Capítulo 20 | FINAL

BATALLA POR EL PUESTO
 

Finalmente el día tan esperado por el bajo mundo había llegado, varias figuras importantes del bajo mundo y espectadores novatos como veteranos se reunieron en una gran isla fuera del mapa de los gobiernos, este día sería grabado en la historia del bajo mundo ya que se iba a cambiar de líder en el clan Aburame, los diecisiete candidatos pelearan en una batalla campal por el título y él ganador tendría el derecho de deshacerse de todos sus hermanos sobrevivientes.

Él actual líder del clan Aburame miraba a sus hijos desde una sala especial que daba vista a la gran arena de combate en medio de un gran coliseo donde los espectadores esperaban ansiosos el resultado de esa masacre, sus diecisiete hijos iban a pelear, estos fueron solo los candidatos más fuertes, aquellos que no pudieron llegar vivos a la arena de combate fueron débiles, porque la batalla no sólo comenzaba hoy, comenzó desde hace un mes, los candidatos tenían que asegurarse que la mayor cantidad de enemigos no llegarán a la arena de combate y se logró, ahora solo estaban presentes los más fuertes y capaces.

Cada espectador tenía su candidato favorito, las apuestas empezaron a hacerse y el rugir de los gritos del público empezó, los candidatos entraron a la arena de combate acompañados por los más fuertes de sus subordinados, cada uno de ellos tenía en su mando a cinco sirvientes que serían sus perros de caza y guardianes.

— Es hora señor —él asistente más fiel del actual líder Aburame se inclinó ante su señor dando la señal, le pasó delicadamente un micrófono y desde su lugar el líder del Clan Aburame empezó a hablar.

— Mis diecisiete fuertes hijos —llamó a sus hijos y el público se calló, el silencio reino en el coliseo— Un día como hoy yo también me paré en esa arena, pelee por el título de líder de clan y gane —se alagó a sí mismo— Mi heredero será aquel quien encuentre los tesoros de diamante escondidos por el mundo, aunque primero deberán salir vivos de la arena —explicó— A las doce con doce minutos del día doce de noviembre del próximo año deberán traer esos trofeos a esta misma arena —ordenó— Deberán entrar vivos y deberán permanecer vivos hasta que el límite de tiempo termine y solo entonces el que permanezca en pie con los mejores tesoros será mi heredero —agregó.

La sucesión del clan Aburame siempre era un gran espectáculo, no sólo porque había una gran pelea campal sino porque también tenían la oportunidad de observar el más grande juego de vida o muerte jamás visto, cada líder de clan les ponía a sus hijos un juego, ya sea traer a traidores, enemigos o destruir familias, clanes incluso gobiernos del bajo mundo, todo era un juego y el mejor de los hijos según sus resultados en dicho juego sería el heredero teniendo el derecho de acabar con sus demás hermanos sin compasión. Ahora en esta generación, se les dio una búsqueda de tesoros, buscar tesoros de diamantes hacía referencia a desertores, es decir personas del bajo mundo que lo abandonaron, cuanto más grande haya sido la reputación del desertor ese sería su valor en el juego, había un limite de tiempo y también se les indicó que indirectamente podían acabar con el resto de sus hermanos, es decir, que si no pueden atrapar buenos tesoros al menos debían reducir la competencia, podían incluso eliminar a todos sus hermanos y traer un tesoro de bajo valor e igual ganarían, ese era el juego y todos los candidatos a heredero lo sabían.

— Faltan cuatro minutos —observó Zabusa el reloj de su muñeca.

Él líder del clan Aburame dijo a las doce y doce, eran aún las doce con ocho minutos de la tarde.

— Empezarán a atacar en cuanto sea la hora —observó Suigetsu mientras miraba a varios enemigos cargar sus armas al igual que ellos.

— Tesoros de diamantes —Óbito que en realidad era Sasuke murmuró algo preocupado.

— Hay muchos tesoros famosos —comentó Naruto con su máscara de Kitsune— Esta él Titiritero, él omega del ex Rey del bajo mundo y también "Él hombre tiburón"

— Son como mitos, algunos serán tan difíciles de encontrar que se necesitará más de un año —negó Shino Aburame observando en su reloj que solo quedaba un minuto— Hay un tesoro más reciente que aún no desaparece del todo su luz —contó.

— ¿A quién te refieres? —cuestionó Sasuke curioso preparando sus propias armas, listo para atacar a sus rivales.

— Mis hermanos deben saberlo al igual que yo —explicó Shino— Lo sabemos gracias a mi padre —observó de reojo el palco donde su padre se alojaba— Fue uno de sus más grandes partidarios cuando el fue un candidato a heredero —agregó.

— Ohhh —Zabusa sonrió mientras desenvainaba su gran espada— La Reina del bajo mundo —anunció y el silencio se hizo, faltaba menos de treinta segundos.

— Así es, el artista está vivo —anunció Shino ante la audiciencia silenciosa.

Mercenarios, asesinos, ladrones y gente de poder se enteraron, la sonrisa del líder del Clan Aburame era enorme.

Sasuke se puso nervioso inmediatamente, irían tras Deidara para entregarlo como trofeo ya sea vivo o muerto, debía de advertirle a él y su hermano, debían esconderse y escapar por un año, solo uno.

Diez, nueve, ocho...

Deidara debía ser advertido, no, seguro ya lo debe saber, después de todo Zetsu estaba presente aquí.

Cinco, cuatro...

— Iremos por el titiritero primero —ordenó Shino— Luego la Reina —determinó.

Tres, dos, uno...

Los disparos empezaron a sonar y bombas de humo fueron arrojadas por todo el lugar, los candidatos empezaron a escapar mientras otros peleaban a muerte, los espectadores apoyaban a sus candidatos favoritos mientras otros abucheaban a los que ya habían perdido la vida, la feroz batalla campal no terminó hasta que el último candidato saliera convida.

— Quedan solo diez candidatos —anunció para el pueblo él asistente del líder del clan Aburame— Espero nos sigan acompañando dentro de un año, muchas gracias por venir —agradeció.