Capítulo 1.

— ¡No! — grité con tanta fuerza que sentí que mi garganta se desgarraba. — ¡No, no, Patrick! — no podía creer lo que mis ojos veían, — No, no es cierto — me removí inquieta tratando de liberarme del agarre del hombre que me tenía cautiva en ese momento.

— Quédate quieta primor, si sigues moviéndote tendré que lastimarte, y estas muy linda para hacerte daño — lo fulmine con la mirada antes de escuchar una nueva detonación.

Gire mi rostro rápidamente y vi su cuerpo caer al suelo de forma brusca. — ¡Patrick! — grité horrorizada cuando Price arremetió nuevamente contra él, esta vez, el impacto atravesó su espalda hasta su pecho.

— Te amo — fue lo que logré leer de sus labios antes que me subieran a una camioneta.

Mi llanto no se hizo esperar, lloré como niña chiquita, acababa de perder al hombre que amaba. Nuevamente se me arrebataba el amor de las manos, nuevamente perdía un amor, una vez más quedaba sola. 

Tessa subió a la parte delantera de la camioneta llorando desconsolada, me fulmino con la mirada antes de ponerse el cinturón de seguridad.

— Esto es tu culpa.

— Tu llegaste a arruinar nuestras vidas, no pudiste seguir viviendo como hasta ahora, tenías que volver y meter a Patrick en tus estupideces — grité de regreso.

— Si Price no te hubiera visto aquella noche Pat estaría vivo, tu lo mataste, lleva eso siempre en tu mente, mataste al único hombre que he amado.

No pude refutar nada mas, Prime subió al lado del piloto de la camioneta y emprendió el viaje con dirección a no se donde, algunas balas impactaron la camioneta, suponía que era Tony tratando de ayudarme, aun así, aquello no fue efectivo y lo supe cuando salimos a la carretera y tomamos rumbo desconocido.

No lograba entender cómo había terminado todo de esa manera, estábamos a punto de ser felices con nuestro Muffin y nos sucedía esto. 

No pude evitar soltar un sollozo al recordar la imagen de Patrick siendo acribillado por el maldito de Price, la sonrisa tranquilizadora que me dio antes de caer al suelo, sus ojos mirándome con algunas lagrimas en ellos, su vida esfumándose de nuestras manos.

Puse mi mano de forma imperceptible sobre mi abdomen, podría decir que nuestro amor no fue en vano, que todos nuestros intentos, sus intentos por hacerme feliz había valido la pena, que logramos nuestro objetivo.

Iba a ser madre… Pero el hombre que amaba ya no estaría con nosotros, ya no vería nacer a su pequeño muffin, ya no podría estar presente en su primer cambio, su primera palabra, su primer paso, ya no estaba más con nosotros.

— Llevaremos a papá siempre en nuestros corazones mi amor — susurré lo más bajo posible, mirando a todos lados, Tessa y Price iban hablando algo en la parte delantera de la camioneta, yo iba atrás con un hombre a cada lado.

Continuamos viajando por casi cinco horas hasta que llegamos a un hangar privado por la parte trasera de un aeropuerto, no lograba reconocer el lugar. Mi estómago rugía hambriento, sentía opresión en el pecho y el corazón roto en mil pedazos, solo quería dormir, dormir y despertar en casa al lado de Patrick, juntos como siempre, haciendo bromas, desayunando en cama y amándonos como cada dia.

Quería despertarme de esta pesadilla.

— Baja — uno de los hombres a mi lado tomó mi brazo y me jalo hacia la puerta de la camioneta.

— Ten más cuidado — me queje por la brusquedad de su acción.

— Solo baja y camina, perdemos tiempo.— baje y lo seguí despacio — camina más rápido— jalo mi brazo con fuerza haciendo que trastabillara un poco.

Caminamos derecho hasta un enorme Jet con unas letras rojas en la parte posterior, era la primera vez que veía un avión desde tan cerca. una vez salí del asombro mi cuerpo tembló asustado.

— Sube— el hombre que me llevaba me empujo hacia la escaleras del jet.

— No — me removí inquieta tratando de soltarme de su agarre, — <no quiero ir, no quiero ir a ningún lado, déjame, tengo una vida aquí.— por más que trataba de soltarme de su agarre me fue imposible.

— Que mujer mas fastidiosa — sentí un golpe en el cuello antes de perder el conocimiento.

✶⊶⊷⊶⊷⊶⊷⊷❍⊶⊷⊶⊷⊷⊶⊷✶

Mis ojos se abrieron por la luz solar que se filtraba y golpeaba de lleno mi rostro, con molestia me senté en la cama donde me encontraba mirando todo a mi alrededor.

Me encontraba en una habitación pequeña pero bien equipada, una cama sencilla, un armario pequeño, mesa de luz y dos puertas, una que suponía daba a la salida y la otra al baño.

Sobé mi abdomen rogando a todo lo divino por que mi hijo estuviera bien y me levanté de la cama para recorrer la habitación. Tal como suponía, una puerta daba a un pequeño baño, la otra estaba asegurada y era imposible abrirla. golpee la puerta con el pie, frustrada después de cinco intentos para poder abrir y camine hasta la ventana que se veía al otro extremo de la habitación.

Mi sorpresa fue enorme al ver al otro lado de la ventana, el mar azul que nos rodeaba por completo, o al menos eso era lo que parecía.

— ¡No puede ser! — exclame sacando la cabeza por la ventana y mirando alrededor, mis sospechas parecían ciertas, estábamos en una isla, tenía que confirmarlo después.