Capítulo 9: Revelaciones en la Niebla

La tarde cayó rápidamente, y la niebla comenzaba a envolver el sanatorio de Blackwood nuevamente, creando un ambiente aún más ominoso. Alex se preparaba para regresar al edificio, decidido a explorar más a fondo y entender mejor los secretos que había encontrado. Sabía que cada paso que daba en ese lugar lo acercaba más a la verdad, pero también a un peligro desconocido.

Con la mochila cargada con una linterna adicional, su cámara y algunos suministros básicos, Alex se dirigió al sanatorio. La sensación de desasosiego era palpable a medida que se acercaba, pero la determinación de resolver el misterio mantenía su mente centrada. La información obtenida en la biblioteca había intensificado su curiosidad, especialmente sobre los experimentos relacionados con el paciente "A.V.".

Al llegar, decidió comenzar por el segundo piso, donde había encontrado la caja oculta en su última visita. Esta vez, se movió con cautela, tratando de no hacer ruido. El edificio parecía aún más silencioso de lo habitual, con solo el sonido ocasional de la lluvia golpeteando contra las ventanas rotas.

Alex se dirigió a la sala donde había encontrado el cuaderno y comenzó a examinar el área circundante. Mientras revisaba los documentos esparcidos y las viejas notas, escuchó un sonido débil, como un susurro que parecía provenir de las paredes. La atmósfera estaba cargada de una tensión que parecía casi tangible.

Decidió investigar el origen del sonido y se adentró en un pasillo que se extendía desde la sala. El pasillo estaba oscuro, y la linterna revelaba solo fragmentos de los desgastados paneles de madera y las puertas cerradas. Al final del pasillo, encontró una puerta entreabierta que no había notado antes. La puerta se movió lentamente al ser empujada, revelando una habitación pequeña, oscura y polvorienta.

Dentro de la habitación, Alex encontró un viejo escritorio cubierto de papeles y una antigua máquina de escribir. Sobre el escritorio, había un sobre con el nombre "Dr. Jonathan Reed" escrito en letras elegantes. Alex abrió el sobre y encontró una serie de cartas y documentos dirigidos al Dr. Reed. Las cartas estaban llenas de informes sobre los resultados de los experimentos y las inquietudes sobre los efectos secundarios observados en los pacientes.

Una de las cartas, fechada poco antes del cierre del sanatorio, era particularmente inquietante:

"Estimado Dr. Reed,

Las pruebas recientes han revelado resultados alarmantes. La capacidad de los pacientes para conectar sus experiencias y recuerdos parece estar afectando su percepción de la realidad. Los informes indican que algunos pacientes están experimentando alucinaciones y estados de conciencia alterados que no podemos explicar. La necesidad de suspender estos experimentos se hace cada vez más evidente. Los riesgos son demasiado altos y los resultados demasiado impredecibles.

Atentamente,

Dr. Henry Lawson"

Alex sintió un escalofrío recorrer su espalda al leer la carta. La mención de alucinaciones y estados alterados de conciencia se alineaba con las inquietudes que había encontrado en el diario del médico. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue el nombre del Dr. Henry Lawson, que aparecía en la carta. Era el mismo nombre que había visto en algunos de los documentos médicos que había revisado en la biblioteca.

Decidió seguir investigando y encontró más documentos que hablaban de las sesiones finales de los experimentos y las preocupaciones sobre los efectos a largo plazo. Había informes sobre pacientes que mostraban signos de deterioro mental, y los resultados de las pruebas eran cada vez más inquietantes.

De repente, el sonido de una puerta chirriante interrumpió el silencio de la habitación. Alex se dio vuelta rápidamente, con el corazón latiendo con fuerza. A través de la rendija de la puerta, vio una sombra moverse en el pasillo. Sintió que la presencia de alguien más en el sanatorio no era solo una sensación, sino una realidad.

Con el corazón en la garganta, Alex recogió rápidamente los documentos y salió de la habitación, tratando de seguir el rastro de la sombra. Se dirigió hacia el pasillo, iluminando el área con su linterna. Las sombras jugaban en las paredes, creando formas distorsionadas que parecían moverse con vida propia.

Al final del pasillo, encontró una puerta entreabierta. La abrió con cuidado y se adentró en una sala que parecía un antiguo laboratorio. Las mesas estaban llenas de equipos médicos, frascos rotos y papeles desordenados. En una esquina de la sala, encontró una grabadora de cinta antigua. La cinta estaba aún en su lugar, y Alex decidió escucharla.

Encendió la grabadora y escuchó la voz de un hombre, el Dr. Reed:

"Registro del 12 de marzo de 1956. Las últimas pruebas han mostrado una conexión inesperada entre los pacientes. Las sesiones recientes han revelado un fenómeno que podría estar relacionado con la percepción compartida. La experiencia de los pacientes parece estar influyendo en su entorno. Este desarrollo es preocupante y podría tener implicaciones serias. Necesitamos proceder con cautela y considerar la posibilidad de suspender los experimentos."

La grabación se detuvo abruptamente, dejando a Alex con más preguntas que respuestas. La voz del Dr. Reed, llena de preocupación, reflejaba la gravedad de los eventos que se habían desarrollado en el sanatorio.

A medida que Alex salía del laboratorio y regresaba al pasillo, el sonido de pasos lo hizo detenerse. La sensación de ser observado era inminente, y se dio cuenta de que su tiempo en el sanatorio estaba llegando a su fin por esa noche. Con los documentos y la grabadora en su mochila, decidió que debía salir antes de que algo más lo atrapara en el lugar.

Mientras abandonaba el sanatorio, la niebla se había espesado aún más, envolviendo el entorno en una oscuridad impenetrable. Alex sentía que había dado un paso más hacia el corazón del misterio, pero también sabía que cada revelación estaba llevándolo a enfrentar peligros más profundos y desconocidos.