Recuerdo Fragmentado

Elian cayó de rodillas en cuanto la puerta del túnel se cerró detrás de ellos. El silencio era denso. Dania lo observaba con preocupación, pero no dijo nada. Él se llevó las manos a la cabeza, apretando los ojos como si quisiera aplastar algo que lo perseguía desde dentro.

—¿Qué estás viendo? —preguntó Dania al fin, en voz baja.

Elian respiró hondo. En su mente, algo se había activado. El símbolo del cristal negro lo había roto por dentro, abriendo una fisura en su memoria.

—Cuando era niño… —empezó a decir— vi esa imagen. En un laboratorio. No sé si fue un sueño, o si realmente estuve allí. Pero recuerdo a mi madre… gritando.

Dania se arrodilló frente a él.
—¿Tu madre? Nunca me hablaste de ella.

—Porque no la recuerdo bien —dijo él, la voz temblorosa—. Siempre supe que algo me faltaba. Pero ahora… ahora lo veo claro. Jean Carlos estaba ahí. Era uno de los científicos.

Los ojos de Dania se agrandaron.
—¿Qué estás diciendo?

—Que él no solo es nuestro enemigo. Estuvo en mi pasado. Tal vez… fue quien destruyó mi familia. Él… me hizo esto.

Entonces se oyó un pitido sutil. Elian tenía un chip oculto, uno que nunca había sabido que llevaba. El humo del escape lo había activado. Una proyección surgió de su antebrazo: una mujer joven, con lágrimas en los ojos, hablándole directamente.

—Si estás viendo esto, Elian… ya eres grande. Si sobreviviste… significa que llevas el cristal dentro. Tu padre no fue quien creíste. Él diseñó esta ciudad… y su oscuridad. Cuidado con Jean Carlos. No es quien aparenta.

La imagen desapareció.

—¿Mi padre… diseñó Ciudad Lúmina? —dijo Elian, en shock.

Dania se acercó más.
—Eso explica por qué te buscan. Por qué Jean Carlos te quiere. Eres la clave para apagarlo todo.

Elian levantó la vista, la tristeza cambiando por decisión.
—Entonces no podemos huir. Tenemos que volver. Y destruirlo desde adentro.

Dania lo tomó del brazo.
—Juntos.

—Hasta el final —respondió él, y ambos se pusieron de pie, rumbo a lo desconocido.