capitulo 23 - ciénega de hielo

Intente salir, moviéndome con fuerza hacia arriba y me encontré con que estaba en
medio de una ventisca de nieve y rodeado de nieve y hielo a montones. El estómago de
la araña se quedó atrás como si nunca hubiese existido. Y ahora me encontraba en un
paraíso helado, solo témpanos de hielo, montañas de nieve y piedras frías.
Caminar por esta profunda nieve era un reto sin contar la ventisca que me hacía
retroceder de vez en cuando. Temblaba de frio como si hubiese pasado un día entero
en el polo norte, pero ni siquiera habrá pasado mucho tiempo desde que llegue Aquí.
Hasta que encontré a lo lejos una luz, que provenía de una cueva, a la cual me dirigí.
Me refugie en ella cuan ciervo en el regazo de su madre. La ventisca no llegaba hasta
aquí, y este lugar estaba calentito no sé como pero lo estaba. Después de ya rato la
ventisca seso y me di cuenta que en la cueva había una gruta que no se veía final. La
cual seguí sin dudar. ¿A dónde me llevara? ¿Que será este lugar?