Septiembre 2016

Entraba al quinto mes y en esta consulta esperábamos saber si sería una niña o un niño. Y por otra parte me preparaba emocionalmente para otra cena con mis suegros pero esta vez en casa.

-Era un chiste que vendrían tus padres, ¿Verdad? -Pregunté a Facundo mientras ordenamos las compras del supermercado.

-No. No es un chiste. Llegan mañana por la noche. -Dijo sonriendo

Sonreí con sarcasmo.

Con todo y mis hormonas, lo último que necesitaba era dos personas a las que no le caigo bien sentadas a mi mesa...

Trini traía los apuntes y galletas, que durante el último trimestre eran mi perdición, y nos sentamos a resolver el trabajo final de la universidad. Facundo fue por café:

-Esta mañana me llamo Ramiro, como todos los meses, para preguntarme si necesitas algo, el no cree que Facundo sea un buen tipo para ti. –Dijo Trini en secreto.

-¡Jaja! Como si él lo fuera Trini. ¿Acaso Aixa y Giovanna no son suficiente preocupación para él? Que no moleste. -Dije en un susurro mientras Facundo se acercaba con la jarra

-¿De qué hablan ustedes dos?-Preguntó él mientras servía.

-De nada interesante amor.

Nos quedaban solo dos puntos para resolver cuando miramos la hora y salimos a la consulta, y, como de costumbre, era tarde; pero llegamos en el horario justo para el ultrasonido y Trini entró conmigo, porque Facundo quiso esperar a sus padres para saber el sexo del bebé.

-Es una niña y todo está en orden Bárbara, pero trata de no tener emociones fuertes ni discusiones para no tener complicaciones con tu presión arterial. ¿Y el padre? - Preguntó el obstetra.

-Afuera, esperando, no quiere saber qué es. -Le contestó Trini mientras yo me arreglaba para salir de la consulta.

La cena con mis suegros se acercaba, me resignaba esperando solo que fuera menos tensa que la vez anterior, Facundo se encargaba de la comida mientras yo ordenaba nuestra habitación; cuando sentí voces en la sala y salí a recibirlos

-Buenas noches señores. ¿Cómo estuvo el viaje? -Dije mientras saludaba a Giulia.

-Bien querida. Fue largo. ¿Cómo va esa panza?

-Bien, bastante inquieta la pequeña.

-¡Es una niña! -Grito Facu de felicidad mientras me levantaba en sus brazos.- ¡Es

Alice!

Sus padres nos miraban como a dos idiotas. Y luego nos dispusimos a cenar; al comienzo de la cena todo iba bien, parecía que empezaban a tomar nuestra relación de una mejor manera, después de aquella mala primera impresión. Claro, siempre se podía contar con la filosa lengua de Giulia:

-Hijo, ¿Cómo están las cosas con Estefanía? ¿Han vuelto a hablar? Es una buena chica.

-Mamá por favor. No he hablado con ella y no regresaremos.

-Hijo, debes escuchar a tu madre. Esta joven solo tendrá un bebe, no es motivo suficiente para que estés con ella por el resto de sus vidas. -Dijo Santiago mientras tomaba su copa de vino.

Escuchaba como el centro de la charla era la ex novia de Facundo y al parecer, muy querida por ellos.

Me levanté de la mesa, tomé un abrigo y salí. No pude soportar el descaro con que la nombraban frente a mí; sabía que no era aceptada, pero esta humillación se me hacía insoportable.

Caminé hacia el parque, furiosa, necesitaba aire.

-¡Barbará... Bar... Barbi! -Escuchaba la voz de Facundo a lo lejos.

-¡¿Qué quieres?! ¡¿Decirme que es mentira?! ¡¿Que me amas?! ¡¿Que quieres a nuestra hija y que lo único que hacen tus padres es querer alejarme de ti?! Pues, ya lo escuche.

-Por favor, escúchame -Dijo mientras me tomaba del brazo

-¡No quiero! ¿Te das cuenta de lo que esas personas nos hacen? Tuve razón en tener miedo de conocerlos y tratar con ellos. Déjame sola. Ve con tus padres y disfruta la cena.

Aquella madrugada no regresé a casa. Me fuí a casa de Trini.

Tuve un pico de presión alta a causa de la discusión, y le pedí que bajo ninguna circunstancia le dijera a Facundo, pero ella no me escucho y con el corazón acelerado y el fortísimo dolor de cabeza, escuchaba su voz angustiada preocupándose por pequeña Alice.