Retrato #10 (Noticia)

Esa tarde era inusual su visita en mi casa.

Tenía una noticia que darme y yo ya estaba segura de qué se trataba.

Me sentía feliz porque tenia una oportunidad de trabajo, un trabajo mejor que el que tenía en ese momento, con el que sólo escuchaba que no le gustaba y quería más estabilidad.

Y triste porque se tenía que ir a otra ciudad. Ya no lo vería tan seguido como ahora y tendríamos que entendernos más con palabras vistas en un celular o llamadas en la noche, cuando cada quien haya hecho sus actividades. Sabiendo que nos veríamos apenas alguna vez por mes.

“¿Qué es lo que quieres tú sin tomar en cuenta lo que yo quiero?” le había preguntado después de que él me preguntó qué era lo que quería de nosotros, seguir o no. Por supuesto que yo quería seguir. Me había mentalizado desde que me había dicho que estaba considerando trabajar en otra ciudad, que no quería dejar esto. A pesar de que no teníamos mucho tiempo juntos, se sentía cómo si hubiéramos vivido muchas cosas ya; no era la cantidad sino la calidad lo que estaba tomando en cuenta. Era una decisión considerada valiente en estos tiempos, en los que los demás ya no se esfuerzan por las cosas difíciles, porque es más sencillo deshacer y no hacer. Una decisión que no hablaba de sacrificios, sino de esfuerzos; respeto, paciencia, amor y pasión. En la que no me importaba ser “demasiado joven para tener una relación a distancia”. No quería tener una vida en la que no me hubiera esforzado por algo que quiero y donde hubiera arrepentimientos, pensando en lo que hubiera sido.

Preguntarle era necesario. Quería saber sí los dos deseábamos lo mismo y estábamos dispuesto a ello.

“No quiero dejarte” contestó simplemente. Y me bastó esta sencilla respuesta para estar segura de las cosas y de haber tomado la decisión correcta.

Muy dentro de mi quería llorar, no sabía bien por qué, pero quería hacerlo. De repente se acercó y me abrazó. Intentado que no me cayera a pedazos, uniendo todas las partes de nuevo.