Epílogo

Durante las siguientes ocho lunaciones el trío maravilla, como lo apodamos, contaba su aventura a lado de Arep, nosotras maravilladas escuchábamos y hacíamos diversas preguntas, ellas gustosas nos respondían y actuaban lo sucedido alegrando nuestros corazones, hasta que cada una de ellas por la edad pereció.

Sus cuerpos fueron envueltos en hojas y flores, y arrojados al interior de la laguna para honrar a nuestra deidad. A pesar de que nuestro trío maravilla ya no se encontraba con nosotros, las siguientes generaciones seguimos narrando aquella travesía, honrando su memoria y haciendo soñar a todos nuestros familiares con la grandiosa aventura de nuestras heroínas.

En el mar cósmico, Areop Enap narraba sus aventuras en la tierra, sus hermanos conmocionados preguntaban sin parar y ella respondía. A pesar de estar en casa, extrañaba aquel lugar creado por ella, por lo cual, cada cierto tiempo pasaba por su almeja gigante y observaba entre los cielos; ella siempre miraba al pelillo que había dejado como mensaje para sus hermanas, el cual se había transformado en un conjunto de estrellas.

La última vez que lo observó, mostraba la unión de tres nuevas estrellas, lo que significaba que sus amigas ya no pertenecían a la tierra, sino que ahora formaban parte del cosmos. Después de tocar con una de sus patas aquel conjunto de estrellas, ella dejó de sentirse sola, ya que sus hermanas arácnidas ahora navegaban junto a ella por el mar cósmico.