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Hunter  no pudo escapar al cuestionario de Maureen, yo por mi parte me sabía las preguntas de memoria.

Donde estuviste.

Que es de tu vida.

Como está el trabajo.

Por que no trajiste de vuelta a Mia.

Por que no vuelves.

Sabía que esa última pregunta lo mataba. Porque sabía lo que el extrañaba estar aquí pero su vida y su corazón estaba en otro lado. Y con otra persona.

Llegó corriendo a mi mesa y se sentó frente a mí.

-Llego tarde?

-Lo suficiente como para poder invitarme una cerveza por haber perdido una apuesta .

-Qué apuesta?-me miró cerrando los ojos haciendosé el desententido.

-No te hagas.

-Está bien. Cuando la quieres.

Lo miré de la misma manera que él lo hizo conmigo recién .

-Cuando vuelva de mi viaje.

-Adonde irás?

-Importa?

-Vamos que soy yo. Tu bro-enarcó las cejas.

-No eres mi bro... eres mi molesto hermanastro.

Del que estás aún enamorada dijo una voz en mi cabeza.

-Estás bien.Pero tu vida no sería lo mismo sin mí.

-Tienes razón.En algo la tienes.

-Lo sé -rió- Es que cuando eres bueno, eres bueno.

-No te la crees.

Maureen reapareció solo para dejar nuestro pedido en la mesa y se alejó mirándonos con anhelo.

Sabía que cuando nos miraba , se reflejaba en su memoria los niños que éramos cuando veniamos aquí.

-Cómo lo supo?

-No tienes una idea.

-Ninguna-se encogió de hombros.

-Vamos hemos venido aquí por los últimos 15 años.Siempre pedíamos lo mismo y ella siempre tuvo una gran memoria. O una gran debilidad por nosotros.

-Tal vez las dos cosas. Pero realmente hace tanto tiempo que venimos aquí?

-Quizas estaba exagerando un poco.

-Bien, eso si que te lo creo. No me contarás donde irás verdad?

-A París. Me tomaré unos días de descanso ya que esta temporada de bodas ha sido una locura y necesito un poco de tiempo para mi misma.

-Me parece perfecto-dijo bebiendo de su batido mientras miraba con demasiado amor a la hamburguesa que tenía frente a él.Nunca entendi esas mezclas raras y asquerosas que hacia a la hora de comer.

-Cómo puedes?

-Qué cosa?-preguntó con la boca llena.

-Mezclar dos cosas asi y hacerlo ver como algo normal.

-No es tan malo , sabes?

-Algo me dice que lo es.

-Prueba-dijo pasandome la hamburguesa.

-No.

-Vamos.Si no lo haces deberás pagar tu la cerveza.

-Bien-blanqué los ojos.

-Ahora el batido.

-De veras debo hacer esto?

-Es eso o aceptar la derrota.

Yo nunca aceptaba la derrota.Jamás en esta vida.

-Bien.-tomé un gran sorbo y me sorprendí al ver que no era tan malo como pensaba.

-Quien tenía razón?De nuevo.

-Tu-dije a regañadientes.

-Gracias, gracias-dijo antes de quedarse en silencio.-Te puedo pedir un favor ahora que vas a estar en la ciudad del amor?

-Manda.

-Me gustaria regalarle algo a Bails , como un regalo para despedir su soltería. Estaba pensando que puedes ir a una de esas perfumerías donde papá compraba esas colonias y traerle una. Te daré el dinero.

Negué con la cabeza.

-No te hagas problema.Eso es lo que haré. Pero no hace falta que me des nada.Consideralo un  regalo de mi para tí, que será para ella.

-Siempre has sido tan complicada para hablar?

-Toda la vida.Esa es una de las razones por las cuáles aun estoy sola supongo.

-No te preocupes-dijo posando una mano sobre la mía-Ya llegará alguien.Que sea lo suficiente para estar a tu lado.

-Gracias Hunt.Eso fue muy dulce de tu parte.

-Supongo que el amor me hablandó después de todo.

-O la persona correcta.

-Ahora eres tu quien tiene la razón.y

Nos quedamos un rato más hablando, recordando buenos y viejos tiempos como dos grandes amigos, que parecía que nunca se habían odiado, pero ese odio se disipó y en algunos casos se transformó en algo más.

Era loca la manera en la que la vida se movía y lo que ocurría.Porque cuando le mencioné a Hunter que volaría a París, nunca le dije que sería esa misma noche. Y que quería que él fuese la última persona en ver hasta que volviese aquí.

Tampoco estaba en mis planes, subirme al avión y descubri que mi compañero de asiento por las próximas horas , no era ni más ni menos que Bobby... mi ex.