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Yoongi gira para ver a su hermano reír mientras sale de la habitación, nuestras miradas se cruzan lentamente haciendo que mi corazón se acelere lentamente, una leve sonrisa se da paso por los labios de Yoongi –bonito- digo­ sin caer en cuenta que me estaba escuchando, por fin puedo ver un tono carmesí en sus mejillas, quizá mi despiste no dio mal resultado.

T/N: ¿cómo van con los preparativos para la cena real? –Pregunto al mismo tiempo en el que riego algunas de las plantas en la parte  trasera de la tienda-

Yoongi: Ya casi terminamos los centros de mesa –suspira- ya casi he de conocer a tus padres ¡que nervios!-dice con una sonrisa en el rostro, es cierto, él no sabe nada de mi pasado, ni que mi padre falleció cuando era apenas una niña, tampoco de que realmente soy una princesa, ha conocido ese lado de mi real yo, sin lujos ni la necesidad de aparentar que todo está bien, simplemente siendo yo, nos conocimos en situaciones difíciles y esto nos ayudó a volvernos cercanos, cuándo solo nos teníamos el uno al otro -¿en qué tanto piensas T/N?- se acerca a mí con una de sus cejas haciendo una curva.

T/N: Solo… ¿Qué pasaría si hubiese algo de mí que no supieras?-me giro a su dirección- Pienso que quizá llegues a decepcionarte de mí, de que no resulte ser quien realmente crees que soy- su mano acaricia mi mejilla- tengo miedo de que al conocer a mis padres… decidas alejarte de mí –una lágrima baja por mi mejilla- lo siento… -cubro mi rostro con mis manos-

Yoongi: Hey… -con suavidad toma mis manos y las quita de mi rostro- no importa quienes sean tus padres, ni lo que sea que te hayas visto obligada a ocultar. Si tus sentimientos son sinceros para conmigo confiaré en ti –él aun sostiene mis manos, de un momento a otro, siento que tiro de ellos para envolverme en un cálido abrazo -¿me quieres?- pregunta acariciando mi cabello, niego  con mi cabeza, se separa lentamente viéndome a los ojos, da dos pasos para atrás creando cierta distancia entre ambos. Junto aquí aprovecho mi oportunidad para jalarlo hacia mí –no preguntaste si te amaba- susurro tomándolo entre mis brazos.

Día de la Cena…

La cena va a comenzar dentro de poco, aun me encuentro en mi habitación, mi mente se ve invadida de muchas dudas, no estoy segura si deba aceptar a alguno de los príncipes o decidirme por romper con esta costumbre. Mi madre toca la puerta sacándome así de mis pensamientos.

Mamá: T/N –se sienta a mi lado- Te sientes presionada ¿no es así? –asiento sin levantar la cabeza- Tu padre falleció cuando tu apenas eras una niña, desde ese momento y con ayuda de tus abuelos, comencé a reinar yo sola, me sentía totalmente desconcertada en ese momento, tiempo después tus abuelos partieron y por primera vez pude reconocer lo que era realmente importante, durante tantos años pensé que el pueblo tenía la gran prioridad, pero no siempre es así, aprendiste a amar a tu gente y eso te convierte en una gran princesa, estoy segura de que si no fuese por las costumbre podrías reinar tu sola sin ningún problema. Durante los años de vida de tu padre, se dedicó a escribir un diario sobre el reinado, todo lo hizo para ti, lo había olvidado completamente hasta la noche anterior, decía que te lo entregara el día de tu coronación, pero creo que este es el momento más oportuno para hacerlo, estoy segura de que algo de esto te servirá para tomar mejor tu decisión e identificar prioridades –me entrega el diario envuelto en un pañuelo que en sus inicios fue blanco, pero a causa de la antigüedad un tono amarillento lo conquistó- espero que te ayude querida –besa mi cabeza para después salir de la habitación.

La intriga me consume grandemente, retiro el suave pañuelo y comienzo a leer aquellas palabras de mi padre. Es como tenerlo aquí conmigo aconsejándome, por fin podré conocer más de él aparte de lo que los demás me contaron.

Diario del Rey Lee…

“T/N, querida niña, estoy escribiendo esto mientras te veo  dormir, tu madre a tu lado acariciando tu bella y corta cabellera te canta cada noche, el día en el que estás leyendo esto ha de ser muy importante para ti, pero ante todo, espero que seas feliz, cuando estaba pequeño recuerdo que ocasionaba muchos problemas aquí en el palacio, los caballos huían de mí, siempre les amarraba las colas entre ellos, fui bastante problemático pero era feliz, ¿hasta ahora tú lo has sido? El día de tu coronación, te ves tan hermosa en ese vestido que llevas y tu cabello ha crecido bastante, si pudiera verte en ése momento sería muy maravilloso (…) hay algo que aprendí en mi juventud y quisiera enseñártelo algún día, cuando enfrentes situaciones difíciles mira bien quiénes son tus amigos, ellos permanecerán a tu lado sin importar lo que suceda, a esos que permanezcan cuídalos, son muy escasos. Recuerdo a una familia muy especial, gracias a ellos este reino pudo surgir, en base a sus experiencias se crearon algunas de las normas referentes a los futuros reyes y reinas, hay algo muy interesante que diferencia a Lostland entre los diferentes reinos, creo que ya  has leído la norma centésima novena, si no lo has hecho, corre a hacerlo, esto me abrió los ojos al momento de casarme con tu madre, ella no era de la realeza (…) Muchas cosas te he escrito durante estos siete meses tu personalidad lentamente se irá formando, siento que vas a desarrollar un gran amor por los tuyos, por el pueblo, por tu familia, espero que en el futuro eso no te vaya a traer problemas, mi padre enseñaba que el pueblo tiene prioridad sobre uno como rey, quizá estaba equivocado, si tú no puedes luchar por tu propio bienestar o tu felicidad ¿cómo se la darás al pueblo? ¿Cómo podrás decirle a los demás que sonrían su tu no lo haces? Un rey debe tener la capacidad de identificar prioridades, quizá ya lo hayas oído demasiadas veces en el pasado, pero es cierto. Por favor, recuerda cada una de mis palabras, nunca mientas, nunca pienses que eres mejor que los demás simplemente por llevar una corona, siempre escucha tanto a tu corazón como a tu mente, incluso debes oír más tu mente (…)