Capítulo 3: Triple en uno

Con la luz del sol irrumpiendo por su ventana a primeras horas de la mañana, Sebástian se hallaba saliendo de bañarse soltando un bostezo, caminando hacia su cama donde le esperaba sobre las sábanas el uniforme de educación física. 

Al rato salió de su cuarto y caminó hacia el comedor, donde en una de las mesas cercanas a un cristal en la pared que permitía ver una ciudad a lo lejos se encontraban Luna y Cha. Sebástian tomó una bandeja con comida y se sentó a la par de Cha, notando en aquel momento que hacía falta alguien.

—¿Y wyatt?

—Seguro se está vistiendo, no creo que sea tan flojo y relajado para quedarse dormido cuando tenemos examen —teorizó Luna llevándose una ración de tocino a la boca.

Sebástian aceptó la idea y procedió a seguir comiendo su desayuno mientras pasaban los segundos que se hacían minutos, mismos que no debelaban consigo la presencia del inglés, quien incluso cuando el timbre de inicio de clases hizo bulla destacó por su ausencia.

Dubitaron la posibilidad de ir a su habitación para ver qué le habría ocurrido que no llegaba, pero finalmente el tumulto de alumnos que repetían incesantes información que vendría para sus exámenes respectivos les hicieron mejor echar paso hasta el salón de clases, donde ni bien ingresaron notaron las figuras del director Lenard junto con los profesores Nathan y Jade.

—Buen día alumnos —dijo Lenard con una sonrisa de oreja a oreja mientras los estudiantes se sentaban en sus sillas—, como saben hoy iban a tener el primer examen de la semana con el profesor Nathan, sin embargo, el fin de semana durante una reunión privada acordamos que este examen valdría para las tres materias que impartimos nosotros, es decir, valores cívicos, educación física y entrenamiento elemental. Yo sé que les había dicho que en mi clase no hacía exámenes, así que he decidido que por mi parte estos serían los primeros puntos a ganar para el último corte que se avecina. Les solicito en estos momentos hagan una fila ordenada para irnos cuanto antes al vall…

Un fuerte golpe sonó a la izquierda del director y los profesores al frente mientras una voz fatigada se presentaba, misma que Cha, Luna y Sebástian reconocieron como la de Wyatt a pesar de los jadeos que la pausaban.

—Perdón por el retraso, es que...

—Te quedaste dormido —terminó la profesora Jade—, lo sé, cuando iba de camino hacia acá desde el pasillo le escuché gritar disparado a bañarse, hasta me dejó sorprendida la rapidez que terminó y llegó en tan poco tiempo, ¿se aseó correctamente? Como sea, ahí quédese que de igual forma vamos a salir.

Dando suspiros ahogados, Wyatt se quedó inmóvil dejando caer su mochila a la par de la puerta mientras terminaba de escuchar lo que Lenard decía.

—Para resumir, tres exámenes en uno en una actividad que haremos en el valle Elementya, hagan fila y sigan a sus profesores.

Acatando las órdenes del director, el grupo salió del salón y pasaron por los pasillos, salieron de la academia y Sebástian notó que se aproximaban al lugar en el que Cha le daba aquellas clases privadas, girando a la izquierda al momento que pudo verla madera quemada de aquella vez hasta un camino de tierra que penetraba por el bosque.

Sebástian había oído sobre aquel sitio, el denominado “bosque sombrío”, nunca se había pensado en detenerlo incluso teniéndolo de frente, pero este tenía toda la apariencia aterradora que hace honor al nombre: graznar y cantar de cuervos sobre los árboles de grises hojas y el viento haciendo silbidos que perturbarían hasta al más valiente de los que estaban allí presentes. Pensó que sería un lugar perfecto para contar o filmar alguna historia de terror.

Los profesores ingresaron primero por la arboleda siendo seguidos de cerca por los alumnos en una fila, mismos que con una opresión en el pecho volteaban a ver hacia todas las direcciones buscando tal vez anticiparse a cualquier cosa que intentara aparecerles de repente.

—¿Será cierto que aquí murieron varios niños? —dijo Luna pegándose cada vez más a sus amigos.

—Lo que escuché es que aquí todo esto era un cementerio —bromeó Wyatt.

—¿Cómo vas a creer que construyeron un cementerio aquí? —le repuso la rubia.

—Uy, pues de donde yo vengo decimos que todo se construyó sobre un cementerio —soltó Sebástian—. ¿Escuela? construida sobre un cementerio, ¿Hospital? construido sobre un cementerio, ¿Cementerio? Lo construyeron sobre uno más antigüo.

—Que raras historias se cuentan, ¿Y no te asustas?

—Nah —respondió con falsos aires de seguridad— yo no le temo a cosas de este estil…

—¡Una araña! —dijo una voz detrás suyo mientras sentía algo grande moverse rápidamente sobre su hombro. Soltando un grito que fácilmente los de a su alrededor hubieran confundido con el de alguna de las dos chicas presentes Sebástian se quedó paralizado implorando por que se la quitaran.

—No me digas que aún no lo superas —se burlaba la voz de Ryan detrás suyo, riendo mientras aquél peso en su hombro se desvanecía, cayendo en cuenta que solo se trataba de la mano del chico.

—¿Aracnofobia? —preguntó Luna mientras lanzaba una mirada fría al chico, mismo que le restó importancia— Además, ¿de qué te ríes? Tú también le debes temer a algo.

—No, yo no le temo a ninguna de esas tonterías. ¿Una araña? La hago comer de mi puño como al llorón imbécil de ahí —soltó señaló a un Sebástian aún pálido y comenzando a respirar ya más tranquilo.

La clase siguió caminando hasta hallar por fin la uz del sol junto con un valle de pastos verdes cuyas puntas parecían brillar por las brisas mañaneras. Agudizando la vista se podía ver a lo lejos un río y con otra arboleda más. Los tres profesores ubicaron a los alumnos en el centro del sitio para que el director por fin consiguiera explicarles la actividad.

—De acuerdo jóvenes, lo que hoy harán será diferente a lo que acostumbramos a realizar en los exámenes, este exámen será enteramente práctico cumpliendo con dos roles: uno va a…