CAPITULO: 3

Rebeca y Cristian se miraban y él asintió, con ayuda de un cubierto golpeo su copa para llamar la atención de todos…

-. Buenas tardes a todos – apretaba un poco su copa – como sabrán Rebeca y yo hemos tenido una amistad desde hace mucho... tiempo – mira a la susodicha – y hace unos cuantos meses nos dimos cuenta de que esa amistad se volvió algo más es por eso – dejo su copa sobre las mesa, puso una de sus rodillas en el suelo mientras sacaba algo del bolsillo de su pantalón – Rebeca durante este tiempo me he dado cuenta que no puedo estar lejos de ti ¿te casarías conmigo?

Todos estaban con la boca abierta, no podían creer lo que sus ojos veían.

Rebeca se levantó y se veía que estaba a punto de llorar cosa que le parecía muy raro a Cristian (es muy buena actriz, pensó). Se levantó de su silla con su mano en su boca y solo asintió moviendo la cabeza.

Cristian coloco el anillo en su mano y la abrazó, ella correspondió, ella dejo escapar un sollozo en su pecho; él mantuvo el abrazo hasta que ella se calmara.

-. Tranquila – le susurro

Nadie fue capaz de proferir palabra… todos estaban muy sorprendidos, y algunos no lo creían; es decir, sí eran amigos pero llegar a algo mas no era... posible.

-. Cristian – Owen se había puesto de pie, todos habían volteado verlo – será un gusto que formes parte de nuestra familia – se acercó y lo abrazo igual que a Rebeca – felicidades, hija.

-. Hijo mío – Luis había tomado la palabra era un hombre de unos cincuenta y tantos años, estaba con un terno, su rostro no emitía emoción alguna, sus ojos negros parecían vacíos; pero en sus labios tenía una ligera sonrisa – es una agradable sorpresa y felicidades – levanta su copa y todos lo imitan

-. De verdad que es una sorpresa... hermanita – Alicia tenía una sonrisa maliciosa – este momento debería ser sellado por un beso de los enamorados – sonrió con malicia (ella no se lo creía)

Rebeca y Cristian se lo esperaban de hecho tardo algunos minutos en sugerirlo. Solo se miraron y el acuno su rostro con sus manos y la acercó, dándose un beso no muy corto. Alicia volvió a tomar asiento con cara de pocos amigos y el resto de las familia solo sonreían.

-. Felicidades – Adrián les dio una sonrisa sincera

-. Hijo – Liliana (su madre) - ¿para cuándo la boda?

-. La teníamos planeada dentro de dos meses – entrelazo su mano con la de Rebeca para hablar con su madre – si no hay inconvenientes

-. Nos parece perfecto – le dio una mirada a Luis, él solo asintió

La reunión se extendió hasta entrada la noche, la única no muy contenta con la noticia parecía ser Alicia.

Astrid se había mantenido callada; pero fue la primera en abrazarlos y derramo algunas lágrimas, según dijo de felicidad (estaba muy feliz por su hermano, es solo que quizá ella estaría sola)

La feliz pareja no se separó durante toda la tarde y parte de la noche, se sentían cómodos; ya después arreglarían lo necesario para el matrimonio por lo pronto todo había salido muy bien.

Se despidieron con un beso, ambos estaban con una sonrisa de oreja a oreja; todo salió muy bien y su compromiso les agrado a sus familias.

Rebeca fue a la cocina a tomar un vaso de agua, estaba agotada pero feliz. Alicia entro a la cocina con una mirada muy seria no creía nada de ese “compromiso”

-. Que gran sorpresa… hermanita - coloco los brazos en jarra

-. La amistad es una base muy fuerte - respondio con simpleza

-. No me lo creo – se cruzó de brazos – parece más un teatro

-. Tu opinión – se acercó a ella para mirarla a los ojos – es lo de menos, querida, Cristian logro entrar en mi corazón

-. Lo veremos – salió echando humos, si fuera una caricatura estaría más roja que un tomate de la rabia y el humo saldría de sus orejas

Rebeca sabía que la convivencia sería llevadera, era su amigo aquel que la vio en los peores y mejores momentos que podría salir mal.

Salvo que Alicia lo tentará, debería avisarle... lo haré cuando pueda, pensó