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Virg 

Te escribo al día de hoy.

En la oscuridad en mi habitación de hotel.

Nil está dormido sobre la cama, las ojeras lo consumen.

Han sido días de infierno.

Ante mi acontecimiento el compus se enteró, uno de sus estudiantes en tal escándalo.

Pausaron todo para entrar al modo legal.

Hugo, así se llama el desgraciado.

Está retenido en manos de la policía por intento de violación.

No lo he visto desde aquella noche.

Entrar en lo legal no me da miedo, enfrentarlo tampoco.

Pero mis nervios suben cuando quieren meter a mis padres en esto.

Pelee para que todo fuera secreto para ellos.

Siendo mayor de edad puedo lograrlo.

Desgraciadamente las noticias vuelan rápido, y más con campus tan conocido.

Se sabe del accidente pero no de las personas involucradas.

Hace mucho que no reprimía mis sentimientos, mi voz cortada y temblorosa frente a mi padres.

Estaban preocupados por una persona ajena, tranquilos de que no fuera yo.

Nadie entendía porque no quería que vinieran o que supieran.

Era por un miedo tonto.

Estaba tan emocionada por mi nueva libertad que estoy segura, que me encerrarán en jaula de oro nuevamente si les cuento.

Tendrán miedo de dejarme ir, y es algo que no quiero cargar.

Ya estuve enjaulada por un secuestro fallido.

Ahora esto, de poco me estoy salvando.

A veces pienso que Dios quiere matarme.

Lo digo porque siempre termino con heridas vendadas, despertando de milagro.

Un choque automovilístico, un atropello de nivel menor, un secuestró fallido y ahora una violación fallida.

Cuantas pruebas serán, ja.

Detesto preocupar a las personas.

Tengo pena al contarte que retrocedí ciertos pasos.

Amaba mi cuerpo, en como me veía.

Ahora no quiero mostrar nada de mi, me he recubierto con suéteres y camisas holgadas.

Recuerdo cuando quería ir al baño del campus hace dos días.

Los recuerdos de la noche me consumieron y terminé siendo acompañada hasta para eso.

Nil y Alex se turnan para nunca dejarme sola.

Odio el miedo que se introdujo en mi.