Día 478.2.

- Así que -dijo El Gobernador- Daryl Dixon, ¿eh?

Ella no dijo nada, se limitó a mirar al suelo con el llanto atrapado en la garganta. Sus ojos estaban llorosos y las lágrimas querían desesperadamente salir de sus ojos. La voz de El Gobernador era un simple murmullo a la distancia.

"Daryl" -pensó-. "Estaba tan cerca de ti."

- Debí suponerlo -dijo con voz ronca. La miró desde arriba con su, ahora, único ojo-. ¡Mírame cuando te hable! -gritó y ella, con la mirada dura y con lágrimas en los ojos, levantó su cabeza. Al verlo a la cara sintió una enorme satisfacción al notar que solo tenía un ojo. Un ojo que la miraba con odio. Él la vio y le dio una bofetada en la mejilla-. Para que llores por algo.

Ella no hizo nada, tan sólo comenzó a reír. Primero bajo y luego con más fuerza hasta que se transformó en una carcajada.

- ¿Qué es tan gracioso? -preguntó confundido el hombre.

- ¿Sabes? -levantó la mirada-. Tenías bonitos ojos -él la miró aún más confuso-, pero ahora sólo tienes uno. Me hubiera encantado ser yo quien te arrancara ambos, pero ahora creo que me deberé conformar con uno sólo.

Continúo riendo mientras que el hombre con una venda ensangrentada se retiraba ofendido y sin palabras en la boca. En la entrada se detuvo y dijo a sus espaldas:

- Espero que te sigas riendo después de lo que le voy hacer a tu adorado Daryl y al traicionero de su hermano, Merle -cerró la puerta con fuerza.

Sarah siguió riendo cada vez más bajo hasta que su risa se transformó en el llanto que llevaba atrapado hacía tiempo.

- ¡Perro sarnoso! -gritó entre sollozos-. ¡Espero que te pudras en el puto infierno, maldito! -esta vez con la furia que brotaba de su pecho.

Ella deseaba arrancarle el otro ojo con sus propias manos, dárselo a los perros o a los Caminantes para que se lo comieran enfrente de él y que luego se lo devoraran mientras aún seguía con vida. Sin embargo, era un sueño que ella sabía que jamás llegaría. Ahora todo lo que podía pensar era en Daryl y en lo que ese monstruo le iba hacer. Mientras más dejaba fluir su imaginación, más su corazón sufría. Comenzó a llorar con ira hasta que no pudo más.

 

"Daryl. Ahora lo recuerdo todo. Lo que hiciste por mí, lo que yo hice por ti. Todo. Pero lo que más recuerdo con todo mi corazón es el gran amor que siento por ti. Te amo, Daryl. Te amo."




 

...



 

"¿De verdad eras tú o fue mi mente haciéndome crueles y dolorosas jugarretas?"

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