo los alrededores tras el atentado pero se multiplico por varias veces cuando las múltiples ventanas del lugar reventaron en quien sabe cuantos pedazos. Los únicos 5 policías presentes desenfundaron sus pistolas apuntando a los agresores que habían entrado por las puertas y a los que se presentaron por medio de las cristaleras, Marcus era el único que no había notado la entrada, seguía sumido en la canción moviendo de lado a lado la cabeza. Los policías dispararon después de varias advertencias. Los contrarios se inmutaban levemente retrocediendo un paso en pocas ocasiones ante las balas impulsadas por pólvora explotando dentro de los casquillos. 

No eran atacantes comunes y corrientes, eran hombres licántropos. 

Los seres sobrenaturales los superaban 4 a 1, después de todo eran 10 contando con que las balas de bajo calibre apenas los mantenían a raya y eran tan monstruosamente fuertes como agiles. 

Los sobrenaturales se mofaron cuando a los oficiales de la ley se les agotaron las municiones. Marcus seguía sumido en su mundo sin percatarse de lo que pasaba a su alrededor o al menos confundiéndolo con algún accidente o situaciones mas frecuentes como un arrestado revoltoso. Los Lycans se precipitaron sobre dos policías, los demás polizontes se limitaron a replegarse buscando cargadores para sus armas de fuego. Fue uno de los licántropos que se motivo lo suficiente para lanzarse hacia Marcus y desgarrarle la garganta pero fue evitado por el único teniente presente. El par caen al suelo mientras el hombre lobo se estrello contra uno de los escritorios.

Marcus finalmente cayo en cuneta de lo que sucedía. Sus audífonos le habían sido despojados al ser salvado. No tuvo tiempo de gritar a todo pulmón en cuanto vio a los sujetos peludos de mas de dos metros con aspecto lobuno que le rodeaban ya que el oficial que lo tiro al suelo ahora lo arrastraba con suma facilidad por el suelo llevándolo a ocultarse tras de una de las paredes portátiles, delgadas y muy débiles del lugar. 

La luz es cortada. 

—¿Qué mierda...? ¿Qué carajos esta pasando? —musito incrédulo y en shock Marcus mientras una mano suya se posaba sobre su toros encima del corazón.

—¡Cállate! —le ordeno de un grito a susurros.

Marcus hizo caso en un parpadeo. Jimmy, el teniente entrecerró sus ojos para adaptarse a la oscuridad siendo agobiado por el pensamiento de que todos sus compañeros, incluido el mismo fueran masacrados por bestias. El oficial de alto mando miro al chico junto a el.

—Escucha, Marcus, nos van a matar a todos, ¿entendiste? Lo harán sino llamamos a los refuerzos y no aguantamos hasta que lleguen. Tienes que buscar un...

No logro terminar. Un hoyo en la pared se hizo entre ellos por el que se infiltro una extremidad velluda que tomo de la cara al teniente llevándoselo consigo haciendo un hueco mucho mas grande aun que el primero. Los gritos agónicos no tardaron en hacerse presentes. Quedaban pocos policías ante las fuerzas casi imbatibles que los amenazaban con dejarlos desangrándose en el suelo o aun peor. En cuestión de un minuto solo quedaba el chico que se había graduado como policía hace apenas hace una semana y media. El logro escuchar el ronroneo amenazante a sus espaldas, las pisadas húmedas acompañadas por el sonido de choque de uñas largas contra las baldosas. 

—Carajo, carajo, carajo, me van a matar unos perros de 2 putos metros, demonios —lloriqueaba Marcus cubriéndose la cabeza con ambas manos.