¡Historia GRATIS y TERMINADA para leer!
—¡Dímelo, Isabella! —Sostengo su brazo volviéndola hacia mí.
—¡Yo era virgen antes de estar contigo! —dice, y tira de su brazo con fuerza, lo que termina dejando una inmensa marca roja de dedos.
—¿Virgen? —Por un minuto estoy en shock, sorprendido y enojado—. ¡Oh, Dios mío! ¿Y por qué no me lo dijiste?
—Tenía miedo… —dice suavemente mirando al suelo.
—¡¿Miedo a qué?! —Estoy más que exasperado.
Sus ojos me miran brevemente, su valentía desaparece y vuelve a avergonzarse en un abrir y cerrar de ojos.
—De que no quisieras nada más de mí si te decía que no.
—¿Tenías miedo de eso? —Camino por el lugar, pensando en la tontería que acabo de hacer—. Isabella, no soy el tipo de hombre adecuado para ser el primer hombre de una mujer, y mucho menos de ti.
No entiendo muy bien por qué, pero baja la cabeza y empieza a llorar de repente. Veo sus lágrimas cayendo al suelo e intento imaginar lo que he hecho mal.
—¿Por qué lloras? —Vuelvo a ella sosteniendo sus brazos, mientras frunzo el ceño.
—Sé por qué estás diciendo esto, lo siento. —Ella toma un profundo aliento levantando su cara y tragándose el llanto.
—Realmente no lo sabes, no tienes ni idea. Y no digo eso por mi arrogancia y tampoco porque esté casado, si eso puede llamarse matrimonio. Hay mucho más involucrado. —La miro a los ojos.
—Muy bien, Sr. Hans, no tiene que darme explicaciones. —Ella sonríe de una manera irónica.
—¡Basta! —Mi voluntad en este momento es castigarla por no escucharme.
Isabella recoge la bolsa del suelo yendo a la puerta sin demora.
—Nunca más me volverá a ver, señor.
4 comentarios
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IngresarBuen día Mary,por favor ,link!!
Dame el link por fa
Me podrías dar el link porfa
Link por favor
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