Capitulo 1:El luto de una futura perdida

Las primeras noches algo así:
Un departamento donde el silencio sonaba a reproche.
Un teléfono que sólo mostraba esa puta notificación de "revisando si tengo mensajes nuevos" —como si WhatsApp se burlara de mi desesperación—.
Y yo, preguntándole al espejo: "¿Cuánto tarda el cuerpo en olvidar el calor de alguien?"

—¿Que si ella sentía mi ausencia?
Jajá, claro que no.

Pero yo entonces no lo sabía. Creía que si acumulaba suficientes "¿por qué?", "¿qué hice mal?" y "¿acaso ya no significo nada?",encontraría algo.
—En retrospectiva: qué soberano pelotudo fui—.

SPOILER DEL UNIVERSO: No encontré una mierda.

Lo que sí encontré fue esto:
1. Que el dolor es el único hijo de puta que nunca te falla. Ese sí llega puntual a su cita.
(Ese sí llega puntual,no como tú chamuyo que llega 3 horas tarde de lo acordado)
2. Que las promesas rotas tienen el mismo sabor que un mate olvidado 3 días en el termo: amargo y con olor a derrota.
3. Y que, aunque HOY no lo creas, hasta el peor de los días termina.
*(Sí, ya sé que suena a frase que verías en los memes que te mandaría tu tía, pero es la verdad).

Ahora, cuando rememoro esas noches, ya no siento ese dolor en el pecho. Solo un hormigueo incómodo, como cuando te apoyás mal el brazo y se te duerme.
—¿Que cómo pasé de ahí a escribir este libro?
Ni puta idea. Pero sospecho que fue porque necesitaba creer que todo ese dolor serviría para algo.

Y antes que preguntes: sí,vos también tenés tu colección de '¿por qué?' sin responder. Tranqui, acá no vendemos soluciones mágicas.(Para eso andá al tranza de acá la vuelta)
Solo historias de mierda contadas por alguien que aprendió a reírse de sus propias cicatrices.

(Bienvenido al club, camarada.Sentate que el agua está caliente y ya estoy por empezar a cebar los mates).

---