Capítulo 18: El final

¿ Habían creído que la historia terminaría ahí? Eso quiere decir que olvidaron al profesor Flyn. Aún había que salvar al miembro del consejo, no pueden olvidar esos detalles tan importantes. 

No teníamos ninguna pista acerca de en que parte del laberinto se hallaba  profesor, asique tuvimos que preguntarle a David, ya que ellos estaban conectados o algo así por el momento. Mi vecino humano nos dijo que buscaramos en la cueva del dragón dentro del laberinto, esperabamos verlo aterrado pero no, se encontraba con un monton de dragones bebés a su al rededor en una cueva con luces extrañas

- ¡ Ya era hora!- nos dijo sonriendo 

- Lo sentimos, Amanda nos secuestro también- dije a modo de defensa

- Oh, así que fueron ustedes quiénes hicieron desaparecer las sogas que me mantenían aquí ¿ cierto?

- Claro que fuimos nosotros- respndió Elliot- ¿ quién más? 

- Es curioso como tu alma gemela puede ser tan diferente a ti... 

Elliot me miró mal, tal vez debí haberle contado que el profesor conocía tod nuestra historia. Eso si, si le había comentado que era uno de los miembros del consejo 

- Y bien, ¿ están listos para ser brujos oficiales?

Elliot y yo nos miramos sorprendidos. Amanda había dicho que solo uno de nosotros lo sería pero parecía ser que no era así. Un dragón bebé comenzó a tirar de mi falda, lo que me hizo sonreír y casi quise adoptarlo

- Creo que este dragoncito esta diciendo que quiere que digas que sí 

- Claro que quiero pero... creí que solo uno de nosotros iría

- Amanda estaba tan cegada por la magia negra que perdió la oportunidad, creyó que solo tú serías bruja oficial pero no era así, los tres iban a pasar su clase de aprendiz con honores. Pero Ágela, tú eres especial, es como si llevaras muchos colores a donde fueras, eres valiente, algo torpe también pero eso puede solucionarse y me preguntaba... ¿ quieres ser mi aprendiz para en un futuro, ser miembro del consejo? 

Me sorprendí ante la pregunta del profesor, ser miembro del consejo era un gran honor. Yo, una bruja torpe y distraída, formaría parta del consejo de  once brujos. No podía estar más feliz 

- Si- respondí sonriendo 

- Tal vez debería traer a mi alma gemela y preguntarle si está de acuerdo 

El profesor agitó su varita y a su lado apareció quién era su alma gemela. Me quedé impactada cuando la vi 

- ¿ Mamá? 

- Hola Ángela, al parecer Flyn me llamó 

Un momento, esto no podía ser. Mamá estaba casada con papá, entonces... ¿ como es que el profesor era su alma gemela? 

- No lo entiendo 

- Debes recordar- explicó el profesor- que no todas las almas gemelas son pareja. De hecho, tu madre es mi mejor amiga desde que éramos pequeños 

- Así es y no sólo eso, ya has madurado y es hora de que sepas que también formo parte del consejo de los once brujos. Y ahora que Flyn te lo ha ofrecido, seguirás con la tradición de la familia

Me quedé con la boca abierta. No podía creer lo que mi mamá estaba diciendo. Fueron muchas sorpresas en un solo momento, pero debo admitir que eran sorpresas agradables. Mi mamá y el profesor eran mejores amigos, ¿quién lo hubiera dicho?

Dos semanas después nos encontrábamos en la ceremonia de entrega de medallas y diplomas. Premios que se nos  otorgaban a mi novio y a mi por haber resuelto el misterio del aprendiz. Quién nos entregaba la medalla debía ser nuestro mejor amigo y a mi me permitieron que fuera David, con la condición de que luego debía borrarle la memoria. Fue agradable no tener que ocultarle por un día que era bruja, ni siquiera se asustó cuando se lo dije, aunque si se mareo un poco al volar en escoba 

Quién le entregaba la medalla a Elliot era Ben, que desde el escenario saludaba a su nuevo novio. Y si, al parecer, Ben era gay.Incluso habíamos arreglado una cita doble con Elliot, Ben y su nueva pareja 

- Es un orgullo para mí haber enseñado a estos chicos todo lo que saben- decía el profesor en su discurso-  y es un honor para mi presentarles a la nueva aprendiz del consejo de los once brujos

Todos estaban felices y orgullosos, pero yo solamente quería descansar. Me dolían los pies, me había despeinado y solo quería estar en casa tranquila, por lo que Elliot me invitó a su casa y acepté 

La " casa" de Elliot era en realidad una mansión, tenía piscina, cancha de tenis y hasta un campo oculto para volar con escoba. Era algo increíble pero a la vez era muy solitario, no había nadie en aquel lugar 

- Es muy bonita- le dije mirando asombrada su casa

- Gracias- me respondió sonriendo, orgulloso de lo que tenía 

- ¿ Y tus padres ?

Cuando hice la pregunta la sonrisa se borró de su rostro 

- Casi nunca están, ellos trabajan 

Me acerqué y besé su mejilla

- Yo puedo hacerte compañía hasta que vuelvan