Prólogo

El título de la revista y la foto es la última gota que necesitaba para llenar este río de amargura y tristeza en el que se había convertido mi vida.

Yo no significaba nada para él, nunca lo hice. Quedaban meses para finalizar con el periodo del contrato, mi hermana había regresado a la ciudad después de varios años y Elliot ya estaba detrás de ella de nuevo.

Me mire en el espejo y desconozco el reflejo de la mujer en este. Sé que puedo ser más que esto, que la triste y patética mujer de Elliot Ackerman. Pisotearon mis sueños, sin embargo, no contaron con que yo ya tenía otros en mente y lo mejor, era que estos eran lejos de ellos.

Escucho que abren la puerta principal de esta jaula de cristal y desobedezco a sus órdenes de no vernos mientras estamos en la casa, solo fingimos ser una pareja en los eventos.

—¿Qué es lo que quieres Anya? —inquiere indiferente a mi presencia.

—¿Alguna vez, aunque sea por un segundo, tu me amaste? —. Era insulso pensar en la posibilidad, pero su corazón queria asegurarse de ello, después de todo seguía traicionando a su mente cuando latía fuertemente en cada acercamiento.

Una sonrisa burlona y siniestra se forma en su rostro. Este hombre no era el mismo que la cuidaba y confortaba años atrás, desde que accedió a ese acuerdo de matrimonio él se había esfumado.

—No te equivoques Anya, lo único que sentí alguna vez por ti fue lástima. Ahora regresa a tu habitación, no quiero verte.

Esas palabras fueron la amarga gasolina que quemo cualquier vestigio de cariño que sentía por aquel hombre. Algo debía agradecerle y es que facilito su decisión. Quedaban pocos meses para que el tiempo del contrato finalizara. Nada le impedía hacer como su esposo mandaba y lo cumpliría, no la volvería a ver.

Nos encontramos en esta nueva historia. Acompañenme a conocer el destino de Anya y Elliot.

Les invito a regalarle un corazon a la historia si les gusta y comentar, lo agradezco muchisimo

¡Besos!