Prólogo

Siempre pensé que el miedo era algo que podías superar, algo pasajero. Pero últimamente me he dado cuenta de que algunas cosas son mucho más grandes que el miedo. Hay cosas que simplemente no puedes controlar, por más que lo intentes. No sabía que las sombras me observaban. Tampoco sabía que algo fluía en mí, algo que no pedí ni entendía. Ahora lo siento todo el tiempo: un peso invisible, una energía que me empuja a una verdad que desearía no conocer. Al principio, cerraba los portales sin pensar demasiado. Era lo correcto, ¿no? Detener lo que sea que estuviera tratando de cruzar. Pero mientras más cierro, más veo. Las sombras son solo el principio. Algo más grande se esconde detrás de todo esto, algo que acecha, esperando su momento para atacar. Nunca imaginé que estaría en medio de algo así, enfrentándome a fuerzas que ni siquiera puedo nombrar. Y, peor aún, ni siquiera sé en quién confiar. A veces me pregunto si las personas que me rodean realmente están conmigo, o si son parte de algo mucho más oscuro, algo que se oculta justo debajo de la superficie. Sé que el peligro no se detiene en los portales. Algo está manipulando todo esto, moviendo hilos que no alcanzo a ver. Y lo más aterrador es que sé que alguien me va a traicionar. Lo siento en el aire, en la forma en que las sombras se mueven cuando no miro, como si supieran algo que yo no. Cierro los portales para proteger este mundo, para mantener la oscuridad al otro lado. Pero cuanto más hago, más claro se vuelve que esto no se trata solo de magia o de portales. Se trata de mí. De lo que soy. Y de lo que estoy destinada a ser. Lo único que sé con certeza es que no hay marcha atrás. La traición está cerca. Y cuando llegue, no sé si estaré preparada.