Capítulo 9

La noche llego lentamente. No podía permitirme a si misma dormir, tenía que ir a buscar a Lest, pero antes tenía que esperar que Al y Dank entraran en la fase más profunda de su sueño, salir sin hacer ningún ruido pues con Al escabullirse era simple, dormía como una piedra. Pero Dank, tenía el sueño ligero como el de ella.

Lo difícil seria alzar sus armas sin que estas hicieran ningún ruido, el metal casi siempre producía un sonido contra la madera, contra el cuerpo de mis botas y de mi cinturón. Pero el verdadero desafío no sería abrir esa puerta, si no, cerrarla.

Y cuando lo logre. Esperé, esperé escuchar a Dank a levantarse, o inclusive esperé escuchar un movimiento de él, pero no hubo ningún sonido. Me di la vuelta y comencé a caminar al mismo lugar donde Lest siempre me esperaba, esperando que estuviera ahí. Pues había algo que no me dejaba tranquila, mi instinto me decía que algo no estaba bien. Habían pasado varias noches sin que yo subiera al techo a vigilar si Lest se encontraba cerca, y peor aún sin que él apareciera para provocarme.

Pero no hay nada detrás de esta enorme roca. Ninguna señal de Lest. Miro atenta, escucho atentamente. Nada. Y entonces un grujido, la arena contra el material de goma de un zapato. Dirijo mi mano hacia el pequeño cuchillo encajado en mi cinturón y en sólo movimiento levanto el brazo, empuñando el cuchillo y me detengo cuando está a un centímetro de la sien de Lest.

-¿Por qué te detuviste? Mi Amorrr – Dice lo último arrastrando las palabras. Y mirándome sin sorpresa en su rostro.- No puedes matar a esté cuerpo.

-Cállate. O lo hare en éste momento.- Pero él se mueve, agarra mi muñeca y me hace dar una vuelta en el aire, caigo en la arena de cara. Dolor se dispara en mi hombro.

-Dejemos de pelear. No vengo a eso, podemos pelear cuando haiga más gente.

-¿Qué quieres?- Digo mientras me levanto.

-¿Qué quiero? Esta noche tú viniste aquí. Así que la pregunta en realidad es ¿Qué quieres tú?

-Quiero saber que traman. Han estado demasiado tranquilos, demasiado pacíficos. Y en monstruos como ustedes eso es perturbador.

-¿Por qué nos juzgas así? ¿Por qué somos merecedores de tu odio, cuando la mayor destrucción de tu vida y de la vida de otras seres como tú, las causaron hombres de tu misma especie, hombres que conociste antes de conocer este mundo? Él monstruo no soy yo, si no aquellos hombres.

-Cállate.- Odia que supiera todo, que tuviera acceso a aquellos recuerdos míos y de Jared. Que Supiera toda la verdad.- Tú también eres un monstruo.- Pero él movía su cabeza en desaprobación.

-Ya no eres débil. OLIVIA.

-Mi nombre es Beth.

-Puedes defenderte de cinco hombres si fuera necesario. No digo que los puedas vencer, pero si defenderte lo suficiente para escapar. Podrías vencerme a mí, si en verdad lo desearas. Te convertiste en la segunda al mando y sin embargo…- Me mira fijamente.

-¿Sin embargo qué?

-Aún tienes esas pesadillas ¿no es así? Pesadillas donde eres débil, como antes, donde no puedes defenderte. ¿Por qué Olivia?

-Beth.

-¿Por qué no puedes golpearlos en tus sueños? ¿Por qué no te defiendes? ¿Por qué no peleas?

-¡Los mate a todos!

-¿Y? ¿De qué te sirvió? Sigues siendo abusada una y otra vez en tus sueños. En tu cabeza no están muertos, están más que vivos.

- Cuando…

-¿Cuándo qué?

-Cuando despierto, sé que están muertos. Tengo la certeza de que es un sueño, una pesadilla. Porque yo los mate.

-Tal vez deberías matarlos en tus sueños Beth. Tal vez ese día despiertes siendo libre.- Iba responderle algún insulto pero levanto la mano en gesto de que guardara silencio.

-¿Escuchas? Alguien viene. No deben vernos juntos.

-No me digas.

-Vete. Te iré a buscar pasado mañana en la noche.

-Oye… a mi tú no me das órdenes.

-Vete. Creo que es alguien de los míos. Corre.

-Puedo enfrentarlo. A ti y a quien sea que.

-¿así? ¿Estás preparada para matar a dos personas que solías conocer?- En mi mente un pensamiento. Russ.- Vete, tal vez no sea él.- Pero vi en su mirada la mentira, era él. Y lamentaba reconocerlo, pero no estaba preparada. No creí que tuviera que ser yo, quien lo matara.