Ecos de Soledad

En los rincones oscuros, ecos de soledad,
resuenan en el alma con fría claridad.
Cada sombra guarda un susurro callado,
un lamento de un corazón solitario y desolado.

Las paredes murmuran historias de tristeza,
y el silencio se convierte en una pesada pereza.
Ecos de soledad, un canto sin fin,
que envuelve al alma en un sombrío confín.

Las noches se alargan en un mar de vacío,
y el corazón late con un dolor sombrío.
Ecos de soledad, un reflejo de pena,
que resuena en la mente como una vieja condena.

Cada rincón es un testigo del llanto,
de un alma perdida en su propio quebranto.
Ecos de soledad, un susurro constante,
que acompaña al corazón en su tristeza vacilante.

El tiempo pasa lento, sin alivio ni calma,
y la soledad se convierte en el eco del alma.
Ecos de soledad, un lamento profundo,
que envuelve al ser en un dolor sin rumbo.