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Regrese a mi cabaña cuando mis amigos se fueron de la despedida de soltera y Thomas es el único que me esperaba.

• Tengo sueño – le digo mientras tomaba su brazo como almohada mientras caminábamos –
• Hannah se fue con mi hermano – menciona –
• ¿Vas a quedarte conmigo? – pregunto, apartándome un poco para poder verlo –
• Sí, si no tienes problema con eso
• Me encantaría – le digo besando su mejilla –

Entramos en la cabaña y se sienta en la cama, mientras yo entró al baño. Me saco el vestido, para ponerme mi pijama que consistía en un cachetero y camisa grande… inapropiado va a pensar que lo quiero seducir. Me río internamente porque estoy nerviosa y no me importaría que piense que lo quiero seducir, porque no sé si es del todo falso.

Cuando salgo del baño, esta acostado en la cama del lado izquierdo, viendo su celular. Levanta la mirada para verme y camino para sentarme en la cama derecha bajo su mirada.

• Deja de verme – le digo mientras coloco una almohada encima de mis piernas –
• Lo siento – ríe –
• ¿esto será como una pijamada para mayores de 18 años? – pregunto divertida y él se ríe–
• Tu dime – dice divertido – no quiero presionarte a nada –

Salgo de mi cama y me dirijo a la suya. Me inclino para darle un beso corto en los labios.

• Pues dormiremos, entonces – digo –
• Me parece bien – ríe entre dientes –

Voy a irme de su lado de la cama, pero él me agarra la mano mientras se sienta. Con su otra mano agarra mi cuello para acercarme a él. Me besa profundo, haciendo que me prenda. Coloco mis manos en su pecho, pero se separa.

• Buenas noches entonces – dice él –

Lo miro de mala gana y él sonríe.

Me recuesto en mi cama frustrada, reviso un rato el celular, para escribirles a mis padres que todo iba bien respecto a la boda. Luego me acuesto, pero sin poder dormir. Doy vuelta para no tener que verlo en la cama contigua, doy otra vuelta para verlo y luego veo el techo. ¿Por qué no hacerlo? No hay nada de malo… se pueden confundir las cosas.

• Si quieres podemos dormir juntos – dice desde su cama –
• ¿por qué lo dices? – pregunto sentándome en la cama –
• Es una invitación – menciona –

Me quedo un rato pensando y finalmente me cruzo a su cama. El abre sus brazos para que me acurruque con él.

Hormonas por favor, ya paren.

Levanto un poco la cabeza para verlo, él ya tiene los ojos cerrados y parece que intenta dormir.

Demonios…

Me levanto un poco para darle un pequeño beso con la esperanza de ver si está dormido o no.

• Summer – me dice con los ojos cerrados –
• Dijiste que hablaríamos de ninfomanía – digo y él se ríe, abriendo los ojos para verme, es mi manera de insinuar que quiero que nos besemos y ver qué pasa –
• Algo que no eres – menciona él, acariciando mi espalda –
• Lo sé – besa mi cabeza y cierra los ojos –

¿Por qué no quiere hacerlo conmigo?

Me siento encima de él, abre sus ojos entre una mezcla de deseo y diversión.

• ¿Qué quieres hacer Summer? – dice poniendo sus manos en mi cintura –
• ¿Por qué no quieres hacerlo? – pregunto inclinándome a él… sí estoy tratando de seducirlo –
• No quiero que te sientas presionada… no es que no quiero – dice él –

Balanceo mis caderas para generar fricción.

• No estoy presionada – digo, bajando a besar su cuello –
• ¿Estás segura? – pregunta él, notando que ha empezado a excitarse por la voz y otra cosa

Lo beso para que sepa que lo es.

• Sí, segura – digo encima de sus labios –

Me gira, quedando encima de mí. Acaricia mis piernas con sus manos y agradezco al cielo haberme realizado la depilación dolorosa con cera.

Luego de tener relaciones ambos nos quedamos dormidos abrazados. Por mi parte una muy contenta dormida Summer.

Al levantarme tengo una sonrisa en la cara, al verlo descansando a mi lado esa sonrisa se hizo más grande. Me vuelvo a recostar entre sus brazos y unos segundos después siento sus labios dándome un beso en la cabeza.

• Buenos días –
• Hola, extraño – le digo, pasando mi brazo por su torso para abrazarlo –
• ¿qué tal dormiste? – pregunta –
• Demasiado bien – digo refiriéndome a todo lo que paso en la cabaña anoche, lo escucho reír levemente y supongo que entendió –
• Pues yo igual, mejor que nunca –

Pasamos un buen rato en la cama conversando de todo y conociéndonos más a fondo, hasta que nos levantamos por hambre de la cama. Parte del programa es que ofrecían un buffet.

• Quiero tocino – exclame yo la hambrienta –
• Con unas buenas tostadas – exclamo el hambriento de Thomas –
• Me encanta estar así contigo – lo abrazo antes de salir de la cabaña –
• Tengo que admitir que a mí también… pensé que se sentiría raro, pero me siento en casa – menciona cuando hemos salido de la cabaña y yo sonrío tanto que siento que puedo explotar –
• No había sentido esto por nadie – le confieso un poco tímida – y nunca se me cruzo que podría sentirlo por ti, que eras mi guapo profesor de amor – bromeo –

Se ríe un poco

• Te hago una pregunta incomoda –
• Dime – le digo un poco dudosa –
• Cuando era tu profesor, antes del día que te lleve, ¿pensabas en mí de esa manera? –
• No – le digo un poco horrorizada, porque los vestigios de la Summer moralista estaba ahí – pero no voy a negar que me parecías el profesor más guapo -
• ¿por qué? – se ríe y esta divertido – soy un monstruo cuando estoy en el salón -
• A mí me parecías guapo, otras chicas a pesar de eso imaginaban o imaginan una vida a tu lado… terrible y concuerdo eres demasiado monstruoso en el salón de clases – me mira entre divertido y molesto –
• Y a pesar de eso aquí estamos – sonríe – me gusta tener todo bajo control y por parecer joven, los estudiantes suelen querer pasar esa barrera entre profesor y alumno –
• Un poco doble moral viniendo de ti – le digo divertida y se ríe –
• Me refiero que por eso prefiero parecer un monstruo, que uno de sus compañeros de estudio – dice –