Mi pequeño demonio ¡Actualizada!
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Mi pequeño demonio
(Bilogía Inocente, Libro 2)
Capitulo 16 Mi futura esposa
Capíotulo 17 Diamante color rosa
Fragmento, Cap. 16:
—Espera, cariño —le digo con dulzura—, quiero que entremos a casa juntos, como lo hacen la pareja de recién casados, al que será su hogar definitivo, porque tu eres mi mujer, la madre del que será mi primer hijo y mi futura esposa.
Ella me observa con tanta adoración y anhelo, que estoy a punto de desnudarla y hacerle el amor dentro del auto, pero me contengo, porque podría hacerle daño si le doy rienda suelta a esta pasión que me está consumiendo y quemando por dentro, a esta necesidad imperiosa de hacerla mí y someterla a mis deseos más profundos e intensos.
—Llévame a casa, Mi Señor, porque pienso permanecer contigo, por el resto de mi vida.
Ella es mi jodida debilidad, puede hacer conmigo lo que quiera, porque soy suyo en cuerpo y alma y saber que me ama tanto como yo lo hago, me hace subir al cielo y bajar de nuevo a la tierra para caer postrado a sus pies. Mi nena, es toda mi vida entera.
Le doy un par de besos cortos en sus labios y probarlos, es como darle una mordida a la fruta prohibida del Edén. La deseo tanto, que ya se me hace imposible permanecer con las manos quietas cuando estoy cerca de ella.
Bajamos del auto y me emociona el hecho de que al fin nuestra relación saldrá del anonimato y todos sabrán que es mía, absolutamente mía y la señora y ama de todo lo que poseo, incluidos mi alma y mi corazón.
Fragmento, Cap. 17:
—Mi Señor, estoy feliz de estar en casa —aprovecho de dejar pequeños besos en su cuello, que le erizan la piel completamente y a mí me hacen arder en calor—, no sabes cuantos deseos tenías de regresar a este lugar. Sé que en mi casa anterior fui feliz junto a mamá, pero este lugar lo siento como mi hogar, como la casa en la que he sido completamente feliz y la amo con todo mi corazón.
Mi señor me da una sonrisa hermosa y maravillosa, complacido con lo que acabo de decir.
—Eso me hace feliz, cariño —me dice, contento—. Yo siento lo mismo que tú, mi pequeño ángel… esta fue mi casa desde que era un niño, pero se convirtió en mi hogar desde el preciso momento en que pusiste un pie en este lugar y ahora será el hogar donde formaremos nuestra familia y veremos crecer a nuestros hijos.
¿Hijos? Mi corazón palpita emocionado, porque aunque nunca se lo dije, es mi mayor deseo tener muchos hijos con él y verlos retozar por cada rincón de la casa, haciéndonos felices a mí y a Mi Señor.
—Quiero darte muchos hijos señor —le susurro bajito al oído, mientras dejo un beso en el lóbulo de su oreja—, así que deberemos ponernos a trabajar en ello.
Mi señor rompe en carcajadas una vez que termino de comentar la buena idea que he tenido.
—Me encanta la idea de tener muchos hijos más contigo, preciosa —me dice sonriente, mientras subimos las escaleras—, pero no puedo embarazarte más de una vez al mismo tiempo, así que lo planearemos bien, mientras llega nuestro primer bebé.
Me sonrojo cuando me siento tan torpe por haber dicho semejante estupidez, solo que es lo que intentaba decir, aunque no haya sonado correctamente, es que a veces me emociono tanto y solo pronuncio lo primero que se me viene a la cabeza.
1 comentario
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IngresarMaravilloso maravilloso GRACIAS por los fragmentos
Debora MOSQUERA, De nada, cariño
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