El psicólogo del Diablo

Título: "Sesiones con el Diablo"

Sesión 1: El Inicio Inquietante
El paciente entró a mi consultorio puntual, un hombre alto, de traje negro y con una presencia inquietante. No era diferente a muchos ejecutivos que veía, pero algo en su mirada me hizo sentir incómodo, como si me conociera desde antes. Se presentó como “Luciano”. Empezó hablándome de su cansancio, un agotamiento profundo. "He vivido demasiado tiempo", dijo. "Estoy... harto." Sus palabras eran vagas, pero llenas de una tristeza inusual. Pensé que era un caso típico de depresión existencial, y tomé algunas notas. Al final de la sesión, me dijo algo que me perturbó: "Nadie me entiende, ni siquiera tú… todavía."

Sesión 2: Sombras del Pasado
Luciano volvió, y esta vez comenzó a hablar de su pasado. Describió haber sido "creado para un propósito" que lo había consumido completamente. Hablaba de una rebelión que él había liderado, y de cómo se sentía traicionado. "He tenido que cargar con los errores de otros durante siglos", dijo, como si fuera una especie de mártir. Al principio, pensé que hablaba en metáforas, quizás sobre su familia o una empresa. Pero la forma en que hablaba, como si hubiera estado presente durante eones, me empezó a inquietar. Intenté centrarlo en su aquí y ahora, pero cada vez que lo hacía, sonreía de una manera que me helaba la sangre.

Sesión 3: La Guerra Invisible
En nuestra tercera sesión, Luciano mencionó una guerra. "Fue una batalla… de almas, no de cuerpos. La mayoría de la gente no la recuerda, pero yo la vivo cada día", dijo. Había una mezcla de amargura y orgullo en su voz. Me contó cómo, tras la derrota, fue condenado a un rol que no había elegido. "Me convirtieron en el villano", dijo con desprecio. "Pero todo fue una mentira desde el principio." Empezaba a hablar en términos más directos sobre algo que sonaba familiar: el bien y el mal, la caída, la condena. Me costaba seguirle el ritmo, pero su intensidad era innegable.

Sesión 4: La Naturaleza del Mal
Esta sesión fue la más perturbadora hasta ahora. Luciano comenzó a discutir sobre el concepto del mal. "¿Quién decide qué es el mal?", me preguntó. "Yo, al parecer. Todos me culpan, pero ellos son los que toman las decisiones. Solo les doy lo que ya desean." Al principio pensé que hablaba de alguna figura autoritaria en su vida, pero rápidamente me di cuenta de que estaba refiriéndose a algo mucho más profundo. Su tono era desafiante, como si estuviera tratando de que yo comprendiera una verdad que nadie más podía ver. “El mal es un reflejo, doctor. Soy solo el espejo."

Sesión 5: Revelaciones
Luciano se volvió más abierto durante la quinta sesión. Se inclinó hacia adelante y me miró directamente a los ojos. "¿Sabes quién soy, verdad?" Algo dentro de mí sabía la respuesta, pero me negué a aceptarla. "Lo has sospechado desde el principio", continuó. "He estado aquí mucho tiempo, doctor. He visto cosas que te harían desear nunca haber nacido." De repente, sus relatos sobre guerras de almas y ser señalado como el villano empezaron a tener sentido. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Luciano no era un hombre común. Me estaba describiendo, con frialdad, la historia del Diablo.

Sesión 6: El Juego del Poder
En esta sesión, Luciano se mostró más relajado, casi juguetón. "La gente me teme porque no me entienden. Creen que soy el mal puro, pero, ¿sabes lo que realmente soy? Soy libre." Habló de cómo había elegido el libre albedrío, algo que nadie más se había atrevido a hacer. "No me arrepiento de lo que hice. La libertad tiene un precio, doctor, y a veces hay que romper las reglas para obtenerla." Mi piel se erizó al oírlo hablar tan casualmente sobre la rebelión, como si fuera algo glorioso. Todo lo que había aprendido sobre la moralidad y el bien estaba siendo desafiado de una manera que no esperaba.

Sesión 7: Pesadillas
Empecé a tener pesadillas después de las sesiones con Luciano. Soñaba con caer en un abismo oscuro, mientras una risa siniestra resonaba a mi alrededor. En la séptima sesión, le conté sobre mis sueños, buscando una forma de interpretar mi propio subconsciente. Pero él solo sonrió y dijo: "Eso no es un sueño, doctor. Es un vistazo." No supe qué responderle. Comenzaba a sentir que su presencia en mi vida no era una coincidencia. La atmósfera en mi consultorio se volvía más pesada con cada encuentro.

Sesión 8: El Desprecio de la Humanidad
Luciano dedicó esta sesión a hablar sobre la humanidad. "La gente me culpa por todo, pero ellos son los que destruyen el mundo, se destruyen entre ellos. Yo solo les muestro lo que son", dijo con una frialdad escalofriante. Describió cómo los humanos buscaban su ayuda, invocándolo, y luego lo culpaban por sus propios errores. "Son débiles, doctor. Crean monstruos y luego se esconden detrás de sus propias sombras." Me sentí descolocado. ¿Era posible que estuviera viendo la verdad a través de sus ojos? ¿O simplemente estaba siendo manipulado?

Sesión 9: La Oferta
En la penúltima sesión, Luciano cambió su tono. "Has sido un buen oyente, doctor", dijo, "y quiero ofrecerte algo." Mi corazón comenzó a latir más rápido. "Tú entiendes lo que soy mejor que nadie. ¿No te gustaría… ver más allá de los límites humanos? ¿Entender la verdadera libertad?" Se inclinó hacia adelante, con una mirada tentadora. Por un momento, me sentí atraído por la oferta. Pero luego, la realidad me golpeó: estaba hablando con el Diablo, y no había trato que pudiera salir bien.

Sesión 10: El Final Inesperado
En la última sesión, Luciano estaba más tranquilo. "Sabía que no aceptarías", dijo con una leve sonrisa. "Pero no importa, porque ya tomaste tu decisión hace tiempo." Confundido, le pregunté qué quería decir. Se levantó de su silla y se dirigió hacia la puerta. "Este es el final de nuestras sesiones, doctor, pero no de nuestra relación. Volveré cuando menos lo esperes." Mientras se iba, las luces de mi consultorio parpadearon, y de repente sentí una presión en el pecho. Cuando revisé el expediente de Luciano, descubrí algo perturbador: nunca había sido registrado en mi lista de pacientes. Nunca existió… al menos no como humano.