Capítulo 4: Intentando seguir

Han sido días difíciles, no considero ser una persona débil de carácter ni de emociones lánguida. Sin embargo no puedo negar que el estar lejos de mi familia y no poder siquiera escucharlos por teléfono ha sido duro para mí.  

A veces las personas piensan que se toman decisiones como esta por temor o miedo, pero en mi caso se que lo hice por amor. Su bienestar para mí no tiene precio, no importa lo que tenga que perder o cuanto tenga que esforzarme. Me limpio las lágrimas y recuerdo que mis padres criaron una mujer fuerte, cuando papá murió de un infarto prometí cuidarlos yo era la hermana mayor y mis 2 hermanos eran casi unos niños cuando eso paso.

 Hacerme parte de la policía, me daba una seguridad económica que era apremiante y necesaria. Podía solventar los gastos de la casa y mamá tenía acceso a un  seguro social, la misma institución me brindaba beneficio de estudios para mis hermanos así que más que pensar en los peligros,  hice un estudio de los beneficios y tome la decisión de ingresar. 

Eso fue hace casi 8 años, aún era muy jóven. Pero con esfuerzo, sacrificio y trabajo duro logré escalar los rangos y me gane el respeto de los que trabajaban conmigo. 

Para una mujer este mundo no es fácil, siempre hay discriminación y algunas veces somos objeto de acoso

. Cada vez que quería renunciar, por que las situaciones querían rebasarme o cuando tenía miedo; pensaba en ellos y en poder darles lo mejor. 

Mi hermano menor esta a punto de ingresar a la Universidad y el mayor ya terminando, siento que ha valido la pena cada lágrima y cada milla extra.  

Se que con lo que recibiran  de los beneficios por mi muerte en ejercicio del deber, podrán arreglárselas por un tiempo, igual para mí madre había dispuesto un beneficio adicional. En un trabajo como este, la muerte siempre te respira en la nuca,  así que es estúpido ignorarla.

 De igual forma necesito encontrar un trabajo, el dinero que pude traer se acaba y debo buscar la manera que mandar plata a mi país para seguir ayudándolos aún no se como lo haré, pero ya encontraré la forma.  

Ya hace un mes que llegue aquí, he estado haciendo algunos trabajos informales  de lo que salga; jardinería, limpiando casas, lavando platos en restaurantes durante la noche luego que cierran, hasta de niñera le he hecho. Pero no es fácil son de manera eventual y los gastos son fijos.  

Conseguí una pequeña habitación en un área residencial, una señora Colombiana que conocí en el parque un día,   me brindo esa opción, es un espacio pequeño pero acogedor, tengo una habitación con baño y una salita con cocina.  

Tomo mi bolso y me aseguro que antes de salir al restaurante a lavar los platos lleve mis llaves, en lo que revuelvo mi bolso encuentro el papelito con el teléfono de Nicky Roberts. Dios santo olvide por completo mi promesa de escribirle. Tomo el papel y marco el número si no lo hago ahora, estoy segura que se me olvidará nuevamente. 

— Alooo, buenas. — Buenas tardes Nicky , soy Catalina Mendizábal. Perdona que no te había llamado pero en una cosa y otra, no había podido hacerlo. Escucho un grito del otro lado.—

— Catalina, que felíz me pone tu llamada. Pensé que te había olvidado de mí. Estaba ansiosa porque llamaras—

 — Lo siento Nicky, perdóname—

 — Solo con una condición. — 

—Sonrío, esta niña es increíble, a ver cuénteme cual es esa condición. — 

—Que aceptes tomarte un refresco conmigo y contarme como te ha ido durante este tiempo.—

— Listo, acepto.— 

—¿Que te parece que sea mañana? — 

—Me parece bien, voy a darte la dirección del lugar donde trabajo y nos vemos allí a las 6:30 de la tarde.—

— Listo Catalina allí nos vemos, gracias por llamarme— 

Esta niña esta loquita,  pero es muy dulce, me recuerda mucha la alegría y la jovialidad de Arturo mi hermano menor, siempre quise tener una hermana pero bueno no se pudo. Me alegra que podamos vernos mañana.  

—JADENNNNNNNNNNNNNNN,  Adivina quien me llamo, corro hacía el y salto a sus brazos—

— ¿Quién te llamo mi niña?— le pregunto a mi hermana.

— Catalina ¿ La recuerdas?— 

—Sí claro, la chica del avión,  que casi casi te salvo la vida. — dijo en tono irónico.

—Le doy un golpe en el brazo, tonto. —

— Auch eso dolió Nicky— 

—Pues esa era la idea, mañana iré a verla, Jaden. — 

—Ok, pero ve con tus escoltas y sin trucos Nicky arriesgas tus seguridad cuando te escapas—

—Jaden esos hombres musculosos y grandes que contrataste, intimidan a mis prospectos de novios, nadie se me acerca cuando están conmigo—

— Pues, consíguete unos prospectos de novios con más agallas y de seguro eso no pasará. — 

—Que malo eres Jaden. Si sigo así moriré soltera.— 

—Solo tienes 18 años hermanita, aún hay mucho camino por recorrer—

La verdad aunque no me hubiese atrevido a preguntarle a Nicky, estaba pendiente de que la señorita Mendizábal se comunicara con ella, abrirse paso en este país solo, no es fácil y si en algo puedo ayudarla por supuesto que lo haré.  

—¿Me quieres acompañar mañana hermanito?— pero la invitación no incluye a la patética de tu novia. Así, si me acompañas te aseguras de que no me pase nada y dejamos que los guardaespaldas nos sigan de lejos. Que te parece la idea. — 

—No te refieras  a Dayka de esa manera, estas siendo irrespetuosa. Reviso mi agenda y te confirmo mañana temprano, Nicky. — 

—Listo hermanito y perdona por decirle en tu presencia, patética a la patética de tu novia. — 

—¡Nicky! — adiós, me dice y sale corriendo escaleras arriba.  

La idea de ver de nuevo a esa chica no me desagrada del todo, se que mi hermana esta ansiosa por volver a verla y necesito cerciorarme que sea una buena persona y no represente un peligro para Nicky. Tal vez pueda ir.  

Desayuno con mi hermana en la mañana, desde que Nicky llego de Colombia Dayka no ha vuelto a quedarse conmigo en casa, ha estado algo intensa con el tema de Nicky, el respeto y nuestra próxima boda.