Capítulo 16.- Colores en el viento

El señor Kokoi llegó con un abogado. Leonardo los pasó al salón de reuniones y resumidamente expuso todos los aspectos resaltantes del contrato haciendo hincapié en los puntos en los que se ajustaban de forma exacta a las solicitudes explícitas del cliente en cuestión, presupuestos, lapsos de tiempo, compromisos de las partes y demás. Asi como el cronograma con las fechas y los horarios. 

El abogado pidió un espacio a solas para volver a leer cada artículo. Se le asignó una oficina mientras subían a la terraza según lo establecido en la agenda del día.

La terraza había sido convertida en una pasarela. Las modelos estaban por todos lados. Algunas muy profesionales pero otras coqueteaban en forma descarada con Roberto y lanzaban ojitos seductores dirigiendo sus antenas hacia Leonardo. Sobretodo una pelirroja que al verlo se le lanzó provocativa a saludarlo. El señor Kokoi miró a Alejandra. Se suponía era su pareja así que ella asumió su papel y lo agarró del brazo en forma posesiva. La mujer entendió el gesto y se apartó no sin antes lanzarle una mirada asesina. Leonardo sonriente. 

La escenografía estaba armada. Grandes piedras de utilería fueron colocadas a lo largo de una alfombra que simulaba un río. Agregaron plantas a las que ya estaban. Las modelos traían trajes indígenas. Las contrataron para que el señor Kokoi escogiera una y se olvidara de Alejandra como la ideal para la campaña. Al contrario estaba más que empeñado. Era a ella a quien quería. 

Leonardo se acercó a Alejandra y le pidió que bajara a su apartamento, allá estaba su amiga Xiomara, quien era estilista junto a Amanda, la maquilladora. Ella obedeció todavía esperanzada que al colocarse al lado de las profesionales iba a ser rechazada por inexperta. 

Le dejaron el cabello suelto y se colocó un vestido con un cinturón y unas botas rudimentarias amarradas con una cinta negra. El maquillaje consistió en achinarle un poco los ojos y remarcar su boca. En brazos y cara le colocaron una crema que brindaba un leve color dorado a su piel bronceada. 

Subió resignada. A decir verdad le gustó el resultado final y también ser la protagonista de su proyecto. Como estaba nerviosa asumió un porte más altivo que de costumbre. Lo que la hacia parecerse más a la actitud digna y orgullosa de  "Pocahontas". 

Cuando la vieron todos dejaron de hablar. Ella pasó por delante de sus compañeros boquiabiertos de la sorpresa y se colocó al lado de una de las piedras de utilería , levantó un pie poniéndolo encima de la misma, agarró una lanza y esperó indicaciones. Rápidamente se escuchó la canción colores al viento y prendieron un ventilador para que la brisa moviera su cabellera. El fotógrafo captó la escena con experticia. 

El señor Kokoi mostraba satisfacción pero Leonardo le advirtió que ella aún no aceptaba. 

-Ella es la idónea y apuesto lo sabes mejor que yo. Puedes ofrecerle una mejor paga. Estoy dispuesto a mejorar el presupuesto inicial, pero, debe ser ella. Nadie más. Sin discusión. Advirtió con petulancia el señor Kokoi --A menos que sea usted quien no se lo permita.

-Ella es totalmente autónoma en sus decisiones. Yo no tengo nada que ver. Será su respuesta, no la mía 

Leonardo ya se empezaba a incomodar con ese hombre tan insistente. No obstante coincidía con él en que ella sería la ideal para interpretar ese personaje en la  campaña publicitaria. 

Alejandra se dirigió a ellos y de manera firme les plantó una condición.

-Acepto ser la modelo de la campaña, pero el acompañante masculino lo buscaré yo. Expresó de manera contundente. 

Ambos asistieron antes que se arrepintiera

 -Perfecto, entonces nos volveremos a ver cuando terminen de editar las tomas de la campaña, dictaminó el señor Kokoi terminando de degustar una rica empanada argentina que sirvieron de desayuno. 

Bajaron a firmar el contrato definitivo. Ya no habia vuelta atrás.

En general, faltarían cuatro meses para su acto de grado. En dos debía presentar su trabajo de pasantía para completar los requisitos exigidos y dos meses más para la graduación.