Su sumisa por equivocación... ¡Actualizada!
Su sumisa por equivocación
Libro 2 de la Serie Por Equivocación
Capítulo 14 Fierecilla salvaje
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Fragmento:
―¿Se te perdió alguien igual a mí o eres una clase de pervertido mira culos?
Además de la gran lista de defectos ya mencionados por todos sus amigos, debemos agregarle uno nuevo… es mal hablada y de lengua muy afilada.
Se levanta del suelo y una vez que se gira y se para frente a mí, con esa actitud altanera y orgullosa, siento que el aire abandona mis pulmones, cuando veo la hermosura de mujer que se alza en ese par de estupendos tacones, sobre los que descansan un par de piernas torneadas y espectaculares que la hacen ver más alta de lo que es. Esa melena negra con ondas suaves que caen sobre sus pechos redondos y grandes, la imagino trenzada y enrollada alrededor de mi mano, tensándola lo suficiente para hacerla ceder bajo mi poder y ese vientre plano descubierto bajo esa pequeña y corta blusa, flanqueado por esa diminuta cintura, me trae grandiosos recuerdos de mi niñez, cuando mi madre me leía aquellos cuentos en los que hermosas sirenas hechizaban con su belleza a los osados marineros que se atrevían a desafiarlas.
―No lo creo, tienes demasiados defectos para mi gusto.
Puedo ver como su bello rostro se contorsiona por la furia, debido a mi reciente declaración.
―Óyeme bien, estiradito… en primer lugar, tú y yo ―mueve su dedo entre ella y yo, con cierta coquetería que me deja fascinado y eso me sorprende por completo―, no nos conocemos ―da un par de pasos y se acerca a mí, permitiéndome sentir ese aroma a flores y delicadas notas cítricas, que transmite tentación, seducción, y ofrece un carácter embriagador y voluptuoso, que despierta a esa femme fatale, sofisticada y elegante que hay en ella― y en segundo lugar, lo que tú pienses de mí, me tiene sin cuidado… ¡metiche!
¡Vaya! Tengo que confesar, que esta mujer ha resultado ser una caja de sorpresas inesperadas. Hay algo en ella que me resulta familiar, no sé si sean esas hermosas esmeraldas que hay en su deslumbrante rostro o es esa voz tan seductora, que me hace recordar a la impostora que conocí anoche en el club.
Por su puesto, la chica de anoche y esta en nada se parecen, aquella era toda sumisión y entrega, un coctel de sensaciones que me resultó más allá que embriagante y adictivo, a pesar de que al principio me mostro efímeras pinceladas de rebeldía, resulto poseer una extraordinaria esencia sumisa a toda cabalidad.
―¡Vaya! Puedo comprobar que entre tus pocas virtudes la buena educación no está contemplada… ¿Siempre tratas así a los desconocidos?
Me encanta provocarla, es un pequeño cerillo que se enciende con cualquier chispa.
1 comentario
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IngresarEl libro me encanta. La historia atrapa al que la lee. Excelente
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