Capítulo 28

Víctor

Mirar mis logros hasta el día de hoy no hacen otra cosa que sacarme una sonrisa de orgullo.
Apenas era un muchacho en las filas de los cazadores, pero tenía muchas ambiciones, El anterior líder de los cazadores decía que sólo en caso que los nuestros fueran atacados debíamos actuar, mientras humanos no fueran dañados por seres sobrenaturales no era necesaria la fuerza.

Estaba tan equivocado, esas bestias eran un error de la naturaleza y debían ser exterminados, por ello quise su puesto para cambiar las reglas del juego a mi favor.
Tuve una mujer una cazadora que al igual que yo compartíamos el mismo ideal a ella también no le gustaba la moralidad de nuestro líder por ello entre unos pocos logramos derrocarlo, fue tan simple asesinarlo y culpar a un clan enemigo, entonces los ancianos decidieron que necesitábamos un nuevo líder.
Hubo muchas peleas dentro de nuestra organización secreta sobre quién sería el próximo líder, necesitaba destacar para que me eligieran pero nunca pensé que contaría con un golpe de suerte como el que me tocó.

Mientras investigaba al consejo de lobos de incógnito el único en el mundo sobrenatural que se rige por leyes y a quienes esos perros obedecen tan fielmente, fui atrapado por uno. 
Una mujer loba que dijo sentir mi olor delicioso. Ella no me lastimó, me dijo que me amaba y que era su pareja, su compañero, su mate. 
Tenía pleno conocimiento de cuan importantes eran para ellos encontrar a sus parejas pero no esperaba ser el compañero de una y menos que esa loba fuera la hija de uno de los ancianos del consejo.

Mujeres o lobas ambas son tan estúpidas.

Ella sin conocerme en realidad me decía que me amaba, que le diera una oportunidad para ganarse mi corazón y que me entregaba el suyo.
Era bastante conveniente que estuviera tan ciega de amor siendo alguien de rango dentro del consejo y yo no dude en aprovecharme de ello. Me comporté como un humano asustadizo e ignorante de su mundo le pedí tiempo para procesar el que ellos existían y separarme de los míos; era increíble lo que ella podía hacer por ganarse una caricia mía.

Ese fue mi mayor secreto

Nunca le dije a mi entonces esposa, la cazadora que me ayudó a asesinar a nuestro líder, tenía grandes ambiciones y ésta era la oportunidad de oro.
Katherine la loba que decía ser mi pareja empezó a hacer todo lo que le pedía y ahí empezó mi plan para hacerme del poder.
Le dije que si me amaba, me diera información detallada del consejo, de sus manadas, de sus leyes incluso que me dejara entrar ahí sin ser descubierto.
No lo dudó, ella me presentó a una bruja poderosa, esa fue toda una revelación pues ya quedaban muy pocas en el mundo y ésta podía controlar mi esencia y camuflarla con uno de lobos.

Entré a su mundo siendo uno de ellos, la loba me enseñaba orgullosa todo cuanto se trataba a los licántropos, supe de sus manadas, entré a sus bibliotecas y encontré los mapas y sonreí al sentirme amo y señor de su destino.
El tiempo fue pasando y al suministrar a los cazadores mis avances me eligieron líder de la organización, me permití estar en la cima y me di cuenta que no quería soltar el puesto jamás.
Dejé que la loba me entregara sus besos, soportaba el asco de yacer con el enemigo por mis ambiciones.
Katherine hacía todo por retenerme, y me pedía dejarme marcar, ansiaba que uniéramos nuestras almas pero yo me negaba a ello.
Entendía que si llegaba a suceder algo así, la unión me condenaría a mantenerla con vida por resguardar la propia.
Usé mi última carta le dije que si me amaba, matara a algunos lobos y que yo sustituiría con los míos.

Y lo hizo

Meter humanos entre hombres lobos no fue fácil pero logré hacerlo mediante un hechizo, los brujos eran estaban en nuestra lista pero primero debía usarlos, amenace a la bruja con matar a su hijo si no me ayudaba, cosa que la hizo recapacitar aunque no les salvo la vida a ninguno de los dos. Con ese hechizo en cuestión, podríamos caminar entre ellos y nuestro olor no nos delataría. 
Cuando obtuve lo que quería encerré a la loba, mi esposa estaba encinta quien meses después murió en el parto. Me dio un hijo varón, Lukían que fue una decepción total desde pequeño.
No tenía el instinto asesino de sus padres, cazadores letales y codiciosos.
Era falso que los hijos eran el reflejo de sus padres, pues Lukían era un debilucho no mataba ni a una mosca. 
Cuando apenas tenía 28 años ya era el líder de cazadores, habíamos matado a muchos de esas criaturas y mi nombre empezaba a causar miedo en las manadas.
Estaba en Alemania buscando pistas de un famoso vampiro, cuando me encontré por casualidad con una pareja de lobos.

Sentí rabia por verlos mezclados entre nosotros viviendo una vida común. Ordené el secuestro de varios en las manadas cercanas y fui personalmente por la pequeña futura luna de silver moon.

Jessie

Una niña de 14 años que me pareció la criatura más exquisita que haya visto con un rostro angelical, una dulce voz y ojos inocentes. Con ella me apetecía desatar mis demonios por destruirla, verla rota y sin esperanzas.
Supe controlar mi deseo por ella durante años, pero cuando se volvió una mujer su belleza creció dando paso a una verdadera hembra le di rienda suelta a mis ansias y tome aquel hermoso cuerpo durante noches enteras.

Mis hombres empezaron a dudar de mí, cuando notaron que Jessie no dormía en los calabozos, que no tenía marcas y se la pasaba mucho tiempo conmigo. 
Así que tuve que demostrar que ella no significaba nada marcando su rostro después de todo nunca nada ni nadie sería más importante que mí puesto como líder de los cazadores. Había matado por llegar ahí a muchos en el camino y lo volvería hacer las veces que fuera necesario.

Yo estaba aquí con una misión divina y era exterminar a todos estas especies, liderando a nuestra organización. La raza humana era la cima en la cadena alimenticia y esas criaturas nacieron para ser aplastadas por nosotros. 
No me arrepiento de haber hecho todas las cosas que hice por el poder, la lista de cadáveres detrás de mí eran solo escalones que me sirvieron en su momento.