Mi niña grande

Cuando un niño crece, piensas que va a alejarse de ti, pero cuando un niño depende mucho de ti, ni siquiera la adolescencia puede alejarlos.

—12 años... Cloe está cumpliendo 12 años, ¡qué rápido!

—¡PAPÁ!!!!! Escuché el grito proveniente del baño y me levanté de golpe, dejando caer el control del televisor que estaba en mi mano.

—¿Cloe? ¿Qué pasá?

Ella salió del baño con una expresión de pánico, como si hubiera visto un espectro. Cuando me acerqué, el inodoro estaba manchado con sangre y supe de qué se trataba, aunque me incomodaba este... tema femenino.

—Cloe, cariño, escúchame. Lo que sucede es que es tu primera menstruación. Es normal en todas las niñas a partir de la adolescencia. Te estás comenzando a desarrollar y tu cuerpo comienza a tener cambios, y... incluso pronto te saldrá más acné.

—¿Más? ¡Voy a parecer una granada, llena de pepitas!

Gregorio intentó contener la risa y luego se acercó a ella, abrazándola por la espalda.

—Cariño, para eso existen cremas y cosas así. Pero por ahora, voy a dejarte para que te laves tranquila. Iré a comprarte toallas sanitarias. Debes usarlas para no manchar tu ropa interior.

—¿Duelen?

Esa pregunta me confundió, y me crucé de brazos, pensando: "Tenía que haberle explicado esto desde pequeña, pero no pensé que fuera tan rápido).

—No, hija, solo es una toallita que pones en tu ropa interior. Ehhh... Creo que tienen una especie de pegamento que las hace adherirse a la tela.

—Ohhh... Es como cuando pego una hoja.

—Sí, es algo así, cariño. No sé muy bien cómo funciona, pero voy a... voy a ver cómo te explico más a profundidad. Te voy a dejar sola por un rato. ¿Está bien?

—Sí, papá. Sabes que no me da miedo quedarme sola. Eso era antes.

—Sí, ya eres mi niña grande...

—Pero aún así, sigues siendo mi súper papá...

Una ligera sonrisa salió de los labios de Gregorio, antes de darle un beso en la frente a su pequeña niña grande, como le decía.