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SETH

Por fin, tras meses de preparación, se llevará a cabo una misión real. Un pequeño país de Nueva Hispania está siendo atacado por la Resistencia.

La mayoría de rebeldes ya se han retirado aparentemente, por lo que no hay mucho peligro, la situación es tan fácil que incluso Malcom se ofreció a acompañarnos para supervisar como reaccionamos en una situación real. El miedo se mezcla con la expectación proporcionando a mi cuerpo una recarga energética increíble, me siento como una batería humana.

—Bájale un poco a la emoción, hermano. O podrías no se… electrocutarnos o algo así —dice Kat.

—Relájate, hermana. Lo peor que puede pasar es que se quemara el potenciador, lo cual sería un alivio para ti ya no tendrías que soportarme —espeto, pero no consigo el efecto que quería, tal vez exagere un poco.

—Seth, te recuerdo que esto es algo serio, no es un simulacro —en sus ojos hay miedo, me arrepiento al instante de mis palabras—. Por favor, ten cuidado—me ruega finalmente y hago la promesa mental de obedecer.

—También tú debes tener cuidado, Kat.

******

Hasta el momento toda ha estado muy bien. Estamos trasladando a algunas familias a  un refugio seguro, lejos de los edificios en llamas y los grafitis con mensajes anarquistas, Kat está haciendo lo mismo con la otra mitad del equipo a unos veinte kilómetros de aquí. Malcom está con nosotros trabajando como si fuera un cadete también, es extraño verlo caminar vestido de la misma forma que nosotros con la capucha alrededor de su cabeza y las botas repiqueteando en el suelo, Loris está con él, un poco más lejos, cerca del parque. Mientras que estoy con Layla, nos hemos alejado un poco intentado que una mujer entre en razón y deje su casa para acompañarnos al refugio.

—Por favor, es por su seguridad, debe acompañarnos —repite mi compañera por quinta vez.

La mujer se limita a negar y agitar los brazos, cada tanto suelta alguna frase en español que entiendo a medias, el acento de este país es algo difícil de descifrar.

Me dispongo a hablar a la mujer con tono autoritario para que nos siga porque hemos perdido mucho tiempo,

—Seño…

Me detengo, un disparo retumba en el lugar. Miro a Layla, ella asiente, está pensando lo mismo que yo, parece que provino de la dirección donde están Loris y Malcom. No lo pienso dos veces, corro hacia allí como nunca lo he hecho en mi vida, como si todo dependiera de ello.

—¡No! —escucho a Layla gritar detrás de mi— ¡Seth, espera!

Pero no puedo parar, mis piernas se mueven solas y el tiempo parece haberse detenido. Giro en la esquina y empiezo a divisar el monumento del parque donde vi a Malcom por última vez.

Kat

¿si?

¿Estas bien?

Si, ¿por qué? ¿tu estas bien?

Algo así, acabo de escuchar un disparo, pero…

¡¿pero qué?!

Todo esta tranquilo, no hay nadie, no se escucha nada.

Tal vez fue otra cosa…

Y entonces lo veo, el monuemnto central del parque tiene un enorme letrero que reza “NO MÁS” con una estrella dibujada alrededor todo, pintado con descuidadas letras rojas.

No.

Un cuerpo cuelga del arbol que esta en el costado derecho, casi tapando la letra s.

Me acerco… y caigo de rodillas.

Es Malcom, sus delgados dedos están más blacos que nunca, uno está torcido, la capucha de su traje le oculta parte del rostro, creando un macabro juego de luces y sombras, pero eso no opaca sus ojos, estan totalmente abiertos y brillantes.

“NO MÁS CLONACIÓN” las letras dibujadas en su pecho con su propia sangre gotean y caen al suelo lentamente, veo como una cae sobre mis manos y me quedo observandola, hasta que escucho pasos, debe ser Layla que ha venido a buscarme.

Pero cuando me levanto no veo a Layla, sino a Loris, rodeado de diez perosnas con expresiones feroces.

—Se los dije, aquí tienen al increíble hijo del ministro —increpa quien alguna vez fue mi compañero—. Ahora solo falta traer su linda hermana melliza.

Kat, van por ti, tienes que irte.

¿De qué hablas? ¿Por qué no me dices que sucede?