Capítulo 16

Selene

En ocasiones me exaspera lidiar con tantos hombres idiotas a mí alrededor, estoy molesta con Ethan, James, Tyler, incluso conmigo misma.

Mi alfa no me escuchó cuando pedí no bajar la guardia con Drack, no llegué a ver su muerte en mis visiones, pero sí vi sangre correr.
Vi sangre, escuché lamentos y gritos de agonía, pero no fueron de ése día, pues mi visión aún no ha ocurrido. Vi a Bree desolada en una guerra, llena de sangre que no era suya, vociferar "es tu culpa Ethan".
Todo mi ser se agita ante esa imagen, apenas puedo asimilar que aún no se termina, que nos espera solo más dolor.
Amaba a mi alfa desde el día en que me trajo a la mansión, y su luna empezó a cuidarme. No sabía cuál sería mi destino hasta que empecé a ver cosas.

Mi primera visión fue cuando de niña vi a un lobo negro frente a mí, apenas tenía unos seis o siete años. Lo vi en un sueño, el lobo era tan grande como un auto, dibujé su imagen y dije que era real, recuerdo que nadie me creía, entonces un día simplemente escapé al bosque, necesitaba comprobar que era real y me fui sin mirar atrás. No pensaba volver a ése lugar donde sufrí mis más grandes pesadillas.
Owen me encontró cuando estaba en su forma de lobo, sonreí en cuanto lo vi porque sabía que siempre tuve la razón, y él se sorprendió que una niña humana estuviera sola en el bosque y además no huyera de él.

Ése día me trajo, fue una sorpresa saber de éste mundo de lobos, entender que habían otras especies conviviendo en el mismo planeta.
Amanda era una mujer increíble, ya tenía a Tyler y al pequeño Ethan quienes crecieron junto a mí, fuimos por mucho tiempo una familia, ellos fueron unos amorosos padres que siempre venían a darme un beso de buenas noches. 
Pero yo no era una humana corriente, tenía habilidades, Owen lo supo una vez que en sueños pedía a Tyler no ir al bosque, el alfa me escuchó angustiada y al día siguiente no le permitió salir de casa a su hijo mayor por precaución.

Ése día unos lobos sin manada se colaron en nuestras tierras y mataron a unos lobeznos exploradores. El daño ya estaba hecho y había cobrado la vida de dos inocentes. La manada no descansó los buscó sin descanso hasta cazarlos y hacer justicia por el daño causado. Owen entendió que era especial y me hizo estudiar magia para probar mis habilidades.
A partir de ese entonces dejé de vivir en la mansión del alfa para irme a las afueras de la manada a vivir con las brujas del bosque quienes me enseñaron como usar mi poder, supe de pociones, maldiciones y hechizos.
No siempre tenía pequeñas visiones o flashes de algún evento, quizás me pasó un par de veces más, pero entendí que cuando miraba una muerte y advertía al respecto el daño se multiplicaba.

Vi a Tyler ser dañado, y en su lugar dos niños murieron. Vi a los gemelos Ramsey caer de un precipicio, advertí y en su lugar murieron doce personas. Vi un accidente de tráfico que sufriría Ian y al advertirles a sus padres, ése día murieron siete personas en su lugar.
Ése era el problema de mis visiones, el daño se hacía más grande, conozco de otras personas con el don, clarividentes más eficaces, pero se mantienen lejos de todos para no ser usados. Esa clase de poderes siempre tiene un alto costo, por ello no quise explotar ese potencial.
Camino sin rumbo fijo recordando que quizás fui la causante de todo, aprendí a guardar silencio cuando se trataba de esas visiones y no las tuve durante años, hasta hace poco cuando visitamos Luna sangrienta para un tratado.

El alfa Owen y yo nos reunimos con Drack en sus territorios, sentí la piel desde que puse un pie en sus tierras, no me gustaba su gente, la forma en la que nos miraba, incluso unos ojos brillantes en la oscuridad que estaban fijos en mí en todo momento.

Fue entonces que a mi mente llegó la visión, mi cabeza dolió y masajeé mis sienes con los ojos cerrados. Mi cuerpo entero se estremeció cuando vi la masacre los presentes no lo notaron pero yo sabía que ese hombre no era de fiar creí que callar haría que no sucediera la tragedia, pero me equivoqué.

La caída de Owen fue dura, aún no nos recuperamos del dolor y luego está Ethan y el pacto de sangre.
La promesa irrevocable que mientras haya alguien en pie de nuestra manada éste matará al enemigo.
Luna hechizada tiene el apoyo del consejo para asesinar a Luna sangrienta, podrán hacer lo que les plazca con el enemigo, matar hasta el último de sus habitantes sin detenerse a pensar en los niños y ancianos.
La ley del ojo por ojo es terrible, si en ella Bree perderá a alguien importante mi joven alfa será culpable y un alfa sin su luna se volverá loco.
Pongo mis manos en la cabeza, quisiera tirar de mis cabellos y gritar.

Son unos idiotas.

Esos hombres, porque se complican la existencia, las cosas serían más fáciles para todos si escucharan.

Pero no

A todos les da por hacer su vida más interesante añadiendo drama. 
Sigo caminando furiosa, veo cosas pero no me permiten decirlas, gente que me importa va a sufrir, y no puedo detenerlo.
Y entonces para que carajos me muestran el futuro los dioses.

Pateo una piedra, y grito de frustración necesito desquitar esta rabia que llevo por dentro.
– ¡Qué demonios quieren de mí! – exclamo al cielo, acaso no hemos perdido lo suficiente, desean más sangre.

– Tranquila fiera. – me dice una voz burlona y yo me quedo quieta.

Maldición 
No otra vez

Cierro los ojos y desearía que lo que escuché fue un producto de mi imaginación, pero no, el vampiro aparece entre las sombras para dejarme ver su silueta, a diferencia de él, yo no puedo ver en la oscuridad.

– Empiezo a pensar que eres suicida Klaus. – estoy en mi manada y de nuevo éste vampiro se atreve a entrar.
Tenía tantas cosas en mi mente que caminé sin rumbo fijo hasta el lugar donde nos vimos la última vez.

– Me gusta mirar desde lejos, y pues tú caminando rabiosa me pareció interesante puedo preguntar a qué se debe tu mal humor.– da pasos en mi dirección emerge como amo y señor de las sombras, sin duda su imagen impresiona, alto de un metro setenta y cinco quizás, de piel pálida y ojos fríos parece ver tu alma con ellos.