Capítulo 7 -Un Alpha desconocido-

Narra Dalisha

Mientras Alex y Azazel conversan lejos de las miradas indiscretas mis hijas no se separan de mi, debemos permanecer unidas ya que me he dado cuenta de que los Alphas que vienen solos suelen fijarse en las lobas solitarias o que no han sido marcadas, es obvio que no se acercaran a mí, pero estoy segura que intentarán estar cerca de mis hijas, sin embargo, el que yo ya sea una Luna marcada no les impedira nada, los lobos sobre todo los Alphas son muy territoriales y pelearan con otros por hacerse con el poder y la Luna del actual Alpha predominante, la incapacidad que tienen algunos para encontrar a su mate les dificulta las cosas tanto para ellos como para sus respectivas manadas así que en vez de insistir un poco más simplmente buscaran hacerse con el poder de otra manada y si gana también ganará posesión sobre la Luna de la misma, son casos raros pero que se dan al fin y al cabo, permanezco en estos pensamientos cuando Ariadna tironea suavemente de mi mano haciendo que ponga mi atención sobre ella.

-Mamá, un Alpha se acerca hacía nosotras- Dirigo mi mirada hacía donde mi hija señala y en efecto, un hombre de unos 40 años mas o menos se acerca a nosotras seguido por una mujer de piel blanquecina y ojos verdes, es elegante y hermosa, su piel albina resalta más ante el vestido plateado que lleva y su rostro muestra absoluta neutralidad, a lado de aquel misterioso Alpha camina un joven de cabello pelirrojo y ojos grises que se muestra un poco fastidiado pero eso no permite que se interponga en su cordialidad, curiosamente me siento un poco intimidada ante lo imponente que luce aquella familia, él Alpha es el primero en saludar con una sonrisa.

-Muy buenas noches Luna Dalisha, un placer conocerla al fin.

-El gusto es mio...disculpe me gustaría bastante saber quien es usted- Dije correspondiendo a su amabilidad.

-Oh que modales los mios, es cierto mi nombre es Everett Crawford, ella es mi Luna Astrid y mi hijo Apolo- Ambos hicieron una reverencia corta.

-Un gusto Alpha Everett, ellas son mis hijas Ariadna y Eliana Marcovich- No me gustaba para nada la forma en la que el Alpha recorria con la mirada a Eliana, como si la examinara, incluso la misma se mostró incómoda asi que saludó de forma educada pero fría, en cambio pude notar como Ariadna y Apolo se miraban con intensidad, ellos dos eran mates, aunque él le regaló la sonrisa más bonita que haya visto Ariadna solo desvió la mirada.

-Me sorprende bastante el escuchar de usted esta noche Alpha Crawford, no lo había visto jamás en mi vida si me atrevo a decirlo.

-Eso se debe a que recién heredé la manada de mi padre aquí en Estados Unidos, antes vivía en Inglaterra con mi familia.

-Felicidades por su asenso Alpha- Escuche la voz de Alex llamarme así que haciendo gala de mi mejor habilidad hasta ahora que era huir de conversaciones incómodas, me disculpe y me retire con mis dos hijas hacia donde estaba Alex, nada me quitaba de la cabeza que conocía a ese hombre por esa razón Alya se sentía muy a la defensiva con él.

-Cariño, el auto ya está listo para irnos, quieres quedarte un poco más o nos retiramos?- Preguntó Alex y yo voltee a ver a Ariadna que estaba sumamente pálida y tiritaba de frío, quizás la presencia de aquel muchacho rojo la habia dejado muy turbada por el hecho de ser su mate así que sin decirle nada le pregunte por el link si deseaba quedarse a lo que ella me contestó negativamente, no deseaba quedarse ahí mas tiempo.

-Eliana, cuando lleguemos a casa tenemos muchas cosas que conversar en familia.

-Si...madre- Ambas estaban afectadas por la presencia de sus mates en la fiesta por lo que sin decir una palabra más subieron al auto y arrancamos directo a casa, el retorno fue silencioso y tenso, Alex estaba molesto y yo solo podía pensar en los misterios de aquel hombre...su mirada...Sólo una vez en mi vida vi una mirada así de fría e interrogativa, no quería decir más pues talves solo me estaba equivocando o estaba demasiado paranoíca, al llegar mis hijas bajaron primero y después Alex se bajó para abrirme la puerta, los años no habian cambiado para nada su caballerosidad, al entrar en casa Alex hizo que las mellizas tomaran asiento y las interrogó con la mirada.

-Eliana, tú nunca has sido de guardar secretos...porque esconderme este?- Él se sentó frente a ella mirándola fijamente y yo tome asiento a su lado, esta vez debía abstenerme de interferir.

-Porque...tuve miedo padre...yo nunca quise hacerte daño enserio, pero no tiene nada de malo que ya haya encontrado a mi mate.

-No, no es malo pero él...Azazel el rey y emperador de los vampíros, ya está comprometido!! La unión que va a contraer pronto es de gran relevancia política!!- Los ojos de Eliana brillaron con lágrimas, como madre es absolutamente horrible tener que ver llorar a mi hija, su dolor fue mio cuando sentí como su corazón se quebraba, y la voz de igual forma.

-E-Entiendo...padre...si te hace feliz...lo rechazaré si así gustas, si me permiten debo retirarme- Ella se puso de pie y fue a su habitación, la regrese a ver con lastima pues si mi conexión con Alex era fuerte, mi vínculo hacía mis hijas era el triple, no quería que mi hija fuese infeliz mientras yo aún siguiera con vida. A continuación Alex le dirgió la mirada a Ariadna que se mantenía inmutable.

-Qué pasa padre? También harás que rechace a mi mate por tus caprichos??- Ariadna con su rebeldía y perspicacia siempre lograba provocarle más de un dolor de cabeza a Alex que ya no sabía como lidíar con sus constantes rechazos a las reglas.

-Ariadna quiero que seas consciente de que si algún dia decides unirte a tu mate, el pasará a ser el Alpha de esta manada.

-Estoy consciente y no pretendo otorgarle lo que es mío por derecho a ningún niño de papi- Su voz fue fría y decidida a continuacíon procedió a levantarse y caminar hacía su habitación sin antes dedicarnos un "Buenas noches" seco y amargo. Al momento de irnos a acostar yo esparcia una crema por mis brazos mientras Alex estaba sentado en la cama pensativo, luego extendi las sábanas y procedi a recostarme.