Capítulo 12. La canción de los niños

Ellina, Alyssa y Leonardo caminaban sobre el puente de Brooklyn, estaba sostenido en pie sin ningún daño aparente, como si no hubiera un apocalipsis a unos pasos de él.

—¿Cómo es que llegaron hasta aquí desde Central Park?—preguntó Ellina deteniendo su paso lo que provocó que todos también se detuvieran.

Alyssa y Leonardo se miraron de forma cómplice, pero ninguno abrió la boca para decir nada.

—¡Tenemos que volver para salvar a mi familia! —dijo Alyssa desesperada

—¡No volveremos! —gritó Ellina entre furiosa y frustrada—. ¿Acaso enloqueciste?, ¡Apenas escapamos, van a matarnos!

—¡No abandonaré a mi familia! —gritó Alyssa con fuerza

—¡Tranquilas! —gritó Leonardo interrumpiéndolas—. Necesitamos estar tranquilos todos, pero antes necesito saber toda la verdad, sé que ustedes saben más que cual- quiera sobre esas horribles criaturas, así que les pido, ¡más bien les exijo que me digan todo lo que saben!

Alyssa y Ellina se miraron, mientras que Ellina hacía algunos gestos indicándole a Alyssa que no hablará. Alyssa miraba a Leonardo de reojo y este a la vez las observaba cautelosamente.

—¡Ellina es un hada de Hansti, tiene poderes, y el mundo se va acabar, pero ella se niega a salvarnos! —dijo Alyssa sin medir sus palabras.

Ellina la miró impactada no podía creer que hubiese dicho todo eso delante de Leonardo, que no significaba más que un simple extraño para ella. El hada la miró furiosa

—¡Cállate, estas enloqueciendo, estoy tratando de ayudarte, ahora estás hablando tonterías! —dijo Ellina muy molesta

—¿Ayudarme?, ¡Entonces hazlo, di la verdad, quiero escucharla yo también por- que entre tantas mentiras que has dicho no sé qué creer! —dijo Alyssa

Ellina la miró fijamente con los ojos enrojecidos entre el enojo y el dolor

—¡Estoy tratando de salvarte, niña estúpida!, ¿no te das cuenta que estoy haciendo esto por ti? Pude irme en cuanto pisé la tierra, en cambio me quedé aquí solo por ti, para cuidarte y protegerte, ¿Por qué? —Ellina se preguntó así misma mientras Alyssa la miraba con frustración y Leonardo la miraba confundido—. Eres la única amiga que tengo en todo el universo, incluso aunque parezca ilógico en este corto tiempo me enseñaste a amar a otra persona que no fuera yo—dijo Ellina con la voz temblorosa y lágrimas calientes recorrieron su rostro.

Para decepción de Ellina, Alyssa permaneció en completo silencio ante aquellas palabras sin saber qué decir. Ellina se limpió las lágrimas con las palmas de las manos y frustrada lanzó una gélida mirada a Leonardo

—Yo no puedo salvar a nadie. Esta realidad va extinguirse junto con toda la vida que hay —dijo Ellina

Leonardo la miró con los ojos empequeñecidos y una mirada transformada en enojo

—¡Mi madre y mi hija están muertas!, vi sus cuerpos apilados entre aquella mon- taña de cadáveres, ¿Crees que me importa sobrevivir o morir?, ¡mi mundo ya llegó a su fin!, pero solo por una vez antes de morir quiero saber la verdad.

Ellina escucho aquellas palabras muy sorprendida, a su mente vinieron los recuerdos de Fanny y Carmen quienes hasta hace unas horas habían estado junto a ella y ahora estaban muertas, el hada cerró sus ojos con fuerza y luego camino de un lado a otro in- tentando respirar profundamente para tranquilizarse y evitando derramar más lágrimas. En cambio, Alyssa no dejaba de llorar en silencio.

Luego Ellina se detuvo y miro a Leonardo quien estaba muy serio, de pie y en completo silencio, Ellina suspiró profundamente y luego dijo:

—Está bien, contaré la verdad.

Leonardo la miro expectante, mientras que Alyssa contuvo el llanto dispuesta a escucharla.

—Nací en Hansti, nosotros creemos en la gran energía creadora. A través de ella se crean los planetas, las estrellas, las galaxias, cada uno de los seres vivos, creemos que todo es una extensión de esa energía que se alimenta de cada experiencia vivida y vibra- ción energética. Los Hansti convivimos y compartimos esta teoría con ciento doce razas de todo el universo que conocemos hasta ahora, existen también otras razas con las que no tenemos ningún contacto, algunas porque son muy hostiles y otras muy primitivas— Leonardo y Alyssa estaban escuchando con mucha atención a pesar de que no parecían comprender exactamente lo que les decía el hada.

—La Tierra, siempre ha sido muy importante para la gran energía, los Hansti han tenido que intervenir para ayudar, generalmente con adolescentes y niños, intentamos actuar a favor de la gran energía—dijo Ellina

—¿De qué manera? —preguntó Leonardo interrumpiendo a Ellina, pero esta le miró dudosa, así que Leonardo intento hacer más clara su pregunta—. ¿De qué manera ayudan a esa energía y que hacen con los niños?

—No hacemos daño. Solo hacemos lo más conveniente, de alguna forma modificamos sus actitudes, conductas o emociones a favor de la gran energía, pero jamás les hacemos daño—dijo Ellina con miedo de que no le creyeran

—¿Como saben que realmente ayudan a esa energía?—preguntó Leonardo demasiado incrédulo

—Tenemos tecnología que ustedes apenas imaginan, estudios que demuestran la existencia irrefutable de la gran energía. ¡Como una gran fuente que se derrama sobre todo el universo y le da vida! —dijo Ellina sonriendo compasivamente

—¿Y esa gran energía, es buena? —preguntó Alyssa

Ellina borró la sonrisa de su rostro y miró a Alyssa con mucha confusión

—No puedo entender, ¿por qué nos hace sufrir tanto? —dijo Alyssa con la voz entrecortada

Leonardo no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas ante las palabras de Alyssa, Ellina no sabía cómo explicarlo.

—Ustedes no pueden entender que no existe lo bueno y lo malo, son solo experiencias que deben vivir y todas tienen un propósito—dijo Ellina mientras retiraba su cabello del rostro

—¡No lo entendemos!, ¿por qué murió la familia de Leonardo?, ¿Y mis padres? ¡Jamás los veré de nuevo!, ¿pero es una experiencia que debía vivir, para qué?—dijo Alyssa enojada y triste