PARTE VIII: REUNIÓN (FAMILIAR)

Helanka

Por vez primera vi miedo en los ojos de mi hermano, ya no estaba el arrogante que siempre avasalla sino uno que nunca salió a la luz el débil y asustadizo. El cachorro que siempre fue, aunque quisiera mostrar lo contrario, pero ya es tarde no hay capacidad de maniobra para rectificar. Tengo que ser fuerte por mi gente, Carls se merece ese linchamiento y la pena consiguiente de ir al planeta prisión. Pero me voy a dejar de pensar en el traidor del primogénito y voy a pensar en lo que voy a disfrutar estas quince rotaciones con mi esposa. Después de dejar al primogénito en su nuevo estado de preso fui, junto con mi compañera eterna, hacia las naves que nos llevarían de vuelta a su mundo natal, y sí he dicho naves por sugerencia de ella, su hermana y yo iríamos en una de las naves y el Gran Dragón e Isthar en la otra, pero antes se dedicó a hacer de hermana mayor, aunque realmente es la más pequeña de todas.

Isthar: "Nicoletta, escúchame intenta hablar todo lo que puedas con tus compañeras de viaje, con Helanka, o con el Comandante Alférez, es la mejor manera de evitar la descomposición del cuerpo cuando entramos en la velocidad luz..."

Nicoletta: "Sí mamá...", provocando que los presentes nos riamos como cachorros jugando.

Me sorprendió el ver como se despedía el Gran Dragón de su compañera eterna, con un sentimiento que nunca había visto entre los míos. Creo que debería ser obligatorio mostrar los sentimientos, sobre todo si son tan bellos como el amor. Después de ver ese gesto le pedí a Nicoletta que se preparase que íbamos a subir a bordo y después, pedí a mi escolta que me dejasen sola con Nicoletta.

Helanka: "¿Qué te ocurre?"

Nicoletta: "Pues no sé cómo decirles a mis padres que me quiero casar con la gran pesadilla de los humanos..."

Enrique: "Yo puedo ayudarte, ten en cuenta que soy el líder militar de la Resistencia Humana y acabamos de jurar lealtad a la Emperatriz Helanka, que es una quantum, no a la Emperatriz Isthar, que es como nosotros..."

A partir de ese momento mantuvimos una amena charla los tres, me sorprendió que el Comandante Alférez sea un hombre muy culto e instruido. Conoce muchos aspectos de la historia nuestra, y el crear ese grupo "rebelde" y llamarlo como lo hizo fue por sus conocimientos, tanto de nuestra historia como de la historia de la Tierra, me ilustró sobre aspectos de la vida de los humanos, que no creía que fueran posibles. Le conté lo de mi hermano y lo que quería hacer y con tristeza me contó que en su mundo también hay gente así, pero que se equivocó con los quantums, al pensar que todos éramos iguales que mi hermano, en esta parte Nicoletta también intervino, fue el mejor viaje interestelar que haya hecho en mi vida.

Isthar

Regreso a casa, y a ver a mis padres. Estoy feliz porque por fin pueden conocer a la mujer con la que comparto, vida, responsabilidades y el gobierno de un Imperio. Me reía con el Gran Dragón y me confesó que su padre, aunque pertenecía a los virginales, era curioso por naturaleza y le atraía todo. Llegó a estudiar la Historia de la Tierra, tanto que el Gran Dragón me dijo su nombre, Calígula Nerón, dos Emperadores Romanos especialmente sanguinarios, de Nerón recuerdo que nos contaron que incendió la ciudad Imperial de Roma para poder componer una oda, poesía o lo que sea.

G. Dragón: "... y esa curiosidad me la transmitió. Le acompañaba, cuando su trabajo en el Palacio Imperial se lo permitía, en sus viajes por los diferentes mundos. Allí descubrí mi pasión por la estrategia por medio de un juego vuestro..."

Isthar: "¿Sabes jugar al ajedrez?"

G. Dragón: "¿Te apetece una partidita?"

El resto del viaje nos lo pasamos jugando al ajedrez, y me confesó que sus asistentes le decían que ese juego le volvía más tonto. La verdad jugaba demasiado bien, aunque yo siempre la hacía alguna jugada que le dejaba asombrado por lo ridículo, absurdo y astuta que era.

G. Dragón: "A prepararse Gran Canciller ¡Escolta!"