19. China

—Yixing...

—¿Sí? —el chino se encontraba sentado frente al escritorio de su habitación dedicándose a dibujar el cerebro humano con todo y los nombres de cada parte; no le molestaba que su profesor de ciencias les encargara el trabajo porque él amaba dibujar aunque estaba consciente de que no lo hacía muy bien.

—Ven a la cama, quiero dormir.

Una vez más Suho dormía en casa de su... ¿novio? ¿ellos eran novios? no oficialmente pero se querían, entonces no debía tardarse tanto en hacer "esa" pregunta.

—Duérmete, ya casi termino, sólo debo colorear el hemisfero derecho de azul.

El coreano puso sus ojos en blanco.

—Se llama "hemisferio"; y además no puedo dormir sino te acuestas a mi lado ¿por qué crees que vengo casi todas las noches?

—No dejaré que me toques esta noche, Junmyeon. Mañana tengo una exposición importante y es necesario que no me duela la cadera si quiero hacerlo bien.

—Sólo quiero abrazarte... ¿Eso es mucho pedir?

Yixing en respuesta se encogió de hombros e hizo un puchero quitándole importancia. Miró su obra de arte terminada... Le había quedado muy bien aunque el dibujo no fuera tan proporcional. Tal vez si hacia la parte del cerebelo más redonda... aunque ¿así se llamaba?

¿Cerebelo? Era un nombre gracioso. Y si lo pensaba bien... ¿Para qué servía? Es decir, ¿Era realmente importante o...?

Cualquier pensamiento que la alocada cabeza de Yixing pudo tener se esfumó en cuanto sintió a Junmyeon levantarlo al estilo princesa.

—¡No! ¡No eh terminado! —se quejó el chino al mirar como el rubio se colocaba encima de él acorralándolo contra la cama.

—Ya lo hiciste... —Suho besó el cuello de su unicornio con delicadeza cuidando (como siempre) de no causarle cosquillas —déjame besarte un rato.

Zhang miró receloso al otro, cruzando sus brazos, él siempre le decía lo mismo "sólo besos" pero su palabra ya no valía porque siempre terminaba follándolo.

—Mentiroso —Yeon le acarició las caderas bajándole de paso el pantalón de pijama—¡No, Junmyeon! ¡Te dije que no quiero esta noche! ¡Mañana tendré dolor!

—Tranquilo, nene; no voy a hacer algo que te duela —la voz del rubio sonaba tan ronca y sexy que Yixing sólo pudo quedarse callado en señal de sumisión.

Sintió como los labios de su amor acariciaban su vientre dejando pequeños besitos y mordidas que dejarían marca pero Zhang amaba que dejara marca, le gustaba saber que era completamente de Junmyeon.

Suho bajó a la pelvis delineando con su lengua el elástico del bóxer de Xing; lo bajó de un tirón, desesperado por probar a su nene, mierda, debía hacerle la pregunta después de esto.

Por su parte el unicornio no soportaba el placer que se le estaba proporcionando, se sentía tan avergonzado que cubrió su rostro con sus manos y chupó demasiado fuerte su propio labio para no soltar gemidos, suerte que sus padres no estaban esa noche por su aniversario.

Suho metió apenas la punta del pene del contrario a su boca pasando su lengua por la pequeña hendidura, sintió excitación al mirar como su precioso futuro novio se removía del placer.

Metió la mitad de golpe y un quejido se escuchó por toda la habitación. Su lengua delineó cada vena con lentitud, su aliento golpeaba sobre la piel causando vibraciones placenteras.

—U—Uhm... Junmy... Junmyeon, espera... —Zhang comenzaba a sentir esa sensación familiar en su vientre que le avisaba que estaba por terminar y se sintió un perdedor porque no estaba aguantando nada aunque la culpa la tenía el coreano porque jamás, desde que empezaron a acostarse le había hecho un felación, Xing no tenía idea de lo que se perdía.

—Aguanta un poco... —Suho comenzó con movimientos continuos sobre la erección de Yixing, comenzó a chupar y lamer como sí la vida le fuera en ello, sus dientes arañaron la sensible piel del miembro del chino causando un poco de dolor pero también más excitación.

Succionó fuerte la punta y acarició la base, masturbándolo.

—Dios mío... Junmyeon... P—Por favor... Ngh... Ah.

Bastaron unos minutos más de succión para que Yixing terminara en la boca del rubio.

—¡Lo lamento tanto! —fue lo primero que dijo tras eyacular.

—Tranquilo, sabes muy bien —Suho se relamió, le subió los bóxer y el pantalón de pijama para después acostarse a su lado y abrazarlo un poco fuerte.

—¿Cómo puedes decir esas cosas, tonto?

—Unicornio... ¿Tú me amas? —preguntó el rubio cambiando completamente el tema.

—¡Por supuesto!

—Y yo te amo a ti.

—¡Por supues... Espera... No estoy muy seguro de eso —Yixing miró a Junmyeon con un dedo sobre sus propios labios— ¿Lo haces?

—Lo hago —afirmó.

—Menos mal.

El corazón de Suho comenzó a latir muy fuerte al pensar en "esa" pregunta que estaba por hacer aunque después recordó que era Yixing a quién le preguntaría y se calmó un poco.