Capítulo 6

—Le gustaría bailar, señorita Rinaldi. Me pregunta Carter. 

—La verdad no soy muy buena haciéndolo — Hagamos el ridículo juntos,  entonces. Srta Rinaldi. 

—Rodea la mesa y llega junto a mí, extiende su mano y me invita a la pista. 

—Me pongo de pie y justo cuando voy a tomar la mano de Carter, Santiago me sujeta por la cintura — Disculpa Carter, pero ya me había adelantado a pedirle esta pieza a la señorita Rinaldi. Con permiso, dice mientras me lleva prácticamente arrastrada a la pista. 

—¿Qué fue eso? — Nada, solo decidí evitarle un momento incómodo con Carter, que no pierde oportunidad para estar cerca de usted, la estoy salvando. Debería darme las gracias —  Disculpe señor, pero no creo que sea incómodo en lo absoluto, estar cerca de un hombre tan atractivo como lo es Carter— Llegamos a la pista y hay una música suave sonando. La sujeto de la cintura y atraigo su cuerpo a mí, poniendo ambas manos sobre sus caderas, mientras ella lleva sus manos a mi pecho, la altura de sus tacones permite que su rostro y el mío queden bastante cerca — Lo siento, lo hice con la mejor intención. Pensé que podía incomodarse — Santiago Ferrara, disculpándose, no lo puedo creer. 

—Empiezo a mover sus caderas al ritmo de la música y sumándola al vaivén de mi cuerpo, el olor a vainilla tan característico en ella, esta noche esta entremezclado con un perfume caro, he descubierto que esta cercanía me gusta. Desde la pequeña altura  desde la cual la miro, puedo notar la facciones de su rostro, son delicadas y hermosas. No se porque no me mira,  por el contrario, tiene su mirada clavada en mi pecho. La música termina y la siento acercarse a mi oído para hablarme — ¿Podemos volver a la mesa? — Sí, claro digo luego de recomponerme del pequeño escalofrió que me provoco sentir su cálido aliento cerca de mi oído. La suelto y pongo mi mano sobre su cintura para guiarla hasta la mesa. 

—Se detiene y se gira hacía a mí y me dice. Irè un momento al baño —  La acompaño— No, gracias no creo que sea necesario. Ubico a Lucas quien tiene su mirada puesta  en mí y con un gesto le hago saber que la siga.

 En este tipo de lugares, las mujeres no deben ir solas al baño, pueden encontrarse con tipos indeseables. 

—Regreso a la mesa, donde Carter y Smith se encuentran muy divertidos, acompañados de una deslumbrante rubia, que Smith tiene sujeta por la cintura—  Debiste haberme dicho que tenías algo con Rinaldi,  me hubiese mantenido al margen. Dice Carter— No tenemos nada, solo somos compañeros de trabajo. — Pues lo de hace un rato pareció una escena de un novio celoso — Para nada Carter, estas imaginando cosas — Si es así, supongo que no te molesta que la invite a salir. Esa mujer me gusta demasiado. — No, no me molesta. Puedes invitarla a salir, casarte con ella, tener hijos y ser felíz. Me da simplemente igual — Perfecto, Ferrara, perfecto dice Carter. 

—No necesitaba venir al baño, solo quería recomponerme de la forma como me afecto  su cercanía, sentir sus manos sobre mi cuerpo y su respiración cerca de mí. ¡Rayos!, ese hombre es demasiado guapo. Ese jeans ajustado que se adhiere demasiado bien en las partes correctas, y esa camisa azul oscura que  marca sus musculosos brazos y resalta el color de sus ojos, le queda jodidamente bien.

 Pero ¿que te pasa Dania,?, desde cuando te gusta Santiago Ferrara, que no te acuerdas que es un patán.

 Debe ser el alcohol, seguro estoy ebria. Babosa ¿ Como vas a estar ebria?, si apenas llevas una copa de vino. Me miro en el espejo y reparo mi imagen, no te equivoques Dania, no con el. No vayas por ese camino, es peligroso. Recuerda eres una mujer inteligente, no cometas estupideces.  

—Un par de chicas entran al baño, sonreídas y conversando 

—¿Ya lo viste? Amiga, dice una  — Si claro que lo ví, ese hombre nunca pasa desapercibido, contesta la otra  — ¿ Y te llamó? — Para nada, al muy imbécil no le gusta repetir — ¿Como así?, pregunta la pelinegra— Dice que con el todo es debut y despedida, nunca hay una segunda noche, es como una estúpida regla o algo así, no le gustan las relaciones, ni los compromisos. Es sexo casual de una sola noche — Eso es porque no ha conocido a la indicada, le contesta la amiga — O porque no le interesa conocerla. Santiago Ferrara es un hombre que te regala solo una noche de debut y despedida, ni sueñes que te buscará para repetir.  

—Allí tienes Dania, por si necesitabas que el destino te confirmara que es el equivocado, allí esta una señal clara e inconfundible. 

—Salgo del baño y regreso a la mesa. 

—Su mirada y la mía se encuentran, pero la esquivo. Es un poco decepcionante,  saber que es del tipo de hombres que solo juega con las mujeres.  

—¿Pasa algo? — No nada, señor Ferrara, todo  bien contesto con una sonrisa fingida.  

—Smith invita a la rubia que estaba con el en la mesa a bailar y Carter se acerca para invitarme a la pista. Tomo su mano y acepto. 

—Una música movida esta sonando, así que empezamos a bailar muy animados. 

—A los pocos minutos suena una balada y Carter se acerca a mí y me pide autorización con la mirada, antes de poner sus manos en mi cintura. Me acerca a él y como su altura es un poco menor que la de Santiago quedamos prácticamente frente a frente. 

—Carter, fija su mirada en mí y me dice: Estas realmente bella esta noche, Dania. Bueno en realidad me pareciste bella desde el primer momento que te ví— Gracias, Señor Carter — Llamame Jason, por favor — Gracias,  Jason— No se si sea muy precipitado, invitarte a salir, quiero conocerte, me gustas mucho Dania — ¿Es esta una declaración?.Jason— Sonrío algo nervioso, la verdad sí Dania. Si lo es — Bueno, creo que podríamos conocernos, no veo nada malo en eso. 

—Excelente — Me hace girar al ritmo de la música, lográndome sacar una sonora carcajada. De momento siento una fuerte mirada sobre mí, empiezo a buscar el orígen de la misma y me encuentro con Santiago Ferrara, fulminándome con los ojos. Lo que si creo Jason es que no debemos mezclar nuestra amistad y el trabajo, no quiero tener problemas — Sí, ya me di cuenta que tu  jefe es algo especial, tranquila seré prudente — Gracias, Jason.