❥. CAPÍTULO VII

Un mes después de aquel viaje a Incheon, Félix y Chan no habían vuelto a hablar, ni siquiera a vivir juntos, esa situación estaba matando por dentro al pecoso, recientemente había cumplido los dos meses de embarazo y aunque su pancita no se notaba, pensó que ya era momento de decirle su prometido.

Podrían adelantar la boda, tal vez antes que se note su vientre, tenia muchas ideas, planes para recuperar al hombre que amaba.

Era lunes y él había decidió que el primer paso era volver a trabajar, a no posponer más sus casos, a seguir siendo un buen amigo par Jeongin, ayudarlo en los problemas que estaban encima suyo.

—Señor Lee, que bueno que regresa —habló Giselle, una abogada y ex amante de Hyunjin.

—Gracias Giselle, es bueno regresar, me siento muchísimo mejor.

—Es muy bueno tenerlo aquí y lamento que haya terminado con el señor Bang, hacían una hermosa pareja.

—¿Cómo? Chan y yo no hemos terminado, hemos tenido problemas, pero nada fuera de eso.

Giselle sonrió maliciosa.

—Pensé que sí, como ahora él y su asistente están todo el tiempo juntos.

—A ver Giselle ¿De que me estas hablando? —Félix se puso serio— Jeongin ha estado a ayudando a Chan porque yo se lo pedí.

—No es normal que Jeongin este todo el día dentro de la oficina del señor Bang, que él lo traiga al trabajo y lo lleve a su casa, que desayunen y almuercen juntos, con decirle que se fueron juntos a un viaje.

—¿A que viaje? —su corazón se oprimió.

—El señor Chan se fue Incheon y claro, se llevo a Jeongin con él, si supiera que cuando regresaron se les ve muy pegados, como si algo más hubiera pasado.

Félix confiaba en Chan, claro que habían tenido problemas, se habían separado, pero solo eso, una crisis le pasaba a cualquier pareja y ellos no eran la excepción, pero Chan lo amaba, siempre se lo demostró ¿Por qué tendría que desconfiar en ese momento?

Seguro, todo eran rumores estúpidos, de la gente.

—Mire, ahí vienen juntitos.

El pecoso se giró y vio a Chan entrando con Jeongin colgado de un brazo, ambos riendo, parecían una pareja, en cuanto lo vieron,  se separaron para evitar que pensara mal, pero era tarde.

—Christopher, tenemos que hablar —dijo seriamente.

—No Félix, hoy estoy ocupado, será en otro momento —lo vio con frialdad— Vamos Innie —tomó el brazo del menor guiándolo hasta el ascensor.

Entonces, era cierto, ellos estaban juntos, lo habían traicionado, ese era la peor traición que se podía recibir, del hombre que amaba y de uno de sus mejores amigos.

—¡Lixie! ¡Volviste! —fue la cálida bienvenida de Jeongin.

—Jisunggie, hola ¿Cómo estás? —sonrió suavemente .

—Te hemos extrañado mucho ¿Cierto Minnie? —jaló el brazo del otro castaño.

—Si, en efecto te extrañamos demasiado.

—Solo falta Innie para que estemos los 4 juntos ¿No creen?

—No, no hace falta —fue la fría y dura respuesta— No sé si están enterados de que Chan y yo hemos terminado por culpa de él y por su culpa mi hijo no nacerá en el seno de una familia.

—¿Estas esperando un hijo de Chan?

—Si, permiso —sonrió antes de meterse al ascensor.

Jisung y Seungmin se quedaron boquiabiertos, en la mirada de Félix vieron lo dolido que estaba, pero no podían imaginarse que Jeongin hiciera algo así, que traicionara a quien le había tendido la mano.

Lo conocía y el menor no era esa clase de persona, tenia que ser un error, porque ambos sabían a la perfección de que Hyunjin estaba enamorado de Jeongin, él mismo le había contado al de mejillas grandes su acercamiento en Incheon.

Cuando Félix llegó al último piso, entró a la oficina de Chan, pero no lo encontró a él, sino a Jeongin, sentando, revisando unos papeles.

—Jeongin, tenemos que hablar, ven —lo miro con dureza y el menor se levantó confundido— Porque ya me dijeron que tú y Chan se fueron de viaje, así que vamos a hablar sobre como por tu culpa, Chan y yo ya no nos vamos a casar, hablaremos sobre como por tú culpa, mi bebé crecerá sin su padre.

—Félix discúlpame por favor, yo- —no sabía que decir, ni como disculparse por haberse fijado en el prometido de su jefe.

—¿Disculpa? ¿Después de como durante mi ausencia hiciste hasta lo imposible para quitarme a Chan?

—Eso no es cierto Félix, yo nunca quise quitarte a Chan, si… si yo hice algo que te lastimó, te juro que fue sin ninguna mala intención —algunas lágrimas cayeron por sus mejillas.

—No necesito perdonarte, solo quiero que te des cuenta del daño que me hiciste.

—Yo nunca quise hacerte daño Lix, te lo juro.

—Tampoco lo evitaste, Yang —al rubio también se le cayeron las lágrimas— Te abrí las puertas de esta empresa, te abrí las puertas de mi casa, te abrí las puertas de mi corazón, te entregué mi amistad y nada de eso fue suficiente ¡Para que no te metieras entre Chan y yo!

Jeongin se hizo chiquito cuando escuchó el duro grito de Félix y retrocedió algunos pasos, intentando dejar de llorar, quiso hablar, pero cuando vio la mirada dolida de su amigo prefirió callar.

Sus manos temblaban y sentía que sus piernas no le respondían.

—Yo te juro que entre Chan y yo nunca pasó nada —le susurró.

—¡Claro que pasó! ¡Por eso te fuiste con él a Incheon! ¡Para entregarte a él! —le gritó.

—¡No Félix! ¡Te juro que no! —intentó tocarlo, pero el otro lo miro con desprecio— Chan solo es un amigo, solo eso… nos confiamos nuestros problemas, porque tú lo hiciste a un lado, solo fuimos un apoyo, pero jamás ha pasado algo más, te lo juro.

—La confianza es algo muy difícil de ganar, pero muy fácil de perder —tiró las cosas del escritorio— ¡Yo confié en ti, Jeongin! ¡Pensé que eras mi amigo!

—Féli-

—Estas despedido, te quiero fuera de esta empresa ¡Ahora! —lo tomó del brazo pese a sus suplicas— ¡Largo!

Félix tiro la puerta y se sentó en la silla que estaba cerca, comenzando a llorar lleno de rabia e impotencia, puso sus pequeñas manos sobre su vientre, intentando calmarse, pero fue totalmente imposible.