Capítulo 43.

Faltaba una cosa más por aclarar, y ambos lo sabían, pero Pitu guardó silencio, esperaría quince, no, diez, tampoco, cinco minutos, sí, ese tiempo sería suficiente como para que Santiago se pronunciara en lo relacionado a “la punta del iceberg” que le dijo antes de despedirse ese día en la fiesta.

Lo tenía que decir pronto, pero se sentía nervioso porque no sabía cómo ella reaccionaría ante la noticia.

—Cambiando de tema —la miró directamente a los ojos—, hay algo que debes saber sobre ese documento de expulsión, como ya sabes mi firma fue falsificada, por lo que yo no tenía idea de nada, menos mis amigos.

—Ahora lo sé, en su momento consideré no volverte hablar jamás.

—¡Viste, a eso me refiero! —intervino tratando de que entendiera su punto.

—¿Eh? —y dijo ella quien aún parecía no entender la analogía.

—Las demás insistirían, tu no, estoy seguro de que tu darías hasta por olvidado el asunto.

Se alarmó cuando consideró posible que él parecía conocerla.

—Era una posibilidad —comentó Pitu queriendo descartar la obviedad de su conducta.

—El punto es que Yuyu está detrás de todo, aunque alguien la obligó.

—¿Quién?, ¿alguien del voluntariado?

—No.

¿Yuyu?, ¿habrá escuchado bien?, creyó en miles de variables y jamás se le pasó por su mente que podría haber sido ella.

—Es que no puede ser Yuyu, la que…

—Lo es —sentenció él sin dudas.

—Es que ella… —se quedó callada al recordar hechos que la inquietaron de tal manera, que sus ojos se notaron asustados— ella estuvo después de mi desmayo, ella…

—Pero ella llegó más tarde ese día del simulacro, por eso lo realicé junto a Facho —y pareció quedarse analizando algo importante.

—Como sea ella llegó justo a tiempo en mi recuperación producto del desmayo, ella me ayudó en todo momento, por eso me cuesta creer que haya hecho algo así.

—No te estoy mintiendo.

—No me refiero a eso —lo interrumpió—, solo que me cuesta creer que ella haya hecho ese documento para expulsarme del voluntariado.

Estaba siendo todo muy confuso para Pitu, saber que Yuyu había estado detrás de ese documento donde señalaba su expulsión del voluntariado de la UESTA era demasiado para procesar, ¿por qué?, ¿por qué Pitu y no otra persona?

Se lo iba a preguntar, pero dos llamadas insistentes de un mismo número al teléfono de Pitu, la hicieron detenerse por unos minutos.

—Dame, un segundo, debo responder o me seguirá llamando, ¿me esperas?

—Claro, claro.

Conversó ella sólo unas pocas palabras, respondiendo solo monosílabos al impertinente de Facho, mientras observaba desde lejos el comportamiento de Santiago quien hasta hace unos minutos atrás le había dicho que Yuyu era la responsable de todo el malentendido del documento de expulsión, y parecía abrumado, como si a él era en serio que le afectaba el hecho, no solo por la falsificación de su firma, sino por algo más que Pitu desconocía.

Regresó tan pronto como le fue posible, se volvió a sentar enfrente. Él había cambiado su postura, se mostraba tranquilo como si le hubiera querido transmitir ese mismo sentimiento, que todo se iba a solucionar, que él haría lo necesario para descubrir todo, aunque había un detalle, ambos se miraban de reojo como si estuvieran esperando lo mismo, seguir aclarando el malentendido, y ella queriendo saber más detalles para comprender por qué alguien había hecho tal cosa en su contra.

—Era tu amigo, quería saber si estaba aquí contigo, ¿quiénes sabían que nos reuniríamos hoy?

—¿Por qué?, ¿era secreto? —se enojó de solo considerarlo posible.