ACTUALIZACIÓN "AURA PROHIBIDA"
Tarde, pero seguro jeje. Aquí un pedacito del cap 20 de Aura prohibida. Esto está que arde jejeje.
La idea todavía me asqueaba, así que decidí ignorar el mensaje y regresar a la mesa, en donde comí de más y dejé que un chico me invitara una bebida. El dolor corporal que sentí mientras el alcohol bajaba por mi garganta fue brutal, pero lo toleré y sonreí para disimular ante mis contentos progenitores, quienes se deshicieron en halagos, también en recuerdos.
La velada habría sido demasiado agradable de no ser por la persistente mirada de Aedus, quien me observaba desde una mesa lejana y con mucha rabia. Aun así, pocas veces lo miré y me centré en los chistes de mi madre y las ocurrencias de papá.
Cuando nos íbamos a ir, noté que él se ajustó la corbata para llamar mi atención. Sin embargo, lo mandé al demonio y me fui sin mirar atrás, caminando de esa manera que sabía que lo mataría de ira y locura. Este estaba siendo un juego bastante peligroso, pero él se había encargado de enloquecerme, de volverme una persona vengativa.
“Vas a pagar por esto, maldita”
No contesté.
“Tus padres morirán hoy”
Seguí sin contestar. No lo haría, lo conocía bien.
“¿Acaso quieres que muera la prometida de tu hermano?”
Casi me eché a reír. Eso sería un favor, pero a la humanidad.
“Mejor llevaré a esa exquisita mujer a la cama. Terminaré con ella lo que interrumpiste”
Aquello sí que me hizo apretar los dientes hasta casi romperlos, pero esta vez apagué mi celular y me libré de sus amenazas estúpidas. Me sentí demasiado poderosa al hacer aquello. Por fin le daría una cucharada de su propio chocolate a Aedus Dagger.
Que se resignara a pasar sin mí el resto de su miserable y perversa vida. Yo también estaba condenada a tener una vida vacía sin él, pero lo intentaría suplir con cosas banales, me distraería, tal vez hiciera amigas y otras cosas en las cuales centrarme.
Todo ese ánimo y empoderamiento se vino un poco abajo al estar a solas en mi habitación y sentirme muy sola. Me acosté sobre la cama y me hice un ovillo para sollozar. Aedus me escucharía, sabría el dolor que me causaba nuestra separación, pero no vendría a buscarme.
Durante un arranque de necesidad, volví a encender mi celular, esperando encontrarme con el buzón vacío o con mensajes amenazantes. Sin embargo, fue todo lo contrario.
“Eres una idiota, una reverenda idiota. No hice nada con esa jodida mujer. ¿Cuántas veces quieres que te lo diga? Tú de mí no puedes alejarte, Erika Dagger. Para mi desgracia, te amo más de lo que te odio. Eres mi razón para existir. Te exijo que salgas de la casa, te estaré esperando afuera. Celebremos la graduación, pasaré la noche contigo como tantas veces lo has deseado. ”
Su mensaje aceleró mi pulso y me ardieron los pulmones por tratar de obtener con desesperación el oxígeno que necesitaba todo mi cuerpo. Minutos después me encontré poniéndome ropa deportiva para escaparme e ir a su encuentro. No obstante, la cordura regresó a mí y negué con la cabeza.
Esas palabras románticas solo eran otro absurdo intento por controlarme. Estaba segura de que me esperaría mucho dolor y sufrimiento si me atrevía a ir. Él no cumpliría con su palabra, no me haría el amor, me tomaría de esas asquerosas formas que tanto me excitaban, para después volver a caer en el mismo círculo vicioso.
Tomé el dije entre mis manos y, con todo el pesar del mundo, susurré:
—No, Aedus. Nunca más volveré a encontrarme contigo.
2 comentarios
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Se puso bueno...
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