Con cariño: P.J. Blackbird

Capítulo 6

Los días siguientes me siento incapaz de apartar a Peter de mis pensamientos, me siento entusiasmada y alegre por lo que pude conocer de él, pues más allá de saber acerca de su trabajo en esta película me encontré con algo mejor: el conocimiento de que no es un sujeto grosero o altivo, sino todo lo contrario. Ya ni siquiera me preocupo por el modo en que Marco me ha estado ignorando, he decidido que me hablará cuando desee hacerlo o cuando tenga tiempo, yo por mi parte me dedico a disfrutar de la sensación de bienestar que cargo conmigo. No permitiré que me quite eso.

Hoy como sola en l’art, hecho que parece sorprender a los trabajadores, quienes incluso me preguntan por Mar pero después me atienden tan bien como de costumbre. Estoy a media mordida de nugget cuando mi celular comienza a sonar, puedo ver en la pantalla el nombre de mi mejor amigo, así que trago primero el pollo estoy comiendo y después le respondo.

―¡Ey! ¿Qué onda? ¿Qué pasó? ―cuestiono, pues me extraña un poco que me hable en la hora de la comida. Mientras tanto le doy una mordida más, acabado lo que queda.

―Ev, me acaban de mandar el vídeo de la entrevista. ―Me alegro, pero no entiendo el punto de que me avise eso.

―Oh, muy bien. ¿Y qué pasó? ¿Está dañado o algo así? ―Creo que hace falta un hecho extraordinario para que me lo avise, cuando no suele hacerlo, por lo que escucho con atención pidiendo internamente que no sea nada de eso.

―No, nada de eso. Lo que pasa es que también me mandaron un aviso de que te invitaron a after-party de la premier. ―Dejo de masticar en el momento en que la última sílaba sale de su boca―. ¿Los invitaron? ¿Por qué no me avisaste?

Parece más confundido que molesto, así que yo comienzo a mover mi cabeza de izquierda a derecha hasta que recuerdo que a través de un teléfono no puede verme.

―No, no nos avisaron nada de eso ―comienzo, y estoy segura que se da cuenta de que estoy tan confundida como él―. Tal vez me fui antes, no sé.

―A lo mejor… ―murmura del otro lado de la línea pensativa―. Bueno, te veo cuando regreses, ¿sale?

―Va, nos vemos ahorita.

No consigo entender del todo de dónde salió aquella invitación, jamás me han invitado a una de esas fiestas que se celebran después, aunque claro no me molesta en lo absoluto, estar ahí significa también que podré conocer al director de la película, a otros miembros del reparto, volver a ver a Peter e inclusive, si tengo suerte, podré ver al mismísimo James Childs, aquel que ha sido mi ídolo desde que tengo quince. Hasta donde sé, no siempre acompaña para la promoción de las películas basadas en sus historias, pero nunca está de más fantasear con tener un poco de buena fortuna.

Termino mi comida con una sensación de satisfacción desbordando de mi ser, pago y dejo más propina de lo usual para la mesera que me ha atendido hoy. Camino de vuelta al trabajo, ni siquiera el olor a humo que me hace doler la nariz es capaz de hacer que deje de caminar al ritmo de la música que suena en mis audífonos.

Al llegar a la oficina voy directo con Damián, con quien hablo un poco más acerca de cómo fue la entrevista. No hemos tenido mucho tiempo de platicar últimamente y, por lo mismo, hablarle de cómo marchó todo se volvió un poco imposible. Afortunadamente hoy tenemos tiempo de ponernos al día, claro que le cuento acerca de que Peter parece incluso diez veces más guapo en persona de lo que había visto en las fotos, y no me sorprenden todas las burlas que vienen de su parte al escucharme hablar de aquel hombre.

Al final queda en reenviarme los archivos para que yo pueda editarlos y subirlos al canal de la revista cuando considere pertinente, yo no me quejo por ello. Pese a que me contrató en un inicio únicamente como crítica de películas y series, terminé igualmente editando vídeos, apoyando a los chicos de diseño cuando se saturan y escribiendo columnas que no tienen nada que ver con cine. En Ultravioleta nadie parece hacer una sola cosa, pero a pesar de ello puedo asegurar con completa certeza es que todos estamos contentos de trabajar aquí. Tenemos una buena paga, los patrocinadores no nos han escaseado nunca y nos llevamos muy bien entre todos. Es más de lo que tienen muchos de mis conocidos.

Es una ventaja que la entrevista sea tan corta, pues así consigo avanzar rápidamente, ayudándome de clips y los avances que han liberado para integrarlos entre pregunta y pregunta. Para cuando llega mi hora de salida tengo listo más de la mitad del vídeo, debiendo retocar tan solo un par de cosas para que esté perfecto. Me tomo la libertad de pasar todo mi trabajo a una USB para poder continuar en casa, pues me gustaría poder subir el vídeo antes de que sea el estreno. Así, cuando tengo todo listo, me despido de todos mis compañeros para poder irme. Me toca irme en taxi, pues aún no he tenido la oportunidad de llevar el auto al taller, y aunque eso representa un gasto de tiempo he de admitir que no me ha molestado ahorrarme el dinero que solía gastar de gasolina.




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