Confusión

Es horrible lo que tuve que vivir. Ver a una persona como pide por su vida y yo sin hacer nada: sin señal para llamar una ambulancia, sin recursos para poder ayudarlo. Todo esto es una porquería. En ese momento me fije que había un pedazo de papel en su bolsillero trasero, lo tome y es uno de los pergaminos con otro encabezado.

" De la peor forma de alguien que solo quería darle lo mejor, pero ella prefirió burlarse y hacerlo de menos ..."

Reflexiono sobre todo esto y creo que se refiere al sujeto que se burlaron las 3 chicas asesinadas (las chicas porno gore). Creo que Daniel tiene alguna relación o quizás un pariente de él fue la victima de estas 3 chicas, pero necesito encontrar más pergaminos para poder resolver el acertijo.

Tomo una mochila que está en el mostrador. Registro su interior y encuentro: una billetera y un par de cuadernos; tomo el dinero y me lo guardo, tomo mi arma y aun me quedan cuarenta y nueve balas y siento que algún momento las usare.

Escucho un ruido de un vidrio rompiéndose, Carlos tal vez trataba de huir porque después escuche como 3 balas saliendo. Salgo lo más rápido y si efectivamente un cazador persiguiéndolo. Uso la mirilla y trato de darle en la pierna.

Tranquilizo mi respiración, aprieto el gatillo y no le logro dar. Ahora me quedan cuarenta y ocho balas. Lo vuelvo a intentar: me relajo nuevamente, disparo y fallo.

— Mierda— susurro.

Cuarenta y siete balas es lo que me restan ahora es como dice el dicho: “la tercera es la vencida”. Fijo nuevamente mi mirada en un nuevo objetivo:  es difícil pegarle a un blanco en movimiento, pero Carlos es mi prioridad y no puedo fallar. Aseguro, aprieto el gatillo y por fin le doy a la pierna a un cazador.

Ahora me quedan cuarenta y seis balas lo cual no me parece tan mal, pero tengo que hacer que cada tiro cuente y dejar de fallar de esa forma. Trato de buscar a mi objetivo, entro al cine porque hay un rastro de sangre. Me asusta la idea de que alguien este esperándome o que sea una trampa. Corro lo más rápido que puedo y veo que la entrada está repleta de palomitas tiradas por todos lados, algunas entradas están tiradas y algo triste es que hay suéteres de niño con sangre.

Me invade esa duda, ¿Como hizo Daniel para poder vaciar un centro comercial? Entro al pasillo que divide las salas.

— Carlos, ¿Dónde estás? — grito.

— Aquí— escucho un eco.

Mi sentido auditivo me guía por la sala 3. Entro lo más despacio y las luces están encendidas así que lo mejor es cubrirme lo mejor que puedo. En cualquier momento algún cazador puede dispararme. Me acerco desde la orilla del barandal que dan para las gradas.

Cuando veo que Carlos está sentado en el asiento J12, me parecía raro. Subo las gradas lentamente, pero algo dentro de mi me dice que es una trampa, aunque no sé porque desconfió en él, si él me está ayudando.

— ¿Por qué estas sentado? —

— Quería descansar— dice

Subo normalmente y me siento a su lado.

— Una locura esto, mira a la pantalla. — dice Carlos.

Había un pergamino pegado en la lona de proyección. El problema real es como lo tomáramos. Las luces se apagan y comienza la proyección de una película. Un video de Daniel.

— " Están a salvo aquí, pero tarde o temprano tendrán que enfrentar la realidad de lo que pasa y me refiero a que no pueden evitar lo que es común para todas las razas, géneros, personas ricas o pobres: la muerte. La única que hace justicia, la única que puede ayudarnos a mostrar un equilibrio entre lo justo e injusto,pero les diré algo: salir de este lugar de muertos o sale uno de ustedes vivo para contarlo. Decidan quién puede vivir y quien puede morir" —.

— Se refiere a que nos tenemos que matar— digo.

— No creo— dice Carlos.

— ¿Por qué? — digo.

— Los cazadores están para matarnos, sería tonto. Si quería matarnos, solo era necesario que nos pusiera en un cuarto solos los dos y así tendría sentido lo que dice — dice de forma explicativa.

El pergamino se cae de la lona y lo tomamos. Por fin completamos la última frase:

"Quizás, esto no sea real".

— Algo sin sentido— digo.

Carlos toma la nota y la ve. Me observa como unos 3 segundos.

— ¿Qué pasa? — Pregunto.

— Tienes que saber la verdad— dice.

— Si me gustas— digo.