capitulo 15

Capitulo 15

Billy “The Kid”

Hace muchos años atrás….

Un día tranquilo en una hermosa granja, con kilómetros de pastos verdes. Un pequeño niño entra corriendo en su hogar y gritando:

-¡Mamá! ¡Mamá!

Una hermosa mujer, con un rostro sumamente amable y gentil, de cabellera oscura larga y sedosa, y ojos azules como el cielo. Se encontraba en la cocina, cuando su hijo viene corriendo hacia ella. Preocupada por el griterío de su hijo, le pregunta:

-¿Qué ocurre, Billy?

-Mamá. Volvieron de nuevo.

Repentinamente, tocan a la puerta. Un hombre en traje y corbata, maletín y malas intenciones, llama a la puerta junto con una escolta de cinco agentes de la armada.

Con enojo, la ama de casa abre la puerta de su hogar para atender la “inesperada visita”. Con educación, y mala intención, el hombre le habla:

-Buenos días. Espero que ya tenga la respuesta a mi propuesta.

-Ya le dije que no. Estas tierras no están a la venta ¿Cómo quieren que se lo diga?

-Por favor. Estamos tratando de hacer un mejor futuro para todos, pero no podemos hacerlo solos. Necesitamos que las personas cooperen.

-Ya dije que, NO. Tenga buen día.

Al estar a punto de cerrarle la puerta en la cara, el comerciante la detiene, e insiste:

-Por favor…se lo pido. Acceda por las buenas, o tendremos que hacerlo por las malas.

-¿Y para qué quieren comprar este lugar? Aquí no hay nada que les pueda interesar.

-Se equivoca. Sí es importante. Estamos creando un plan para acabar con las personas “especiales”, que nos han estado aterrando como se les viene en gana.

-¡¿No puede hacer su plan en otro lado y dejarnos en paz?! Este lugar es el sitio donde han crecido mis hijos y ha pertenecido a la familia por generaciones. ¡No está a la venta!

-Comprendo su punto. Y por eso, vengo a darle una suma más justa por todos sus años de trabajo en este hermoso campo… dígame, cuanto dinero quiere, y se lo daremos.

Al ver la terquedad del empresario, la hermosa y a la vez fuerte mujer, se molesta, y le habla con carácter:

-¿Usted piensa que puede resolverlo todo con dinero? El dinero sólo sirve para acabar el mundo más de lo que está. Para que las personas se mientan y maten los unos a los otros para tenerlo… sirve para caer en monotonía, rutina y controlar a las personas de esa manera.

Con un tono de malicia y manipulación en su voz, el comprador le comenta:

-Pero sin dinero no puede vivir. Todos sabemos eso…pero recuerde: La sociedad siempre le pondrá más atención al dinero que a su propia vida, que a su propia familia. Yo sé que usted desea millones al igual que todos, no se preocupe, dígame la suma.

En su charla. Una camioneta de carga de color oscuro, rustica, pero muy bien conservada, se acerca, y se detiene. De ella, se baja un hombre adulto y tres jóvenes. El padre de Billy: Un señor alto, robusto, de ojos oscuros y cabello rubio, vistiendo la típica ropa del campo. Los hermanos de “Kid” dos jóvenes parecidos a su hermano menor: Uno de dieciséis años, Miguel, de cabellos y ojos oscuros, con una contextura facial similar a su padre. El otro joven, de diecinueve años, Ben, el mayor de todos: Con cabello castaño y ojos claros, contextura atlética y una expresión seria pero confiable.

Al ver a su esposa hablando con el mismo sujeto que ha venido cada día, el padre de familia se molesta, y con educación habla:

-¡Señor! No estamos interesados. Que le parece si usa ese soborno, y lo utiliza para hacer algo más constructivo; cómo ayudar a la gente que no tiene como comer.

-Buenos días, Señor Castillos. Veo que aún no han pensado bien la propuesta.

-Ye le hemos dicho que no…ahora váyase antes de que lo saque a patadas.

Al escuchar la amenaza del vaquero, el comprador ríe, y dice:

-Ja ja ja ja…muy bien. Los dejare en paz. Pero sólo piénselo; nuestra paciencia se agota….

Esa noche. Reunidos en la mesa, la familia Castillos se prepara para cenar. En su banquete, la esposa ve a su esposo pensativo y distante. Con cariño le dice:

-Amor, ya no pienses más en eso.

-Lo sé, Eva. Es sólo que ya me tienen harto de que vienen aquí y molestan con sus propuestas. Sin importar cuantas veces declinemos, siguen insistiendo.

El hermano mayor, atento con la situación, añade:

-Hace días fui a la ciudad a montar queja en la alcaldía, pero sólo me dijeron que lo mejor era que vendiéramos.

Miguel, exasperado, exclama:

-¡Esto no es justo! ¿¡Creen que simplemente por ser del gobierno pueden hacer lo que se les antoja!?

El padre, Clark. Al notar que la discusión está tomando mucha preocupación, para aliviar la tención, habla:

-¡Muy bien! ¡Eso no importa ahora! ¡Seguiremos negando no importa cuantas veces vengan!... ¡Ahora! ¡Cada uno termine su cena que mañana tienen escuela!

Aún con la molestia en mente, tratan de pasar una buena noche.

A la mañana siguiente, la familia pasó todo el día en sus asuntos, y sin tener la visita del comprador, pasan un día tranquilo….